El vocero presidencial, Manuel Adorni, se refirió a la relación entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, y aseguró que “no hay ningún tipo de pelea o interna” entre ellos.
“Nos sentimos sorprendidos por la mala lectura que hubo del comunicado. Fue firme, pero dedicado contra la casta política. No entendemos por qué se hizo una lectura desacertada. Todo lo que he leído en los medios mostraban una mala lectura del comunicado”, sostuvo el portavoz.
Y continuó: “No hay ningún tipo de pelea o interna. Muy por el contrario, somos todos un gran equipo de trabajo desde el 10 de diciembre. El comunicado fue contra la casta”.
Con respecto a las declaraciones del diputado José Luis Espert sobre sus dudas acerca del intento de desestabilización por parte de Villarruel, Adorni dijo que el legislador, que se sumó a La Libertad Avanza, “no tenía el conocimiento fino, y ante una mala lectura del periodismo, probablemente siguió esa línea. De todas maneras no deja de ser una opinión de él, a quien le volvemos a dar la bienvenida a nuestro espacio”.
Sobre el tratamiento del DNU 70/23 en el Senado, el vocero presidencial afirmó que “quedará en la conciencia de cada senador votar a favor o en contra de otorgarle más libertad a los argentinos”.
Además dijo que en el Gobierno desconocen “si hay número para aprobar el DNU y no nos inmiscuimos en otro poder. Y en caso de que hoy se rechace sigue vigente porque todavía queda una instancia adicional. Nosotros siempre analizamos las acciones a seguir en base a nuestro norte, que es una Argentina distinta, más libre y más próspera. Y tenemos un plan B y un plan C para cada una de las cosas que puedan ocurrir. Tenemos cero grado de improvisación”, afirmó.
Acerca de las tarifas y la quita de subsidios señaló que “todas las audiencias públicas irán en torno a regularizar y sincerar el esquema de tarifas para, de a poco, cumplir nuestro objetivo de lograr un cambio de subsidios de la oferta a la demanda. Y todos los subsidios que deba pagar el Gobierno nacional se están transfiriendo en los tiempos normales”.
“Nos habíamos acostumbrado a vivir en un país distorsionado. Del otro lado de un precio hay un montón de cuestiones. Pero en la economía no se puede vivir en una mentira, y la Argentina era, en términos de precios relativos, un absoluto delirio. Todo tenía el dedo del Estado encima”, agregó.
“No caigamos en lo burdo de creer que el 10 de diciembre empezó una catástrofe en la argentina: lo que empezó fue la corrección de la catástrofe anterior. Y si algún distraído pensó que tantas décadas de populismo berreta, barato y empobrecedor se resolvían en 90 días, no va a pasar eso”. A su vez agregó: “Elegimos el mejor camino que se podía elegir, pero un cuarto de siglo de populismo no es gratis. No hay ningún tipo de duda de que vamos a alcanzar el norte que nos propusimos”.
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