Con la cercanía del Mundial de Qatar, Lionel Messi es uno de los nombres que más resuena en el mundo. No hay persona que no reconozca al capitán de la Selección Argentina y, desde que comenzó su carrera futbolística profesional, varios padres decidieron nombrar así a sus bebés. Sin embargo, hay alguien que pesa con el karma de llevar ese nombre.

Hay un Lionel Messi que vive en Isidro Casanova. Nació seis meses antes que el astro argentino y, lejos de todo deporte, trabaja en el área de sistemas de una empresa radicada nada más y nada menos que en, atención, Barcelona.

Pero hasta ahí las coincidencias. El Messi de La Matanza nació el 29 de diciembre de 1986, 177 días antes que el capitán de la Selección- y ya se acostumbró a que cada vez que paga con tarjeta de débito o crédito, los comerciantes lo miren asombrados y paseen su DNI entre sus compañeros diciéndose: “Mirá, mirá, se llama Lionel Messi. Como Messi”.

En algún momento su nombre no significaba nada especial. Lionel Alberto Messi, no había escuchado hablar de Lionel Andrés Messi, nacido y criado entre Rosario y Cataluña, pero apenas Lionel Alberto empezó a estudiar Sistemas en la UTN, Lionel Andrés se convirtió en la figura de la Selección Sub-20 que ganó el Mundial 2005 en Holanda. Y las cosas, para los dos Lioneles, cambiaron para siempre.

“En la facultad fue que empezaron a pasar cosas. La primera vez,  fue un día que me paré delante de un listado en el que estaban los resultados de una mesa de examen y de mi nombre salían un montón de flechas con signos de pregunta, como diciendo ‘¿qué hace Lionel Messi acá?’”.

“La siguiente, que ya me hizo entender un poco más cómo iba a ser todo, también fue en la facultad. Tenía que ir a retirar un examen que había rendido y llamaban a todos menos a mí, entonces me acerqué, pregunté y el profesor me pidió mi nombre. Cuando le dije ‘Lionel Messi’ me respondió: ‘Uy, te pido mil disculpas, es que me entregaron un examen firmado por Bob Marley y otro por Lionel Messi y los dejé a un costado porque pensé que era una joda”.

En un comienzo la situación le resultaba graciosa, pero con el tiempo lo empezó a padecer.

 

“Es que le pasan cosas que lo hacen sufrir. Como, por ejemplo, una vez que fue al hospital y lo trataron de loco porque no creían que se llamaba Lionel Messi. Y situaciones así vive todo el tiempo”, contó su padre, Alberto Messi en una entrevista.

 

También conseguir trabajo fue todo un desafío. Cuando leían Lionel Messi enseguida tiraban el currículum a la basura. Nadie podía creer que tuviera exactamente el mismo nombre que el jugador de fútbol.

Su padre, en cambio, le saca algún provecho a la situación. Siempre lleva en el auto la cédula azul a nombre de su hijo. “Más de una vez me sacó de algún apuro”, dice con picardía y suelta una carcajada.

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