Rudy Ulloa tiene claro que, después de 10 años, ya es hora de empezar a contar su experiencia al lado de uno de los hombres más influyentes de la historia moderna argentina. “Tengo anécdotas hermosas, pero por algo me las regaló a mí”, sostuvo con un dejo de egoísmo. Luego de un instante en silencio, señaló: “Pero ya las voy a empezar a contar”.

 

Néstor Kirchner el intendente, el gobernador, el presidente. Ulloa lo conoce antes de todos esos “títulos”. Conoce al militante, al jefe, al dirigente, al amigo. “Se extraña como persona, como ser humano, lo extraño como cualquier argentino bien nacido”, resumió a una década de la partida del santacruceño que llegó a la Casa Rosada.

 

En una entrevista exclusiva con La Opinión Austral, narró los primeros pasos del mito; de ese dirigente que volvió a Río Gallegos como abogado; que como un designo del destino, siempre tuvo que pelear contra la adversidad; que no descansó un minuto; amado y odiado. Néstor Carlos Kirchner, por Rudy Fernando Ulloa Igor.

 

 

El militante

 

Rudy sigue yendo casi a diario al Ateneo Néstor Kirchner, como le ha dado en llamar a ese café museo que se encuentra en la calle Alvear de Río Gallegos, a pocos metros del centro de la ciudad y de la antigua casa del expresidente, por 25 de Mayo. En ese lugar, sentado a poca distancia del “Néstor” tamaño natural realizado por el escultor Miguel Villalba, habló casi dos horas en la primera entrevista a fondo que da a un medio de comunicación.

Escuela Nº 33, año 1999. Acompañando a Néstor en un acto realizado en campaña política. Ana María Urricelqui, Carlos Zannini, Néstor Kirchner, Cerezo, Rudy Ulloa y “Pepe” Bodlovic. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

Recordó que empezó yendo a una unidad básica con su mamá. Era 1974, en el barrio del Carmen, donde vivían. Su familia militaba en la Unidad Básica Eva Perón, ubicada en las calles 19 de Diciembre y San José Obrero.

 

“Yo tenía 14 años y me gustaba ir porque era un lugar de encuentro, la gente iba, se hacían encuentros, reuniones, ahí conocí a Kirchner que venía a militar al barrio; todavía estudiaba abogacía en La Plata; era lo que sabíamos nosotros”, rememoró.

1987. La Unidad Básica “Los Muchachos Peronistas” en el barrio del Carmen. Ahora, es una verdulería. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

Néstor “estaba en la Juventud Peronista y hablaba, hacía análisis político a nivel internacional, nacional, provincial, local; la tenía clara, con unas ganas. Lo veíamos muy entusiasmado, muy preparado, muy convencido en lo que hacía, eso nos llamaba la atención. Decíamos que el tipo este estaba loco, o era un genio”.

 

 

Rudy indicó que por entonces la gente ya se paraba a escuchar a Kirchner: “La juventud lo escuchaba, mi mamá era fanática; había otros compañeros militantes que venían al barrio”, pero Néstor “era formado y amaba lo territorial, no se quedaba únicamente con el discurso de tribuna”. “Hablaba de la tercera posición, de lo que estaba pasando, de cuál era la idea del peronismo. Nosotros lo mirábamos y se nos ponía a la par, nos hacía sentir importantes, y yo siempre le voy a estar agradecido por eso”.

 

Decíamos que el tipo este estaba loco, o era un genio

 

Ulloa siguió participando de las reuniones y los actos políticos. “Movilizábamos a todos arriba de un camión, íbamos con alegría. Las consignas peronistas eran esas, la gente participaba, había mucho debate, mucha felicidad”, afirmó.

Sin embargo, Rudy, que por entonces aún era un adolescente, reconoció: “Yo mucho no entendía, pero la pasaba bien, porque iban mis amigos y mi familia particularmente. Así pasó el tiempo, seguimos militando y participando, pero con el golpe del ‘76 se interrumpió todo”.

 

 

De cadete a encargado

Los años de dictadura militar fueron durísimos, sobre todo para muchos peronistas que eran perseguidos, torturados, cuando no desaparecidos en todo el país. La represión generó dispersión por un tiempo, pero eso no iba a durar para siempre.

Edición especial de La Opinión Austral a 10 años de la muerte de Néstor Kirchner. Rudy Ulloa rompe el silencio.

