Durante la previa del Argentina-Ecuador un hecho particular se dio en las cercanías del estadio Mâs Monumental. El periodista Maximiliano Grillo, nacido en la ciudad de Río Gallegos se encontraba realizando notas a quienes se acercaban al estadio, cuando se cruzó con Tomás Marginet, que al igual que el también es oriundo de la ciudad y hoy vive en la Capital de nuestro país.

Primera vez que vengo, cumpliendo un sueño“, dijo Tomás al ser consultado por su llegada al estadio. Al mencionar que era su primera vez el periodista no dudó en consultarle de donde venia, lo que provocó el momento viral de la semana.

Tomás luego del encuentro dialogó con La Opinión Austral y nos contó mas detalles sobre el momento viral y sobre como vivió el partido, en el cual tuvo la particularidad de poder ver a Messi festejar de cerca.

Fue una odisea, ya arrancando desde el momento de sacar entradas, fue un quilombo”, mencionó Tomás que tuvo la suerte de contar con un amigo que al igual que el se encontraba haciendo la fila virtual para poder sacar su entrada. “Yo estaba en el puesto nueve mil, a el le tocó el seis mil, me salvó la vida”, afortunadamente el amigo logró sacar entrada para ambos, porque una vez llegó el turno de Tomás las entradas ya se habían agotado, mas de 120 mil personas esperaban por una entrada.

El encuentro con el periodista oriundo de Río Gallegos no fue la única casualidad del día, “cuando estaba en el bondi yendo a ver el partido se me acercó un chico, y me preguntó a que tribuna iba, le dije Sívori baja, yo igual me dijo. Se sumó a nosotros porque venia solo y estuvimos haciendo fila dos horas. En la entrevista cuando dijimos que éramos de Santa Cruz el chico saltó porque resulta que era de Caleta Olivia. Una locura, que posibilidades hay de que hayan 4 chicos de Santa Cruz y encima se junten“, contó Tomás.

“Gallegos es muy chico, pueblo chico inferno grande”, agregó Marginet. Suele suceder que quienes son de ciudades chicas, al encontrarse en provincias mas grandes como Buenos Aires o Córdoba se saludan como si fueran amigos de toda la vida: “Me ha pasado de encontrarme en la facultad misma a santacruceños y con todos es la misma reacción. Es como si estás viendo a un amigo de toda la vida y capaz es un conocido que veías de vez en cuando. Pero el encontrarte en un contexto distinto está bueno”.

Agregó que conocía al periodista pero no de donde venia, “lo tenia de nombre pero el no saber de donde era creo le dio más emoción al momento porque no me lo esperaba. Fue totalmente inesperado y por eso la reacción fue como fue”.

Si lo planeaban no podía salir mejor, al ir al sector que les tocó, tuvieron la suerte de poder ver a Messi de cerca, ya que su tiro libre y el posterior festejo se dio en esa zona: “Fuimos a la Sívori baja, pensamos que no íbamos a ver bien y la verdad que se vio de 10. Estábamos en el córner izquierdo donde celebró Messi y calentaban los jugadores. Fue una locura”, aseguró el entrevistado.

Tomás contó que hace tiempo está residiendo en Buenos Aires, donde se fue a estudiar arquitectura en la UBA. “Al principió costó la adaptación, es como todo shockeante porque tenés 17/18 años y te vas a 3 mil kilómetros, es complicado al principio agarrarle el ritmo a todo, saber q si te volvés después de las 23:00 no llegas nunca mas. No es como gallegos que de ultima caminas media hora y te hiciste toda la ciudad”, agregó Tomás.

El clima del Mâs Monumental

La emoción del galleguense fue total, desde las dos de la tarde estuvo con su grupo de amigos en el estadio, aunque remarcó: “Lo único que bueno, se notó un poco que la gente no alentaba mucho. En un momento hubo un silencio que se escuchaban hasta los jugadores, te querías morir. Nosotros gritábamos pero adelante mío había gente de Ecuador y atrás familias que cuando les preguntabas algo no tenían ni idea de que estaban yendo a ver”, dijo entre risas.

Leé más notas de Nicolás Farias