Este sábado 26 de abril, Buenos Aires se unió en un acto de profunda emotividad para despedir a su hijo más ilustre, el Papa Francisco. La misa exequial se celebró en la Catedral Metropolitana, presidida por el arzobispo Jorge García Cuerva, y reunió a autoridades políticas, religiosas y cientos de fieles que quisieron rendir tributo al primer pontífice argentino y latinoamericano.
Desde las primeras horas del día, la Plaza de Mayo se encontraba vallada para garantizar la seguridad, mientras que medios de comunicación de todo el mundo transmitían en vivo la ceremonia.
Misa concelebrada por el episcopado argentino
La celebración litúrgica contó con la presencia de numerosos obispos, entre ellos el nuncio apostólico Miroslaw Adamczyk, el cardenal Mario Poli, y los obispos auxiliares de Buenos Aires, junto a otros prelados de diócesis de todo el país. También participaron autoridades civiles, como la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel; el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
La Catedral, colmada de fieles, se transformó en un espacio de recogimiento y oración, en un marco que combinaba la solemnidad oficial con el sentimiento popular.
Un mensaje cargado de emoción
Durante su homilía, monseñor Jorge García Cuerva no ocultó su emoción al recordar al Papa Francisco. Citando el Evangelio, trazó un paralelismo entre el dolor de los discípulos tras la muerte de Jesús y el luto que atraviesa hoy el pueblo argentino y la Iglesia universal.
“Lloramos porque se murió el padre de todos”, expresó conmovido el arzobispo, quien recordó que Francisco “fue padre de los últimos, de los descartados y de los que sufren”.
Evocando una frase de Carlos Gardel, señaló: “Las lágrimas taimadas se niegan a brotar”, reflejando el dolor profundo que embarga a millones de personas en todo el mundo.
“No tengan miedo de llorar”
García Cuerva retomó palabras del Papa Francisco pronunciadas en Filipinas en 2015: “Ciertas realidades de la vida se ven solamente con los ojos limpios por las lágrimas. No tengan miedo a llorar”, animando así a los fieles a expresar abiertamente su dolor.
Entre los asistentes, muchos sostenían rosarios, estampas, fotos y banderas argentinas en un gesto conmovedor de despedida.
Un legado de lucha y esperanza
El arzobispo repasó el legado del Papa Francisco, resaltando su batalla contra los “demonios” de la guerra, la exclusión, la indiferencia y la resignación institucionalizada.
“Francisco nos enseñó que la Iglesia no necesita burócratas, sino misioneros apasionados”, afirmó. Asimismo, convocó a los argentinos a comprometerse con la fraternidad, siguiendo el magisterio del pontífice.
Un llamado a la reconciliación
En el tramo final de su homilía, monseñor García Cuerva invitó a mirar el frontispicio de la Catedral, donde se representa el abrazo de Jacob y José, símbolo de la reconciliación nacional. “Hoy más que nunca, imaginemos el abrazo que nos debemos los argentinos”, exhortó, en un firme llamado a la unidad.
“Queremos darle a Francisco un gran abrazo y decirle: gracias, perdón y te queremos mucho”, expresó, alentando a vivir de manera concreta el legado de amor y fraternidad que dejó el Papa.
Homenaje final y compromiso de fe
Tras la misa, los presentes realizaron un recorrido simbólico alrededor de la Plaza de Mayo en homenaje al pontífice. La consigna fue clara: una despedida silenciosa, comunitaria, sin banderas partidarias y con el corazón lleno de gratitud.
La jornada concluyó con una emotiva oración comunitaria, cerrando así un capítulo histórico en el corazón de la Argentina.
Almuerzo comunitario y Peregrinación
Tras la misa, se llevará a cabo un recorrido simbólico alrededor de la plaza en homenaje al Papa Francisco. A las 12:00, se realizará un almuerzo comunitario bajo el lema “Compartimos la mesa”, y a las 13:30 dará inicio la peregrinación titulada “Pacto de amor a Francisco: recorrido por los lugares del dolor”.
Esta peregrinación, organizada por la Arquidiócesis, incluye seis paradas en puntos significativos del trabajo pastoral de Bergoglio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
- Casa Mamá Antula (Avenida Independencia 1190, Monserrat)
- Plaza Constitución (Avenida Garay y Lima)
- Predio del Hospital Borda junto con los hospitales Tobar y Rawson (Dr. Ramón Carrillo 375, Barracas)
- Unidad penitenciaria del Hospital Muñiz (Uspallata 2272, Barracas)
- Hogar de Cristo San Alberto Hurtado (Monteagudo 862, Parque Patricios)
- Parroquia Virgen de Caacupé (Osvaldo Cruz 3470, Villa Lugano)
El recorrido está abierto a toda la comunidad y no se prevén actos protocolares ni oradores designados en cada parada. La organización aclaró que se trata de una acción simbólica acompañada por voluntarios, parroquias, movimientos pastorales y fieles, con el objetivo de resignificar el paso del Papa Francisco por espacios donde ejerció su labor como sacerdote y arzobispo.
García Cuerva decidió no asistir al funeral en Roma para permanecer en Buenos Aires y guiar los homenajes locales. La misa en la Catedral será el cierre litúrgico principal en el país. Se instalaron pantallas en la Plaza de Mayo para que el acto pueda seguirse a distancia.
La peregrinación finalizará con una oración comunitaria en Villa Lugano, sin ceremonia de cierre ni discursos oficiales. La consigna establecida por la Arquidiócesis es que la despedida sea silenciosa, comunitaria y sin referencias partidarias.
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