 

En 1978, Rudy se vuelve a encontrar a Kirchner. “Un tío dice que había un abogado que necesitaba un cadete, como mi mamá lo conocía habló con Néstor y me tomaron a mí”. Y no ocultó que en un principio “lo que yo hacía era comprar cigarrillos, los diarios, lavar el auto”. Néstor “tenía un Citroën. No me mandaba él, había otro encargado, el ‘Pelado’ Vera. Llovía, tronaba, nevaba y el hombre tenía que mandar a alguien y ese era yo, que estaba a mano y era mi trabajo”, resumió.

 

 

Desde un principio, las cosas no fueron fáciles: “Pasó el tiempo, el trabajo empezó a escasear. No entraba nadie al estudio, realmente tengo que decirlo, era muy duro. Se perdía mucho tiempo porque cada compañero que llegaba era una hora o dos con el doctor en su despacho y meta fumar y mate y hablar de política. Al principio, yo miraba y decía ‘esto no va’”.

Vive en el Pueblo. El especial de Néstor Kirchner a 10 años del fallecimiento del político de Río Gallegos que llegó a presidente.

 

Kirchner “estaba preocupado por lo que estaba pasando. Me acuerdo que en 1978 estaba el mundial y teníamos otro amigo que trabajaba con nosotros, y al mediodía o primeras horas de la tarde jugaba Argentina; nosotros lo mirábamos en un televisor blanco y negro. De pronto aparecía el doctor, así le decíamos entonces, pegaba un portazo y no nos apagada el televisor, directamente lo desenchufaba. Nos cagaba a pedos: ‘Pelotudos, están entretenidos en esa huevada mientras desaparecen compañeros’. Nosotros decíamos ‘este tipo está loco, está mal de la cabeza en serio, pero el tipo la vivía, la sentía y su formación política y sus convicciones eran muy fuertes, y eso lo transmitía. El que lo entendía bien y el que no, decía ‘este está loco’. En realidad, lo tenía loco la realidad de la Argentina”, manifestó.

 

 

La bomba

 

Poco tiempo después pasó un incidente que marcaría a fuego la relación entre Rudy Ulloa y Néstor Kirchner. Entre los años 1978 y 1980, el estudio jurídico seguía sin levantar cabeza. “Nos pasó de todo”, sostuvo Rudy con una sonrisa entre trágica y alegre.

 

Néstor vuelve y me dice: ‘¿Vos no te vas?’. Yo me quedé

 

“Me acuerdo cuando nos pusieron la bomba y cuando los militares de ese momento nos quemaron parte del estudio, la investigación llegó a eso”, aclaró. “Bueno, Cristina que se quería ir, pero Néstor que no se quería ir…”, fue una de las charlas que más recordó.
“Esa mañana de la bomba renunciaron todos, no quedó nadie; yo me quedé ahí sentadito en una esquina. Entra Néstor y da un portazo como siempre y se va a su despacho. Yo no entraba al despacho, yo dejaba los cigarrillos, los diarios y el mate siempre en la puerta; el ‘Pelado’ Vera era el que entraba. Entonces (Néstor) se vuelve y me dice: ‘¿Vos no te vas?’. Y yo le digo: ‘¿Dónde me voy a ir? Primero, me deben 3 meses de sueldo; segundo, no tengo adónde ir, y tercero, este es mi trabajo’. Se metió al despacho y me dice: ‘Andá a comprar cigarrillos’. Cuando volví, ahí me hizo entrar, me hizo sentar. Estaba preocupado. En ese momento había de esos teléfonos fijos y llama a Cristina; viene la doctora y le dice: ‘Nos quedamos. Y vos, Rudy, mañana contratá administrativas y vamos a poner en funcionamiento el estudio’. Imaginate yo, de lavar el auto y comprar los diarios, pasé de pronto a ser un jefecito, un jefecito de la nada, pero para mí era importante”.

 

 

El Ateneo

 

Néstor, Cristina y ahora también Rudy, pusieron en marcha el estudio la misma semana de la bomba. No pasó mucho tiempo para que Kirchner se organizara y a los pocos meses empezó a militar nuevamente. Las cosas habían comenzado a mejorar. Pero en la vida del expresidente las cosas nunca fueron fáciles y debió arrancar desde bien abajo, organizando con el puñado de gente que lo acompañaba.

