Hace dos semanas, se cumplieron siete años desde que el auditorio del Obispado de Río Gallegos era el escenario del acto de adjudicación de la obra más importante de los últimos tiempos. Las represas sobre el río Santa Cruz, un sueño que comenzó a ponerse en palabras en los años setenta, pero que nunca hubiese sido posible si la Patagonia y Santa Cruz, no ingresaban al Interconectado Nacional.

Después de Yacyretá, y con la diferencia de que se trata de una obra cien por ciento argentina, Represas es el emprendimiento más grande en materia hidroeléctrica del país.

Se trata de un proyecto de financiamiento externo, es decir que el país se endeuda de forma virtuosa, como dijo durante la apertura de sobres la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para pagar luego la obra con los recursos que provengan del aprovechamiento del río, en este caso, el más caudaloso de Argentina, generando 1.740 megavatios de energía absolutamente renovable, limpia y constante durante todo el año.

El aprovechamiento hidroeléctrico del Río Santa Cruz es una obra clave para el futuro desarrollo energético de Argentina.

IEASA (Integración Energética Argentina) es el comitente de la obra, esto quiere decir que el financiamiento externo que consiguió el Estado Nacional para la ejecución es gestionado a través de ese organismo.

Así, Hidrocuyo, Gezhouba y Electroingeniería, que resultaron ganadoras en la licitación internacional, conformando hoy la UTE Represas Patagonia, que a su vez contrata su inspección privada, tiene mediante IEASA un contralor de las certificaciones antes de habilitar el financiamiento.

De SPSE a IEASA

Al frente de ese organismo, que antes se llamó ENARSA, hay hoy un santacruceño, no por origen, sino por decisión política. Se trata de Andrés Cirnigliaro, que hasta marzo fue funcionario de Alicia Kirchner, como presidente de Servicios Públicos Sociedad del Estado.

Andrés Cirnigliaro fue funcionario de Alicia Kirchner hasta marzo en Servicio Públicos. De allí pasó a la ex Enarsa.

Su designación no fue casual. Detrás de la elección del nombre se cree que hay una reivindicación a la gestión provincial, pero sobre todas las cosas, la convicción de que la obra es fundamental para Santa Cruz.

El diagnóstico que yo tengo es que no había voluntad de resolver los conflictos que surgieron, que son naturales de una obra de esta envergadura

“Cuando asumimos nos encontramos con la ratificación de lo que se percibía desde afuera. En 2016 los primeros trascendidos públicos fue que (Mauricio) Macri no tenía intenciones de realizar la obra, después eso se verificó en el momento que modificaron el contrato. Finalmente, cuando se cierra el nuevo contrato, lo que sucede es que en el 2017, un amparo ambiental también demoró la obra, durante un periodo considerable” dijo Cirnigliaro a La Opinión Austral sobre la ralentización de la obra hidroeléctrica.

 

Así reflejó La Opinión Austral la visita de la vicepresidenta, en enero de 2020.

El proceso que puso a las represas en una absoluta letanía comenzó a pocos días de la asunción del Gobierno de la alianza Cambiemos, cuando Macri recibe en su despacho a Kris Tompkinsviuda de Douglas Tompkins, y promete a viva voz “parar” las represas, atendiendo a un argumento ambientalista, pero que luego tomaría otro camino; el de la persecución judicial al dueño de ElectroingenieríaGerardo Ferreyra, que en la actualidad asegura que la maniobra no persiguió otro fin que arrebatarle la concesión.

Macri recibe a la viuda de Tomkings y promete “parar” la obra.

Fue el gobernador peronista Joge Cépernic (1973) quien siempre dijo que era necesario aprovechar la potencia del río Santa Cruz. Por eso, los proyectos, que originalmente iban a llamarse Cóndor Cliff y La Barrancosa, fueron mediante una ley de 2012 bautizados con su nombre una represa y con el de Néstor Kirchner la otra. Sin embargo, por decreto presidencial, Macri los borró del mapa.

