“¿Cuánto tiempo más vamos a leer diarios contando mujeres muertas?”, se preguntó esta semana el presidente Alberto Fernández, durante la presentación del Consejo Económico y Social, en una muestra de comprensión de que a la pandemia de los femicidios no se la ataca sólo con el Código Penal, sino también desarmando las inequidades estructurales entre varones y mujeres. La economía es un factor clave.

Ayer nomás, Verónica Escobar, de 22 años, fue asesinada a puñaladas en la localidad santiagueña de Los Díaz y por el hecho buscan a su pareja, Alejandro Roldán, quien se dio a la fuga tras el ataque.

No habían pasado ni 24 horas desde que encontraron el cuerpo de Ivana Módica para que su expareja, Javier Galván, confesara el crimen.

En lo que va del año, se registraron más de 40 femicidios. Y sólo hablamos de los que se ven reflejados en los medios de comunicación. Las estimaciones -todas extraoficiales- dan cuenta de una asesinada por razón de género cada 29 horas y que hay un incremento de la violencia como consecuencia de la pandemia.

 

Según un informe del Observatorio “Mujeres, Disidencias y Derechos” de Mumalá Nacional, presentado este domingo, en lo que va del año se registraron 43 femicidios en todo el país.

De ese total, 38 son femicidios directos y cinco vinculados de niñas/mujeres. En total, son 63 las muertes violentas de mujeres, travestis y trans reportadas desde el 1 de enero.

Asimismo, se denunciaron 10 muertes violentas asociadas al género vinculadas a economías delictivas o colaterales. Siete muertes violentas de mujeres están en proceso de investigación (esperando autopsia y peritajes).

 

Más muertas que días

El primer día de 2021, Argentina ya tenía dos mujeres víctimas de femicidio. Las primeras de las casi cincuenta víctimas fueron Vanesa Lobo Noble, Graciela Flores, Noelia Albornoz, Anabella Olmos, Mariana Madona, Jésica Palma, Noelia Vanina Sánchez, Yesica Paredes, María Belén Montenegro y la lista continúa.

En la mayoría de los casos (76%) el femicida fue su expareja.
Todo indica que habrá más víctimas que en 2020, que a su vez tuvo más que 2019.

 

Otra inseguridad: en más del 75% de los casos el perpetrador es la expareja

 

Una forma de anticiparlo es con las consultas al 144 que, según el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, aumentaron un 21%.

 

Una carta

La semana pasada, más de trescientas mujeres y disidencias de la cultura, el espectáculo, los medios, organizaciones feministas, entre otras, le llevaron una carta al presidente de la Nación en la que pidieron “que la violencia por razones de género sea un tema prioritario del Gobierno y de las administraciones provinciales y municipales”, pero “sobre todo del sistema de Justicia que ha demostrado desentenderse del problema”.

La carta, firmada por Nora Cortiñas, Estela de Carlotto, Rita Segato, el Colectivo de Actrices Argentinas, periodistas, entre otras, se dio luego de que Fernández anunciara la creación de un Consejo Federal para combatir los femicidios.

La noticia no cayó del todo bien en los movimientos de mujeres, que acumulan expectativas en torno a creaciones de espacios administrativos dentro del Estado, sin embargo, sirvió para desnudar una verdad pocas veces admitida en el Gobierno: las provincias deben ponerse en sintonía.

 

Pandémico: en lo que va del año se registra en Argentina un femicidio cada 29 horas

Que espacios como este deban crearse porque no hay articulación y sobre todo, información que circule entre Nación y provincias es un dato alarmante que impide políticas publicas eficaces, teniendo en cuenta las particularidades de cada región.

 

Otra carta

Surgió entonces la carta del presidente a los gobernadores y gobernadoras donde les solicitaba sumarse a la mesa federal para planificar una salida en conjunto.

“Para iniciar un verdadero camino de transformación se requiere la voluntad política firme y contundente por parte de quienes gobernamos este país, sin distinción de banderías políticas, ni del territorio en el que nos encontremos”, escribió.

A continuación, consideró que por las características que asume el fenómeno de femicidios y travesticidios y los motivos que los contextualizan, “trabajar en el abordaje de estos hechos requiere, sin lugar a dudas, de un gran acuerdo federal que nos comprometa a todos y todas para implementar políticas para su prevención y erradicación”.

 

Úrsula

El femicidio de Úrsula Bahillo reavivó el reclamo por el cese de estas muertes evitables.
Su crimen volvió a poner al Poder Judicial en tela de juicio, bajo escrutinio de quienes atraviesan los pasillos de los tribunales esperando respuestas y protección cuando corren peligro por ser mujeres.

Los femicidios son evitables, pero para eso la sociedad toda se debe comprometer a modificar conductas que ponen en un lugar de subordinación a las mujeres y disidencias.

 

No es un exabrupto

Las violencias están todavía naturalizadas y prueba de ello es lo que sucedió este domingo, cuando una columna publicada en un diario porteño trató de “desvirgada” a la nueva ministra de Salud, Carla Vizotti. la respuesta a eso fue que sólo los movimientos de mujeres, el feminismo, lo repudiaron.

 

 

Por lo pronto, la propuesta del Estado es un consejo, una mesa de concertación nacional que aborde el drama social de forma integral, apuntando a la prevención, pero también a mejorar la investigación, sanción, asistencia y reparación de las violencias extremas por motivos de género.

Si la respuesta es esa, entonces hablamos de atacar el problema de raíz. El problema es que quienes se sienten en esa mesa deben tener la vocación política de pensar cuáles son los mecanismos que pueden operar en la puesta en marcha de esa transformación, que involucra a todos y todas.

 

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