 

 

Otro homenaje. La escultura de Néstor de tamaño natural lleva una camisa similar a la que usaron para vestirlo cuando falleció. FOTO: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

“Néstor empezó a juntarse con más compañeros, a trasmitir la idea, lo que pensaba; siempre hablando del peronismo, de Perón y Evita, del proyecto político, de una vocación de servicio; una convicción impresionante. Yo estaba ahí, de pronto me decía: ‘Che, reunión en mi casa, tenés que ir’. Yo sabía que me llevaba porque era el que cebaba mates (risas). Eran los cuatro o cinco de siempre: (Oscar) ‘Cacho’ Vázquez, Liliana Korenfeld, (Celina) ‘Chela’ Gay, (Armando) ‘Bombón’ Mercado y dos más, y esa era la reunión. Y Néstor hablaba como si fuera un estadio”, afirmó con admiración.

 

El NK Ateneo. Un museo en la calle Alvear, en Río Gallegos. FOTO: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

Yo sabía que me llevaba porque era el que cebaba los mates

 

Kirchner “empezó a pensar en la idea de armar un local, pero en ese momento no se podían poner unidades básicas porque estaban prohibidas. Entonces se le ocurre hacer un ateneo. ‘¿Qué es eso?’, pregunté yo. ‘Bueno, es un lugar de encuentro cultural, donde se junta la gente a charlar, a cantar, a leer libros, esas cosas’, me explicó. Pero los muchachos no pudieron con el genio y le pusieron Ateneo Teniente General Juan Domingo Perón; no les creía nadie que no era una unidad básica”, manifestó sin dejar de reír.

 

Rudy Ulloa recibió en el NK Ateneo a La Opinión Austral y habló por primera vez en público sobre su relación con Néstor Kirchner. FOTO: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

Así se inauguró la primera Unidad Básica en calles Solís y Gregores, en el barrio Provincial. “Ahí empezamos, pasaba la Policía por afuera; era todo un tema. En ese momento era muy duro. Bueno, ahí se empezó a trabajar. Néstor era un hombre que siempre trasmitía la militancia, la que creía que era la verdadera, la que se construía mejor, que era el contacto permanente con la gente. Era alguien que veía que la política se tenía que hacer en el territorio y con la gente”, resumió.

Néstor Kirchner salía de una vivienda con la campera que lo caracterizó durante una época. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

Aun así, mirando a futuro, seguía siendo todo un desafío. “Néstor tenía el estudio jurídico y la verdad, no era un hombre muy querido. Hablaban de ‘Néstor Kirchner’ y la oposición decía: ‘Ese fue el que le sacó el triciclo a tal, la televisión a tal otra… Bueno, si vos tenías relación con un estudio jurídico era porque debías, esto era así. Pero ellos lo vendían de esa forma. Ojo (en el estudio), se trabajaba y se trabajaba muy fuerte”, subrayó.

 

Las reuniones en el Ateneo siguieron y a Rudy ya le habían empezado a interesar. “Iba a la casa de Néstor y ya había otro que cebaba mates, yo ya estaba sentado, atrevido, charlando y opinando, hoy me doy cuenta de esas cosas”, sostuvo y quedó unos segundos en silencio.

 

Néstor Kirchner al micrófono durante una protesta gremial. A su lado, Rafael Águllo de APAP.

A Ulloa le tocó poner la básica en el barrio del Carmen, que era donde vivía; la llamó “Los Muchachos Peronistas”, que después se convertiría en todo un símbolo durante más de tres décadas en Río Gallegos y en Santa Cruz. Otros referentes hicieron sus propias unidades básicas, como el caso del ‘Gordo’ Díaz, también en el barrio del Carmen; ‘Chela’ Gay en el barrio APAP; Stela García con González y ‘Tabaco’ en el barrio Belgrano; Pablo Miño en barrio YCF, etc.

 

 

“Y así se fueron haciendo responsables territoriales y generando discusiones políticas todos los martes, donde se charlaba y se analizaba la realidad nacional, provincial y local. Una vez que teníamos las charlas y una posición política de cada hecho en particular, salíamos a predicarla. Como decía Perón: había que tener una unidad de acción y una unidad de concepción”, expresó.

Año 1987. El candidato a intendente Néstor Kirchner votaba en la escuela Ladvocat de Río Gallegos. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

Ese fue el inicio político con mirada electoral. Unos años más tarde, desembocaría en el triunfo que lo llevaría a la Intendencia de Río Gallegos y en poco más de 15 años, a la Presidencia de la Nación.