Cuando Alberto Fernández asume, se compromete con Alicia Kirchner a poner en marcha la obra. Este compromiso está plasmado en un acuerdo federal firmado en Rosario, en medio de la campaña electoral.

28 de enero de este año, Cristina visita un obrador de Represas. En la foto junto a Alicia Kirchner.

No es para menos, Represas es futuro, porque significaría el cambio de la matriz energética de la provincia, pero también presente, ante la fuerte demanda de empleo en la construcción.

Sin embargo, cuando parecía que todo se encaminaba, llegó la pandemia.

El diagnóstico que yo tengo es que no había voluntad de resolver los conflictos que surgieron, que son naturales de una obra de esta envergadura, y eso se refleja en que, cuando nosotros llegamos, había acumulada una serie de cuestiones administrativas no resueltas que también hicieron que, a la larg,a la obra sufra este tipo de demoras”, explicó Cirnigliaro, que asumió el cinco de marzo.

La visita de Cristina Fernández de Kirchner a las represas fue a poco más de una mes de asumir la vicepresidencia de la Nación.

Frente a eso “lo que hicimos el día después de asumir fue dedicarnos a trabajar con la UTE para evitar la paralización total, a través de un esquema de flujo de trabajadores que priorizara la cuestión sanitaria, pero que hiciera respetar el decreto presidencial que exceptuaba a la obra pública del aislamiento, declarándola un trabajo esencial”, explicó.

-¿Qué porcentaje de avance tenía la obra cuando asumiste?-

“El grado de avance físico de la obra en marzo era del 17%, nada” contó el titular de IEASA, asegurando que “evitar la paralización era fundamental, porque en este tipo de obras, una paralización cuesta mucho remontar, es preferible hacer mucho esfuerzo para que se mantenga a un ritmo de actividad mínimo que paralizarla”.

Eso se logró porque la obra hoy está en marcha, aunque con fuertes condicionamientos marcados por el pulso del Covid-19.

El primer gesto político y el más contundente, fue la visita de la vicepresidenta a las represas

“Así llegamos hasta fines de mayo, principio de junio, donde por la cuestión climática se hizo imposible continuar el trabajo y en el transcurso de la veda invernal se desmovilizó una gran parte de trabajadores” dijo luego Cirnigliaro, que utilizó ese tiempo para organizar un proceso de reordenamiento que en el transcurso de este mes, ya con el invierno superado, y de manera conjunta con la UTE permita “iniciar la movilización a la obra, con incorporación de nuevos trabajos dentro del plan y que permitan, progresivamente, sumar nuevos trabajadores, teniendo como objetivo llegar a el primer trimestre del año que viene con la máxima capacidad desde que se empezó la obra”.

El número de trabajadores durante el ‘pico’ de ejecución fue un asunto al que se le dio especial valor en Santa Cruz. No sólo porque el proceso de gestión anterior paralizó cualquier obra pública en la provincia gobernada por Kirchner, sino porque la oposición hizo campaña con los ingresos.

Así, durante las elecciones de 2019, los carteles de “6.500 puestos de trabajo” en Represas, se promocionaron a través de una página del senador Eduardo Costa, donde se llegó a pedir curriculum.

En este caso, el número al que hace referencia Cirnigliaro habla de un importante número para los primeros meses de 2021. Ergo, durante la construcción del 17% de avance que se encontró, ese volumen de trabajadores y trabajadoras, nunca llegó.

Territorialidad

Por otro lado, “nosotros tomamos una serie de decisiones internas que tienden a la ejecución con perspectiva territorial. Para eso dentro del equipo que dirige la obra para IEASA, lo que hicimos fue cambiar el esquema de trabajo y pasar a un esquema para que tengan mayor presencia del territorio la mayor parte del tiempo, porque entendemos que eso es fundamental”, dijo.

