Hace poco días la Asociación de Clubes confirmó que la Liga Nacional 2020/21 iniciará el 1° de noviembre. La Subcomisión de Básquet del Club Hispano Americano de Río Gallegos ya había comenzado a armar su equipo y tras la salida del entrenador Javier Bianchelli, se anunció el ingreso de Gabriel Picatto para encabezar el cuerpo técnico.

 

En la asistencia técnica estará quien ya lo acompañó en el Milrayitas, Lautaro Hernández, hijo del DT de Selección Argentina Sergio “Oveja” Hernández. El entrenador de 26 años también integró el cuerpo técnico de Comunicaciones de Mercedes y previamente, durante ocho años trabajó con las Formativas de Peñarol. Completa el cuerpo técnico de Hispano, Federico Corbaz, quien estará por segunda temporada consecutiva.

 

Desde Mar del Plata, Hernández dialogó con La Opinión Astral sobre el abrupto fin de la temporada pasada, la cuarentena y lo que vendrá.

 

Peñarol alcanzó a jugar 27 partidos, ganó 11 y estaba 15° en la tabla ¿Cómo se vivió el cierre de temporada?
L.H.: La temporada cerró como fue todo el año, un poco caótica, con sobresaltos todos los días, deportivos, extradeportivos (Picatto renunció y en su lugar ingresó Carlos Romano).

Es triste porque es la suspensión de 20 proyectos, cada club tiene su expectativa, su esperanza, su energía y el sudor de la frente puesto en una competencia y que abruptamente se suspenda… son un montón de ilusiones que se caen.

 

¿Cómo ha sido este período de aislamiento?

L.H.: Debo haber pasado por las mismas etapas que pasó cualquier persona. La primera de productividad total y aprovechar el tiempo para hacer cosas y luego una meseta de desilusión, tedio, aburrimiento, hastío.

Desde que se empezó a ver que el mercado se activó un poquito, si bien sigo en casa tomando mate casi las 24 horas del día, por lo menos la cabeza está puesta en un proyecto que le da sentido a esos mates.

 

Gabriel Picatto en el último partido que dirigió al Milrayitas. FOTO GENTILEZA: MATÍAS GARCÍA

 

¿Qué sabes de Santa Cruz? ¿Cómo tomaste la propuesta de venir a Hispano?

L.H.: Lo que conozco de la ciudad es por haber ido a enfrentar a Hispano las veces que nos tocó jugar contra ellos con Comunicaciones de Mercedes o con Peñarol pero más allá de una breve caminata por la ciudad no he conocido más, no conozco otra localidad de Santa Cruz. Tengo expectativas, me dijeron que tiene alrededores muy bonitos y que la gente es muy agradable.

A Hispano llego por Gabi (Picatto), estoy muy agradecido y con ganas de devolverle ese voto de confianza que significa volver a llamar a alguien con quien ya trabajaste. Se fijó en mí y en este momento histórico donde el trabajo y el sustento económico se volvió tan importante y tan difícil de conseguir, Gabi es alguien que me facilitó esa puerta y estoy muy agradecido.

 

 

El básquet no es el único interés de Lautaro Hernández. Siempre sintió una afinidad por las ciencias humanísticas por lo que una vez  finalizado los estudios secundarios se inscribió en Psicología en la Universidad Nacional de Mar del Plata.

 

¿Cómo surge el interés por la Psicología? 

L.H.: Me gustaba comprender el comportamiento humano. La carrera es muy basta, muy amplia y te ofrece un campo para cualquiera de tus intereses. Siempre lo que más me interesó fue la parte clínica.

Terminé de cursar quinto año de carrera y cuando iba a entrar en la recta final, me quedaba rendir nueve finales, la residencia y la tesis, arranqué la temporada con Peñarol, intenté hacer algo y fue un locura. Tuve un par intentos pero fue imposible así que ahora es una materia pendiente.

Hernández durante su paso por Comunicaciones de Mercedes.

¿Cómo lo vinculas a lo deportivo?