 

 

Siempre peronismo

 

Néstor Kirchner era alguien formado y esa formación política la transmitía, sin egoísmo, a todo aquel que quisiera escuchar y aprender. Yo hablo siempre de un libro que nos recomendaba siempre Néstor que es ‘Conducción Política’ por Juan Domingo Perón, que es el ABC de un militante, para entender de qué trata el peronismo y la trasmisión del proyecto, en ese momento era de boca en boca”, indicó Rudy.

 

Néstor recomendaba ‘Conducción Política’ de Perón

 

Néstor “en ese momento empujaba, decidía y, naturalmente, como es la cuestión política, el que conduce es el que más sabe, el más responsable y el que tiene que dar el ejemplo. A él le gustaba militar e iba casa por casa a la par de los compañeros, y siempre estaba en movimiento. No había horas, no había sábados, domingos; tenía un concepto de la política para cambiar las cosas, no tenía otro sentido para él ese concepto; ‘llegar para no cambiar nada, mejor no llegar’, decía”.

 

 

 

Rudy marcó algunos de los aspectos más importantes de la mirada política del ex presidente: “Tenía ese concepto de la formación permanente de cuadros políticos. También decía que se puede inventar un candidato, se puede inventar un ministro, un concejal… lo que nunca se va a poder inventar es un dirigente político”.

Néstor Kirchner en su primera reunión como intendente con el ex gobernador Ricardo del Val. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

Para Néstor, “no era llegar por llegar”. Pero Ulloa también confirmó otra de las facetas que se han destacado, tanto de Néstor, como Cristina y Alicia Kirchner: “El que estaba al lado de Néstor sabía que era un sacrificio inmenso. Ser militante político es no tener horarios, no había fines de semana y lo peor de todo es que no había familia; tenías que tener una familia de fierro que te entendiera”.

 

 

No es raro encontrar artículos y debates sobre qué es el “kirchnerismo”. Pero para Rudy Ulloa, esas son categorizaciones inventadas en los últimos años. Para Néstor, siempre fue peronismo. “Él siempre estuvo en contra de los ‘ismos’”. Y añade: “Nuestro compromiso era con Néstor Carlos Kirchner; él tenía un compromiso con sus convicciones y su formación política, que era el peronismo; nunca fue otra cosa. Ahora se habla del kirchnerismo o el ateneísmo (risas)… Era el peronismo y esto corre por cuenta mía: Néstor siempre fue peronista y fue el que le vino a cargar nafta, por decirlo de alguna manera, o emoción al peronismo”.

 

 

Néstor “decía: ‘Se puede llegar al poder con un acuerdo, con un golpe de estado, pero el camino más difícil es construir poder con la gente, ese es el más largo, pero es el más contundente, el que más firmeza te va a dar cuando tengas la posibilidad de conducir los destinos institucionales de una ciudad, una provincia o un país’. De hecho, lo demostró (…) Así, de esa manera, fue el mejor intendente de Río Gallegos, el mejor gobernador de Santa Cruz y creo que, junto a la doctora, va a ser el mejor presidente de la historia, es una cuestión de tiempo”.

 

Néstor y Cristina serán los mejores presidentes de la historia

 

El amigo y Buenos Aires

 

Rudy reflexionó sobre las distintas épocas del expresidente y toda la gente que lo conoció. “A todos nos dejó algo. Es increíble, pero todo aquel que lo conoció tiene alguna anécdota para contar: ‘Porque Néstor un día esto, porque Néstor otro día aquello’… Dejó una huella imborrable en todos”, resume.

Las camperas de Néstor. Intendente (Izquierda), Gobernador (Derecha). FOTO: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL.

Además, destaca otro rasgo humano que otros también han hecho: “Tenía un poder de retención de las cosas y las personas admirable; te veía y se acordaba de lo que le pasaba a tu familia, tus conocidos; pero no solamente en Río Gallegos, iba a cualquier lugar del país y era lo mismo, y quizás a esa persona la había visto una sola vez en su vida”.

 

Néstor “siempre vivió a 200 kilómetros por hora. Era muy avanzado. Pero siempre le habló a todo el mundo de la misma manera. Siempre perteneció como a otra liga, jugaba en Primera (risas). Nunca te hablaba midiéndote el nivel intelectual, era un fenómeno, no cualquiera logra eso. Era una de sus tantas cualidades”.