Para Cirnigliaro “no se puede gestionar una obra de esta envergadura desde un escritorio en Buenos Aires, y por eso apuntamos a la territorialidad”.

También, el organismo revirtió la perspectiva del comitente. “Con Electroingeniería, Gezhouba y con Hidrocuyo mostramos que es prioridad para esta gestión, para este Gobierno Nacional, la ejecución de la obra como una obra estratégica para el sector energético y para la relación bilateral con China“.

Así fue que “en el transcurso de esos meses ha cambiado la relación de la UTE y el comitente, favoreciendo un trabajo mucho más fluido entre las partes”, aclaró, y por eso creen que a pesar del contexto pandémico, “vamos a lograr los objetivos que nos estamos proponiendo, porque veo en el conjunto de los trabajadores representantes de la UTE Represas Patagonia y los trabajadores de IEASA, que están abocados al proyecto y hay voluntad y compromiso con la obra”.

Al asumir, ¿se encontraron con reclamos de la República Popular China, por el retraso en la obra?-

“Si bien no ha habido un reclamo formal, nosotros percibimos de entrada, en general de la UTE, la incertidumbre sobre el rumbo que iban a tomar las represas con este nuevo gobierno”, respondió el titular de IEASA, seguro de que la visita de Cristina Fernández de Kirchner y de la gobernadora fueron un mensaje claro en esa dirección.

La UTE y sus trabajadores están comprometidos en continuar con la obra cuidando la salud propia, afirmaron.

“El primer gesto político y el más contundente, fue la visita de la vicepresidenta a las represas. Con esa visita la vicepresidenta, sin la necesidad de decirlo explícitamente, lo que hizo fue demostrar el carácter estratégico que tiene la obra para la provincia de Santa Cruz, para la Argentina entera y para el sistema energético en particular”, indicó.

Fue el 28 de enero, en el obrador ubicado a unos 130 kilómetros de El Calafate. “Durante el macrismo las obras estuvieron paralizadas. Abandono y desidia caracterizaron aquella etapa. La traducción más clara de ello fue que por primera vez en 30 años el Estado argentino reconoció y pagó gastos improductivos por 130 millones de dólares”, posteó Cristina Fernández de Kirchner esa jornada.

El gesto más concreto llegaría en julio, cuando el Gobierno Nacional amplió el presupuesto del organismo, agregándole $ 4.118,3 millones a los $ 8.021,6 millones que ya tenía.

Frente a ese impulso, IEASA lo que hace es “ser el brazo ejecutor de esa decisión política que, obviamente es compartida por el presidente Alberto Fernández” y hoy “a las represas no las para nadie”, aseguró.

La salida de Cirnigliaro de Servicios Públicos fue sorpresiva, sobre todo porque acababa de asumir en reemplazo de Lucio Tamburo, que fue doce años responsable del Enohsa.

Se sabe que su nombre llegó a oídos de la vicepresidenta, que en el verano dio el ‘ok’ para que se hiciera cargo de la ex Enarsa. Alicia Kirchner entendió y vio al enroque como una reivindicación a la gestión santacruceña, y Cirnigliaro pasó a integrar el grupo de funcionarios ‘K’ que integraban Federico Bernal (Enargas), Federico Basualdo (Enre) y ahora también, Darío Martínez (Energía).

“Mi designación lo que hace es ratificar el carácter estratégico de las represas porque es un funcionario santacruceño el que queda a cargo del comitente de la obra”, se limitó a decir Cirnigliaro sobre los entretelones de la decisión.

Y es que, al parecer, todo alrededor de esta megaobra gira entorno al sentido de pertenencia de santacruceños, ‘nyc’ o por elección, que, como Cépernic, soñaron con un proyecto que saque a Santa Cruz del eje de la administración pública y le permita sustentabilidad, todo un acto de reparación histórica para los pueblos del sur y sus recursos naturales.

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