El día después del futbolista tras el retiro de la actividad es un tema que preocupa y afecta a aquellos que dejan la profesión y deben seguir adelante con su vida. Muchos exjugadores caen en la depresión al no poder insertarse en el mercado laboral y se ven afectados, como el caso del exdefensor de Huracán, el uruguayo Sebastián Morquio.

 

 

“Lo único que quiero es trabajar y poder ver a mi hijo. Estoy mal y lo que hice fue pedir ayuda. Pero no logro insertarme en la sociedad, es increíble”, relató Morquio, de 45 años, en una entrevista con el programa Halcones y Palomas, de TNT Sports.

Morquio, quien reside en Uruguay, contó que recibió algunas ofertas de trabajo luego de realizar pedidos en su cuenta de Twitter, pero vive con la angustia a cuestas y la desesperación por estar desempleado: “Llega un momento que decís ‘salgo a robar’. Pero antes de salir a robar, prefiero irme de esta vida. Prefiero lastimarme yo y no a otros”. Esta última frase generó una alerta, ya que está hablando de un posible suicidio. Enseguida, el recuerdo del Morro García se hizo presente.

 

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El exjugador escribió algunos mensajes en Twitter pidiendo trabajo y alertando que si no lo ayudan puede haber un desenlace lamentable. “Uno pide ayuda como puede. Después si pasa algo no sean cínicos de decir había que ayudarle cuando ya no esté. No quiero hacer cagadas y que me familia sufra”, escribió el uruguayo.

 

A raíz de sus preocupantes tuits, a Morquio le preguntaron si estaba recibiendo ayuda psicológica. Ante esto, dijo que hace unos días que estaba evaluando la posibilidad de retomar la terapia con un profesional. “Necesito desahogarme un poco, pero me desahogo y es peor: me enojo”, explicó, y en ese sentido señaló: “Me mandaron con un psiquiatra y los psiquiatras te empastillan”.

 

Respecto de sus posibilidades laborales, fue claro: “Algo básico como manejar un taxi no lo puedo hacer porque no tengo registro profesional. Han pasado nueve años desde que dejé el fútbol y he sido intermediario, trabajé con los jugadores, pero todavía no me pude insertar en la sociedad en algo nuevo. No he podido insertarme. Es increíble, es como que no tenés espacio. Soy uno de tantos que se quieren insertar y no pueden”.

 

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Tras hablar sobre el conflicto legal que mantiene con la madre de su hijo por las visitas del menor, el uruguayo fue honesto cuando le consultaron si realmente había considerado la posibilidad de salir a robar. “Sí, lo he pensado”, respondió tajante. Aunque sus declaraciones posteriores no hicieron más que incrementar la preocupación de aquellos que lo quieren y lo respetan, tanto en el ámbito profesional como personal: “Antes de salir a robar prefiero irme de esta vida. Prefiero lastimarme yo que lastimar a otros”.

 

Finalmente, Morquio subrayó que no tiene intenciones de ir a solicitar un puesto de trabajo en Huracán, el club en el que es ídolo en Argentina. “Yo no les voy a pedir nada. Si ellos quieren me van a llamar. No les voy a pedir nada ni a ellos ni a Nacional porque sería un irrespetuoso”.

 

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Morquio surgió de Nacional de Montevideo y en 1999 recaló en Huracán, equipo con el que consiguió el ascenso a primera división un año más tarde. En esos dos clubes se convirtió en un símbolo. Luego de dejar el Globo en el 2002 pasó por Uralan Elista de Rusia (2003), Alianza Lima de Perú (2003), El Porvenir (2004-2005), Universidad Católica de Ecuador (2005), Aldosivi (2006), Progreso de Uruguay (2007-2008), San Martín de Mendoza (2008), Curicó Unido de Chile (2009) y Deportivo Español (2010-2011) para finalmente retirarse en Deportivo Maipú en el 2012.

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