 

 

Cuando se le preguntó en qué momento cree que comenzó la amistad con quien fuera tres veces elegido gobernador de Santa Cruz, Rudy Ulloa volvió a un momento de la historia personal con Néstor Kirchner: el día de la bomba en el estudio. “Ese día fue la unión de por vida, no sé qué pasó”, sostiene reflexivo. “Yo esa mañana lo vi muy mal. Se habían ido todos, yo me quedé” y ahí nomás añade: “El tipo era duro (para hacer amigos). Pero ahí fue el clic, ese día me cambió la vida”.

Año 1993. A dos años de asumir en la gobernación de Santa Cruz. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

Con el paso de los años, luego de la elección de 2003, Rudy Ulloa tenía que tomar una decisión. ¿Qué haría de su futuro? Su amigo se estaba yendo a vivir nada menos que a la Quinta de Olivos. ¿Se iba a Buenos Aires?, ¿se quedaba en Río Gallegos? “Fue muy duro ese momento”, sostuvo y casi que en sus ojos se notó la amargura.

 

 

En Santa Cruz “yo vivía prácticamente con él. Todas las noches era seguro que iba a comer. En Navidad o Año Nuevo tenía problemas con mi familia porque empezaban a preguntar con quién iba a pasar las fiestas; tenía que elegir”, manifiesta, sin evitar que se le escape una sonrisa. Cuando Néstor se va a Buenos Aires, la pregunta era inevitable: “Me dijo: ‘¿Qué vas a hacer?’. Fuimos al acto y le digo: ‘Yo me quedo en Gallegos’. Y me responde: ‘No, venite a Buenos Aires, alquilate algo’. Pero le dije que no… ¿qué iba a hacer yo en Buenos Aires?”.

 

 

 

 

Luego de eso, también viene una decisión trascendental para Ulloa. “Me dice: ‘¿Pero qué vas a hacer en Río Gallegos?’. Yo le dije que tenía mi radio (FM del Carmen). Yo estoy bien acá, este es mi pozo. Yo ya había estado en Buenos Aires y de hecho esos años intenté en algún momento quedarme allá, hasta alquilé una casa, pero Río Gallegos es mágico, con las mismas ganas que te vas, volvés. Él (Néstor) sentía lo mismo por esta ciudad. Entonces le digo que iba a hacer medios; además de la radio, yo venía con El Periódico, El Comunitario… ‘Bueno, te ayudo en eso’, me dice. Yo sé que muchos me critican eso; generó el tema de los medios, lo que dijeron, las peleas con algunos; pero mi amigo llegó a presidente y yo siempre estuve en el mismo lugar, los que se movieron fueron los demás”.

Néstor Kirchner junto a Cristina durante su primera gobernación. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

“Los medios me ayudaron mucho, no les voy a decir que no. Tuvimos los dos canales, el diario… ¿Quién no trabajó con nosotros en Río Gallegos? Siempre garantizando los sueldos, yendo para adelante, invirtiendo. Me ayudó mucho”. Repasa con la mirada el lugar, el café-museo del Ateneo Néstor Kirchner, y sostiene: “Yo de chico lustraba zapatos, vendía diarios”.

Él no cambiaba de amigos; toda su vida tuvo a los mismos. Para mí era importante

 

Pero otro mérito que se adjudica Rudy es que siguió siendo amigo de Néstor Kirchner en todas sus etapas: “Él no cambiaba de amigos; toda su vida tuvo a los mismos. Para mí era importante”. Cuando iba a Buenos Aires, “a la noche tenía que estar en Olivos para comer. O cuando venía acá, seguro que tenía que cenar con él. Se iba de vacaciones y me decía: ‘Mirá que nos vamos’”. De hecho, Ulloa aún guarda las fotografías de los viajes junto a Néstor y Cristina en algunos lugares, entre ellos New York. En las conversaciones, con Néstor “hablábamos de todo, cuando uno tiene un amigo, habla de todo. Hoy me pongo a pensar y me río porque yo opinaba de cosas que eran complicadas, de política nacional, un atrevido”, volvió a reírse.

