Un documento realizado por la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación que conduce Ginés González García denominado “Lineamientos técnicos” para la Campaña Nacional de Vacunación contra la COVID-19 estableció, entre otros puntos, la población objetivo que recibirá las dosis y el orden de prioridades a medida de que Argentina vaya disponiendo de stock.

El objetivo de la campaña de vacunación es “disminuir la morbilidad-mortalidad y el impacto socio-económico ocasionados por la COVID-19 en Argentina”.

El objetivo es “vacunar al 100% de la población objetivo en forma escalonada y progresiva, de acuerdo con la disponibilidad gradual y creciente del recurso y a la priorización de riesgo”.

El documento al que tuvo acceso La Opinión Austral asegura que “debido a la disponibilidad gradual de dosis de vacunas con la que se contará en el transcurso de la Campaña, es necesario establecer el orden de prioridad de los grupos de población a vacunar en cada una de las etapas establecidas”.

Para ello, “se ha considerado un marco bioético fundado en los principios de igualdad y dignidad de derechos, equidad, beneficio social y reciprocidad”.

Para establecer la priorización de las poblaciones a vacunar en las distintas etapas se contemplan también criterios establecidos en función del riesgo de desarrollar la enfermedad grave y complicaciones por COVID-19, la probabilidad de una mayor exposición al virus, la necesidad de mitigar el impacto de la COVID-19 en la realización de actividades socioeconómicas y la posibilidad de incidir en la cadena de transmisión.

Desde la cartera sanitaria reconocen que la provisión inicial de las primeras vacunas contra la COVID-19 que sean autorizadas será en cantidad limitada, dado que la demanda responde a las necesidades a nivel mundial. La producción se irá incrementando de forma progresiva y esto permitirá contar con una mayor disponibilidad del insumo paulatinamente.

“Es por esto que, Argentina al igual que otros países del mundo, implementará una estrategia de
vacunación escalonada y en etapas, en la que se irán incorporando distintos grupos de la población definidos como “población objetivo a vacunar” en forma simultánea y/o sucesiva, sujeta al suministro de vacunas y priorizando las condiciones definidas de riesgo.

Criterios para la priorización de personas a vacunar:

RIESGO POR EXPOSICIÓN Y FUNCIÓN ESTRATÉGICA:

  • Personal de salud con escalonamiento a Fuerzas Armadas de seguridad y personal de servicios penitenciarios.
  • Personal docente y no docente (inicial, primaria y secundaria).
  • Otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis.

RIESGO DE ENFERMEDAD GRAVE:

  • Adultos de 70 años y más
  • Personas mayores residentes en hogares de larga estancia.
  • Adultos de 60 a 69 años.
  • Adultos 18 a 59 años de grupos en riesgo.

 

Por último, teniendo en cuenta los criterios de vulnerabilidad: Barrios populares/
Personas en situación de calle/Pueblos originarios/Personas privadas de libertad/ Migrantes/Docentes universitarios/Otros grupos

 

En etapas, voluntaria y para todas y todos

Con esos grupos definidos se estableció la prioridad. “La vacuna será provista por el Estado Nacional para todos los que integren la población objetivo definida, independientemente de la cobertura sanitaria y la nacionalidad”.

 

 

 

La vacunación será en etapas, voluntaria e independiente del antecedente de haber padecido la enfermedad.

El inicio de la vacunación será en los grandes AGLOMERADOS URBANOS, donde la evidencia indica que se presenta una mayor proporción de casos confirmados, con transmisión comunitaria sostenida y las mayores tasas brutas de mortalidad. Por eso casi la mitad de las primeras 300.000 dosis se fueron para la provincia de Buenos Aires.

En primer lugar, como ya se sabe, las dosis serán para el personal de salud , pero no para todos de manera indiscriminada. Será según la función y el riesgo que conlleve la actividad.

Segundos en ese orden están los adultos de 70 años y más y personas mayores residentes en hogares de larga estancia.

En tercer lugar los adultos de 60 a 69 años, con lo que estaría cubierto uno de los grupos de riesgo que más preocupan durante la pandemia.

 

Luego los miembros de las fuerzas armadas, de seguridad y personal de servicios penitenciarios.

En cuarto lugar, el documento colocó a los adultos 18 a 59 años de grupos en riesgo, personal docente y no docente (inicial, primaria y secundaria).

Y por último otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis.

 

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