El instructor de canes Marcos Herrero que participó como perito durante la búsqueda por la desaparición y la posterior muerte de Facundo Astudillo Castro en 2020, va a juicio oral por falso testimonio.
El titular de la Fiscalía Federal N°1 de Bahía Blanca, Santiago Ulpiano Martínez, solicitó que Herrero vaya a juicio oral por el delito de falso testimonio reiterado en siete oportunidades, agravado por haber sido cometido en una causa criminal contra los inculpados.
Con respecto al accionar de Herrero durante la investigación, el fiscal subrayó que “procuró incorporar a la causa conclusiones mendaces y pruebas plantadas, con el claro objeto de incriminar a los miembros de las fuerzas policiales en la desaparición de Astudillo”.
Marcos Herrero está acusado por el delito de falso testimonio reiterado en siete oportunidades, agravado por haber sido cometido en una causa criminal contra los inculpados.
En el escrito de solicitud que envió, Martínez sostiene que el acusado “inducía a sus perros a que adoptaran determinados comportamientos para luego impartirle una interpretación incriminarte, asegurando que habían hallado olores de Astudillo Castro”.


Otras de las razones a las que dio lugar el fiscal, es que Herrero sería quien incorporó objetos personales de Astudillo en los lugares rastrillados.
“Era contradictorio que el imputado hubiera encontrado dos piedras turmalinas, cuando Astudillo sólo portaba una como colgante. Además, la que usaba la víctima era violeta y no negra”, explicó Martínez.
En este sentido, para el funcionario las actuaciones del acusado no sólo fueron “en contra de las reglas técnicas y científicas que rigen las tareas de búsquedas con canes, si no que también desafían la lógica y el sentido común”.
“Un único perro no puede ser utilizado para buscar drogas, explosivos, seres vivos y/o cadáveres, como el imputado presenta a su can”, detalló el fiscal con respecto a lo declarado por especialistas.
Por último, habló acerca de la sentencia previa que tuvo el perito en Mendoza: “Le valió una condena de ocho meses de prisión, de ejecución condicional, por el delito de encubrimiento simple. Nos encontramos ante un modus operandi claro y reiterado en el tiempo por una misma persona”.
Los antecedentes del “peritrucho”
La Justicia de Mendoza condenó el pasado mes de marzo a Marcos Herrero a 8 meses de prisión en forma condicional, por plantar pruebas en la investigación por la desaparición de Viviana Luna en Potrerillos, provincia de Mendoza. El adiestrador de perros participó de las audiencias de manera virtual desde su domicilio en Viedma, Río Negro, mientras el debate oral se lleva adelante en Mendoza.
Herrero se presentaba como perito para intervenir en búsquedas de personas, pero nunca estuvo avalado por el Ministerio de Seguridad de la Nación. A fines de 2021 llegó a la provincia de Mendoza contratado por la familia de Viviana Luna, quien estaba desaparecida desde el 2016.
Durante todos esos años, la Fiscalía de Homicidios ordenó múltiples rastrillajes y medidas en la zona para hallarla, todos con resultados negativos. Sin embargo, Herrero, en sólo 20 minutos y en un sitio ya revisado por la Policía -un hotel abandonado-, “encontró” un cráneo y un monedero con anotaciones, con nombres de personajes conocidos de Mendoza, como jueces, policías, empresarios y políticos.
Finalmente, el 21 de marzo pasado, el juez Luis Rafael Correa Llano Cascallares definió que Herrero sea sentenciado a 8 meses por los delitos de falsa denuncia, falso testimonio, usurpación de títulos y encubrimiento simple, por lo que quedó en libertad.
Herrero también había llegado en 2021 a Río Gallegos para “ayudar” a la familia de Marcela López, la mujer misteriosamente desaparecida en la capital santacruceña y de quien aún no se encuentran rastros. Al poco tiempo de llegar con “Yatel”, y luego de días de intensa búsqueda y rastrillajes, se produjo una de las apariciones que generaron revuelo: un maxilar humano en la chacra de José Luis Balado, expareja de la mujer desaparecida.
El lugar había sido previamente allanado, y además el hallazgo se dio en un contexto en el que, con la llegada de Herrero, también apareció una carta misteriosa en la casa de una de las hermanas de Marcela, que decía que el cadáver estaba enterrado en la chacra.
Sin embargo, luego de un análisis exhaustivo de La Opinión Austral realizado entre los meses de julio y octubre, se trazó un mapa de las apariciones de Herrero en distintos medios por su intervención en casos de conmoción pública. Y cómo luego de sus hallazgos, siempre infalibles, resolviendo las causas incluso de vieja data a partir cartas que lo explicaban todo o restos humanos, la Justicia no lograba comprobar nada con los cotejos de ADN.
Así fue como luego de “atar cabos” se descubrió, por ejemplo, que el maxilar que encontró en Santa Cruz coincidió con el cráneo “hallado” en Mendoza, utilizando ambos casos para plantar falsas pruebas.
Pero esto no es todo. El “coleccionista de huesos” –sobrenombre que adquirió tras el informe especial de La Opinión Austral– declaró también hace un año, a fines de junio de 2022, en el juicio por el crimen de “Marito” Salto, el nene asesinado en 2016 en la provincia de Santiago del Estero. Esta vez, su testimonio no convenció a nadie.
En esta causa, el falso perito fue el artífice de que se “resolviera” el crimen a partir de una serie de cartas que encontraron sus perros un año y medio después, con las cuales se determinó que el móvil del asesinato fue un ritual satánico. Por la participación de Herrero se ordenaron detenciones, sin embargo la Justicia nunca obtuvo más pruebas.
En el juicio de “Marito” Salto, Herrero explicó que trabajó con la “esencia de persona”, la técnica apócrifa que no tiene ningún rigor científico, a través de la cual sus perros Alcón y Duke lograron “resolver varios crímenes”.
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