“Estos son los verdaderos cuadernos, no como los de Centeno”, dijo Rudy Ulloa. Año 1991. La agenda diaria de Kirchner. Los números del presupuesto, reuniones y asuntos pendientes. FOTO: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

Néstor se fue abriendo camino de muy chico sin ninguna ayuda. Ulloa lo resume con un ejemplo bien local: “No era del British”, en referencia al Club Británico de Río Gallegos, relacionado a los sectores más pudientes de la ciudad. Era un tipo normal, jodido, peleador, tirapiedras, amigo de los amigos, de ir al barrio, de compartir un asado; su papá siempre trabajó en el Correo, su mamá siempre laburó… No venía de nombre y apellido” e incluso señala algo poco destacado en las biografías: “Fue el primer gobernador de Santa Cruz que no era terrateniente o estanciero. Va rompiendo con esas tradiciones. Nosotros lo cargábamos y le decíamos que él del campo sabía sólo que quedaba lejos”, recordó y largó una carcajada.

De izquierda a derecha: Rudy Ulloa, “Tito” Quiñones, Sendes, Néstor Kirchner, Raúl Andrade y Juan Carlos Villafañe. Mediados de los 90. En Puerto Deseado, un Néstor con medias rojas hablando de política. FOTO: ARCHIVO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

Pero así como Néstor venía “del barrio”, algunos parecían no perdonárselo. Para Rudy, un sector de la sociedad de Río Gallegos “le tiene miedo a la gente inteligente y él se destacó desde muy chico. Y menos si sos inteligente y no venís de su sector social. Acá los de zapatitos blancos eran otros, hasta ayer era (Eduardo) Costa. Ellos (los sectores de la oposición) lo fueron a buscar a Eduardo para que fuera candidato porque tenía plata; pero con eso solo no basta. Kirchner era todo lo contrario, construía con la gente, hablaba, convencía, venía de la política”.

 

Y dio otro dato que pinta al expresidente de lleno. “Él nunca dejó de ser de Río Gallegos, era pingüino. Y estoy convencido de que si alguna vez se jubilaba, iba a estar acá o en El Calafate. Él podía ir a cualquier lado, pero fíjense que venía siempre que podía, quería estar acá, con los amigos, tomando su café con (Emilio) García Pacheco, el “Toti” Arizmendi, discutiendo con nosotros; Río Gallegos era su cable a tierra. Y se encontraba con vos y te hacía sentir que eras parte, se preocupaba”.

 

A quién admiraba

 

Siempre se ha comentado la admiración mutua que se tenían Néstor y Cristina. Pero Rudy Ulloa lo narra según su percepción de los años que pasó al lado de ambos. Cuando se le preguntó a qué político admiraba Kirchner, no dudó un instante: “A Cristina. Yo siempre digo que él le podría haber estado hablando a la cancha de River ante 70 mil personas, pero lo único que le preocupaba era llegar a la casa a escuchar qué le decía Cristina, si estuvo bien o mal. Pasar ese filtro era terrible, y entre ellos no había crédito en ese aspecto. Por eso Cristina no iba mucho a sus actos ni él a los de ella. Los dos son fenómenos, se admiraban mutuamente”.

 

Lo único que le preocupaba era llegar a la casa a escuchar qué le decía Cristina, si estuvo bien o mal. Pasar ese filtro era terrible

 

“Intelectualmente era más pilla Cristina. Lo que tenía Néstor era la intuición de conocer cómo se movía la sociedad, la interpretaba y lo llevaba a la práctica, pero Cristina le ponía el fundamento. Si me preguntan, estoy convencido que admiraba a Cristina como ella a Néstor. Nacieron para la política y se encontraron uno con el otro. Ellos eran de fierro, porque la política es muy complicada; es una vida de mucho sacrificio personal, fíjense que la mayoría termina separada. Pero él se murió en su casa y al lado de su esposa; dio el ejemplo y siempre aconsejó a sus amigos que cuidaran a su familia”.

 

 

La juventud y orígenes

 

Uno de los legados políticos que Rudy le reconoce a Kirchner es haber apostado a la generación que venía. “Contener a los que ya estaban, que no los podías cambiar, y apostar a los que venían, siempre tuvo ese pensamiento. Insisto lo que decía antes: Néstor quería un país normal, no quería que seamos Disney. Apostó mucho a los jóvenes porque decía que con ellos íbamos a ser una mejor sociedad; ese era un concepto básico de él. Apuntaba a la política de Derechos Humanos, a la reivindicación de los jóvenes en la política…Los chicos empezaron a interiorizarse nuevamente en la política a partir de él. Pero además no sólo era desde el discurso, siempre decía que había que darles la responsabilidad. Era de armar equipos. Para él, la formación de cuadros era muy importante, apuntaba a eso. Quizás porque en su caso tomó mucho protagonismo siendo joven y sabía que pasaba por ahí”, manifestó.