L.H.: Son campos laborales totalmente distintos el de un entrenador al de un psicólogo. Existe la fantasía de que el psicólogo va haciendo diagnósticos por la calle y encuadrando a la gente en patologías, eso no se da porque para eso hay un contexto determinado. Hace falta un encuadre predeterminado pero uno puede ir pescando algunas situaciones, observando y te da una mirada, en algunos aspectos, más sensible. Indirectamente te ayuda a tener un punto de vista un poquito más complejo a la hora de analizar ciertas situaciones.

 

Por otra parte, el básquet profesional y el formativo son muy distintos, cada uno tiene sus particularidades.
Las categorías formativas tienen objetivos mayormente sociales, tiene que ver con el rol del club de amparar, proteger y cuidar y a la vez, poner límites, casi como una extensión de lo que es la crianza por parte de los padres.

 

El mundo profesional, donde hay dinero de por medio, es un campo distinto. Por ahí el público no se da cuenta pero el deportista tiene un ritmo de vida que, a grandes rasgos, lo hace súper vulnerable. Tiene que atravesar procesos como mudanzas, cambiarte de ciudad, cortar un vínculo amoroso o de amistad, podríamos decir que son situaciones dolorosas o complejas. El deportista todo el tiempo va armando y desarmando vínculos, por más que a la distancia pueda seguir, obviamente no es lo mismo, va cambiando de casa, de contexto y todo eso en el marco de una situación donde es exigido día por medio y tiene que rendir.

 

Un deportista que atravesó la cuarentena como todos nosotros, con sus angustias, sus desilusiones, con su aburrimiento, en un mes tendrá que estar jugando un partido, escuchando a un par de locos en el banco de suplentes que le gritan lo que tiene que hacer y la gente que le grita, es complejo.

Santiago Belza, Lautaro Hernández y Gabriel Picatto. FOTO GENTILEZA: LAUTARO HERNÁNDEZ.

De acuerdo a lo comunicado por la AdC, la Liga Nacional  se disputará con un sistema de juego dividido en dos conferencias, Norte y Sur. La primera fase finalizará el 20 de diciembre y se jugarán 38 días en cada sede. Cada equipo jugará 18. Todo esto, sujeto a la aprobación del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, y el Ministerio de Salud de la Nación.

 

Lentamente van surgiendo más novedades ¿Cómo ves los ánimos en el ámbito del básquet?

L.H.: Con mucha incertidumbre por parte de las instituciones. Por un lado está la alegría de volver a hacer la vida normal, diseñar el sistema de juego, planificar entrenamientos y viajes y ponerse a trabajar de vuelta. Por otro lado, la incertidumbre de no saber si estás armando un equipo que va a jugar dentro de un mes o dentro de tres meses.

Picatto y Hernández encabezarán el cuerpo técnico de Hispano Americano para la Temporada 2020/21.

¿Cómo imaginas el reinicio?

L.H.: Es muy complejo. Hay algo que no se puede negar: hay una pandemia. Por lo menos durante un tiempo hasta que la vacuna aparezca, vamos a tener que aprender a convivir y encontrarle la vuelta a todo esto.

 

Por otra parte, los jugadores, algunos han tenido la suerte de estar en un lugar donde cumpliendo un protocolo se puede volver a entrenar mientras que otros están en lugares donde la situación está un poco más complicada y desde que tiraron su último tiro en el último partido no han vuelto a agarrar una pelota.

Ese primer día de entrenamiento, será la alegría de volver a una mínima normalidad.

Las condiciones son diferentes pero calculo que el momento en que nos encuentre de vuelta, ese primer día de entrenamiento, por un lado va a ser el shock de vernos con barbijo y no poder hacer un saludo inicial porque no nos podemos tocar pero por otro lado, será la alegría de volver a una mínima normalidad. Hoy por hoy lo que se puede hacer es apenas volver con La Liga, seguramente tengamos que esperar primero la vuelta del fútbol.

 

No hay que perder la sensibilidad de ponerse en el lugar del otro que está en la Liga Argentina (iniciará en enero), en el Torneo Federal o en la Liga Femenina (comenzará en febrero). Hay que seguir tratando de encontrarle la vuelta sin caer en negacionismo y en la torpeza de decir “quiero que vuelva el básquet y no me importa nada”, hay que encontrar dentro de los recursos que nos vayan facilitando los políticos y los científicos, para acelerar el inicio de los torneos dentro de lo que se pueda.

 

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