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Por Florencia Golender

Estados Unidos, junto a Israel, son los países con los que el presidente, Javier Milei, trazó la directriz de su política exterior. El norteamericano define este martes su nuevo conductor entre el republicano, Donald Trump, y la demócrata, Kamala Harris. En Casa Rosada aceptan que el resultado tendrá impacto en la política y economía local y “si gana el que esperamos, se abre una nueva etapa para bien”, aseguraron a cronica.com.ar.

Según los primeros conteos de la jornada de cierre electoral estadounidense y sin bien las encuestas marcan paridad, Trump tiene mejores posibilidades. En el gobierno nacional cruzan los dedos y no ocultan su preferencia por el magnate con el que Milei ya acumula fotos e intercambios elogiosos en las redes sociales, además de considerar que ambos son “los dos políticos más relevantes del planeta Tierra”.

Si gana Trump, en el gobierno ya descartan que Milei será invitado a la ceremonia de asunción del próximo 20 de enero y viajará a Washington, concretando su séptimo viaje a ese país. Si gana Kamala, dudan del llamado demócrata pero, si ocurriera, estiman que el Presidente también viajaría.

Es que si bien Trump es mejor valorado por Milei por “ser parecido en muchas cosas”, según subrayan hace rato en su entorno, con mayor intensidad sobre las similitudes ideológicas y con menor en las divergencias económicas con propuestas proteccionistas como “America first” -contrarias al liberalismo económico que predica Milei-; la prioridad es sostener “una buena relación con la Casa Blanca”, aún si hay continuidad de los demócratas.

Se define la presidencia de Estados Unidos entre Donald Trump y Kamala Harris.

Hasta ahora, en la Casa Rosada miran el vínculo con el “azul” Joe Biden como uno al que le falta “un gesto” del norte con la Argentina, cuyo gobierno insiste en reforzar el alineamiento con los “valores occidentales que impulsa Estados Unidos“, se quejaron en la previa del discurso de Milei en la ONU.

Ese gesto que sigue sin concretarse a 11 meses de gobierno de Milei es el apoyo concreto del mayor accionista del Fondo Monetario Internacional (FMI), los Estados Unidos, para un nuevo programa por la deuda contraída en 2018 que incluya fondos frescos para la Argentina y permita avanzar con promesas como el levantamiento total del cepo cambiario.

Se trata de entre 5 mil y 10 mil millones de dólares extras que forman parte de las conversaciones informales entre el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, y los representantes del Fondo Monetario. Hasta ahora, no hay señales y por eso Milei se entusiasma con que la situación se revierta si Trump vuelve a la Casa Blanca.

En 2018, cuando el gobierno de Mauricio Macri obtuvo en tiempo récord la aprobación del préstamo por 57 mil millones de dólares -de los que se desembolsaron 45 mil-, gobernaba Trump.

“Esperamos una nueva etapa todo para bien”, compartió con este medio una fuente de la Casa Rosada que admite que el nuevo acuerdo con el Fondo es uno de los impactos más importantes que podría tener en el país la elección en el norte.

En Balcarce 50 no preocupan las desconexiones que podrían existir a partir de la política de comercio exterior más cerrada que promete Trump para proteger su industria nacional. Se estima que, de cumplirla y subir los aranceles, se traducirá en un encarecimiento de las barreras aduaneras para productos chinos, principalmente, y para en menor medida para el resto.

Esa eventual nueva construcción, calculan los expertos economistas estadounidenses, generará un aumento de los precios de algunos insumos y productos manufacturados que tendrá como consecuencia mayor inflación. Y si eso ocurre, agregan, el escenario final será -al menos en lo inmediato-, una suba de la tasa de interés de la FED (Reserva Federal).

El Presidente Javier Milei junto al ex Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en febrero de 2024

Esa tasa es la referencia para todo el mundo occidental y si sube atrae dólares -a mayor interés, más atractivo para inversores financieros apostar a bonos y acciones estadounidenses-, si baja, los repele y la especulación se traslada a o se queda en emergentes como la Argentina.

Ese eventual imán de fondos de inversión podría generar cierta volatilidad por lo que mantiene alguna alerta en el gobierno de Milei que atraviesa tiempos de calma en su mercado cambiario.

En septiembre último, la tasa de la FED bajó 0,5% por primera vez en cinco años. Un estrecho colaborador del Presidente afirmó por entonces la conveniencia de que baje y no suba esa tasa para el plan libertario: “esto cambia nuestro esquema. No es lo mismo si absorben los dólares de todo el mundo en vez de imprimir e inundarlo de dólares. Si circulan menos, el dólar se aprecia y la dolarización se encarece para la Argentina; si el mundo rebosa y hay fiesta de dólares, esa moneda se devalúa . “Igualmente, nos enfocamos en un esquema de competencia de monedas”, aclaró.

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