 

 

 

Rudy recuerda ciertos momentos de la política santacruceña y lo que era, en ese entonces, con varios años menos, trabajar y militar por una idea. Sostiene que los jóvenes tienen que tomar el ejemplo de Néstor Kirchner y ese tipo de razonamientos, como el sacrificio permanente, el levantarse y acostarse pensando en política, que fue lo que hizo la gran diferencia. “En esa época, nosotros estábamos comisionados por fechas y te jugabas la vida por eso. Después, se terminaba ese acto y aparecía otro, y llegaban las elecciones, o un congreso partidario, una inauguración y así se te pasaba la vida. Por eso digo que hay que entender la militancia; es entender que el problema de la gente pasa a ser tuyo, y si vos tenés la responsabilidad y la posibilidad, la vocación de servirle, el problema lo vas a arreglar como sea, le vas a buscar la vuelta. Hoy hay toda una generación que no la vivió, hay que prepararse”, dijo.

 

Año 2000. Néstor aún gobernador. Rudy acompaña detrás. Acto en el Centro Cultural del Carmen. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

 

 

 

Rudy habló de un tirón. Tenía ganas de contar su verdad. “Voy a estar siempre agradecido de él”, reitera. Repasa con la mirada el Ateneo Presidente Néstor Kirchner y reconoce que lo transformó en una especie de museo. Luego, como si fuera un guía, nos invita a recorrerlo. Nos muestra las dos camperas que tiene en un vitrina, una de ellas cuando Néstor fue intendente y la otra de cuando era gobernador. Luego, nos acerca a unas fotografías, algunas políticas y otras más familiares. “No tengo muchas”, dice con amargura. En otro exhibidor hay un cuaderno. No tuvimos que preguntar de quién era esa escritura apretada. Ahí, parado, nos manifiesta: “Soy como el hombre invisible”, por su reticencia a aparecer en público y a dar declaraciones a los periodistas. Cuando llegó el momento de hablar de ese 27 de octubre de 2010, prefirió volver a sentarse en la mesa del café. Vuelve a pasos lentos, pesados, a sabiendas que lo que va a decir le vendrá de adentro. “Las cosas son como son, decía mi amigo ‘Bombón’ Mercado”, comenzó nuevamente.

 

 

“Se creía irrompible”

 

Mucho se ha escrito y dicho sobre qué tipo de país anhelaba el expresidente. Según la visión de su amigo y confidente, “Néstor dejó la vida pensando en que se podían cambiar las cosas (…). Él vivía para la política. Estaba totalmente convencido. Se levantaba y se acostaba hablando de política. Siempre estaba pendiente de algo que faltaba y siempre iba a faltar algo. Lo peor de todo es que no tenía problemas chicos, parecía que todos eran grandes, eso en algún momento te va afectando. Pero, además, nunca demostró ninguna debilidad. Nunca lo ibas a escuchar decir que le dolía esto o aquello. Podía partírsele la cabeza, pero no te lo iba a decir; era un concepto de vida que tenía”. Pero había algo que sí lo afectaba: “La muerte lo desacomodaba”, dijo en referencia a lo que pasó con el militante Mariano Ferreyra, que fue asesinado una semana antes de su propio fallecimiento.

Romina Ulloa, Omnia Igor, Padre Sergio Soto, Rudy Ulloa y “Tito” Quiñones / 2011. Rudy encargó una escultura de tamaño natural que está en el barrio del Carmen para el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

Ulloa hizo una pausa y reflexionó en voz alta: “Yo, teniendo medios de comunicación, nunca hice un reportaje, y ahora me encuentro detrás de un grabador y una cámara porque creo que es necesario, más con este año que cumplimos 10 años de la desaparición física de nuestro compañero y amigo Néstor Carlos Kirchner, que fue un hombre que marcó y nos invitó a soñar y nos demostró que se podía hacer posible. De hecho lo hizo él, pensó en todos, en nosotros, en el país, evidentemente en lo que no pensó mucho fue en él, creía que era irrompible”.

 

 

Pero además, para la concepción de aquellos que militan dentro del peronismo, “dejó el plano, como lo dejó en su momento Perón”, de cómo se tiene que hacer política. “Nosotros tenemos que seguir escuchando más a Cristina, escuchando a Máximo, que estoy convencido que es la síntesis de lo que viene. Tenemos que servir a la causa militando cada uno desde su lugar (…). Néstor tenía claro qué hacer, adónde quería llegar, por eso la gente lo seguía, no porque fuera Pablo Echarri (risas), le costaba todo cuatro veces más y elegía siempre el camino más difícil, que era con la gente”.

 

Hay que seguir escuchando a Máximo y Cristina

 

También subrayó otro aspecto: “Él decía que hacer obras eran amores. Para él eso era la política, hacer cosas y transformar la realidad, si no vas a hacer nada, no vas a transformar nada, correte. Por eso necesitamos gente comprometida y eso se hace con militancia política territorial, pero también la discusión política. Hoy se ha institucionalizado la política; chicos, un dirigente político puede ser el que barre, el portero, es el que más formado está”.

 

 

Y sin soberbia, Ulloa remarcó: “A nosotros no nos contó nadie esto, lo vivimos. Lo digo sin soberbia: Yo puedo decir que fue mi amigo, mi compañero, mi dirigente, mi ídolo, fue mi todo Néstor Carlos Kirchner. Empezó en el ‘74, cuando mi mamá me llevó a escuchar a la unidad básica a un flaco alto, pelo largo, unos anteojos que no hacían juego con nada. Y ‘miércoles’, al hombre había que escucharlo, era distinto. Mi mamá me decía: ‘Tenés que escucharlo, es de la Juventud Peronista, viene de Buenos Aires’. Imaginate, en esa época donde vivíamos era el barrio chileno, después fue del Carmen”.

 

1993. Néstor en el bautismo de Máximo Ulloa. Ernesto Pereyra, su esposa, junto a José, el tío de Rudy. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

Y con una tristeza que aún se le nota, resaltó algo que muchos saben, pero por boca de otros: “Yo puedo decir que a mi amigo, compañero del alma, de la vida, lo acompañé hasta la muerte, porque yo estaba en El Calafate cuando lamentablemente ese 27 de octubre se nos fue; colaboré con vestirlo”. Y sobre esas últimas horas, recordó: “Habíamos cenado la noche anterior y yo me fui a dormir a un departamento que tengo en Calafate y a las 08, 08:30 me llaman que lo llevaban al hospital. Él estaba bien, la noche anterior se paró y nos mostraba cómo estaba, más flaco, en forma. Y me decía, no hagas gimnasia a la noche, hacé a la mañana. Y me dice: ‘Mañana venite a las once’, porque siempre te quería enganchar con algo. Me dijo: ‘Así miramos los diarios y te comento algunas cosas’. Esa fue la última charla. Yo hablo desde ahí, por ahí no soy objetivo porque el sentimiento me traiciona. ¿Qué voy a decir yo de Néstor? Nunca pude llenar su ausencia”, dice y hace una pausa: “Esa mañana me morí yo también, en todo sentido”.

 

Esa mañana del 27 me morí yo también, en todo sentido

 

Y rememoró lo que seguramente marcó su vida para siempre: “Cuando me preguntó: ‘¿Vos también te vas?’, el día de la bomba y yo le dije que me quedaba, yo me quedé en serio, el que se fue fue él. Me debe faltar poco para que me mande a buscar, ojalá, si todavía no me mandó a buscar, no me necesitará”, afirma. Y respecto a si va al cementerio a verlo, responde: “Voy, pero yo estoy seguro de que Néstor no hubiera querido eso”, comenta sobre el mausoleo donde se encuentra. “No trabajó ni militó para eso. Él hubiera sido feliz si estaba al lado de ‘Cacho’ Vázquez, de ‘Bombón’ Mercado, de Mario Vidal, de ‘Chela’ Gay. Ahí lo pusieron preso y esto que digo me ha costado disgustos, pero conociendo a mi amigo, él no era eso. Pero, bueno, entiendo por qué lo hicieron, es emblemático, vienen los compañeros de todo el país a verlo; eso lo entiendo, pero a nivel personal, estoy seguro que le hubiera gustado otra cosa”.

 

Néstor no trabajó ni militó para estar en el mausoleo

 

Y con orgullo y un dejo de amargura, Rudy Ulloa Igor pareció elegir las palabras para dar un mensaje final, uno que le duele, pero que entiende debe decir luego de 10 años: “Se extraña como persona, como ser humano, lo extraño como cualquier argentino bien nacido que le llegó a su casa el resultado de las políticas que él fomentaba. Por eso nosotros, desde acá, decimos que la única forma de recordarlo es trabajar y comprometerse más”.

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