La Plaza Tomás Espora está ubicada en el barrio Caisamar de la ciudad turística de Mar del Plata. Cuenta con una cancha de fútbol, aros de básquet, espacios para patinar, está rodeada de árboles e incluso tiene una biblioteca. Inés Arrondo vivía a dos cuadras y su primer acercamiento concreto con el deporte se dio allí.

“Todas las cuestiones coordinativas básicas que tienen que ver con el deporte empezaron en la plaza. Además, había actividades culturales y deportivas en forma gratuita o con un arancel de bajo costo para el que sí pudiese. Esas actividades formaron y forjaron mis inicios en el deporte”, dijo Arrondo desde el CeNARD, mientras las aves se hacían oír fuertemente, en una entrevista exclusiva con La Opinión Austral.

La actividad física estuvo siempre: su padre fue jugador de pelota a paleta, de pádel y de béisbol en Los Indios. “Fue -agregó- algo que compartí con mi papá”. Empezó jugando al tenis, pero, por falta de recursos económicos, abandonó la disciplina. Fue su primera experiencia federada.
El hockey apareció en su vida cuando cambió de colegio secundario. Conoció el sentido de pertenencia, el amor por los colores y la representación.

Representó a Mar del Plata. Luego a la provincia de Buenos Aires y llegó en 1997 a Las Leonas. Ganó dos medallas de oro en los Juegos Panamericanos. También obtuvo dos medallas (plata y bronce) en los Juegos Olímpicos. Fue campeona del mundo con Las Leonas en Perth, Australia, en 2002. Incluso jugó en tres equipos españoles.

Arrondo dibujó el logo de Las Leonas, luego de los Juegos Olímpicos de Sidney en 2000. “Salió la leona que no está ni sentada ni atacando, sino preparándose”, explicó alguna vez.
Ya retirada como jugadora, se sumó al área deportiva de la Municipalidad de Mar del Plata para aportar su experiencia como deportista de alto rendimiento.

En el instante en que Mauricio Macri ganó en 2015 las elecciones y se convirtió en presidente, la exdelantera decidió que era momento de meterse en la política partidaria. Fue en 2017 candidata a senadora provincial por el frente Cumplir, espacio de Florencio Randazzo. A pesar de que no alcanzó los votos necesarios, se dio el acercamiento clave con Alberto Fernández.

Cuando se realizó la campaña presidencial del Frente de Todos, Arrondo tuvo un rol activo y en diciembre de 2019, Fernández la eligió para estar a cargo de la Secretaría de Deportes de la Nación -sector muy golpeado durante el gobierno macrista-. De este modo, a los 42 años, se convirtió en la primera mujer de la historia argentina en ocupar ese rol.

Arrondo habló de la importancia de las políticas deportivas para mejorar la competitividad y estructuras, el temor al fracaso en el alto rendimiento, el retiro y los principales ejes que tiene -y tendrá- su gestión al frente de área de Deportes.

LOA: ¿La política era un asunto que se hablaba en la intimidad de Las Leonas?

Inés Arrondo: Creo que pertenecemos a una generación que ha sido despolitizada por la política neoliberal de los 90. Primero, somos nacidos en dictadura y sin lugar a dudas fue en contra de que las discusiones políticas se dieran. El neoliberalismo nos lastimó muchísimo. Fue muy duro para el entorno, para la familia. En Mar del Plata, por ejemplo, impactaron muy negativamente. No había trabajo, ni posibilidades. Creo que en el deporte se dio justamente eso. No había una instancia de participación, de posicionamiento. Para nada. Creo que ese tema se recupera en los gobiernos de Néstor y Cristina. Vuelven a escucharse discursos y casi son hasta clases de instrucción política. A mí, por lo menos, me evidenció la importancia de la política como elemento de transformación, cuando es bien utilizada. Para ampliar derechos y no quitarlos.

LOA: ¿Cómo fue el primer paso por Las Leonas?

IA: Nosotras pasamos momentos difíciles. El surgimiento de Las Leonas, en 2000, fue un momento de crisis profunda en el país. Realmente fueron etapas muy duras. Niveles de pobreza e indigencia altísimos. De alguna manera, nuestra realidad no escapaba a eso. No teníamos insumos para entrenar. Las condiciones de infraestructura eran malísimas. Recuerdo que la cancha del CeNARD estaba en una condición deplorable y teníamos que buscar otros lugares para entrenar. Las becas las cobrábamos seis o siete meses después.

 

LOA: ¿Y el cambio se produce en 2003?

IA: Sí, hubo un cambio muy grande. Se empezó a notar cómo se recompuso la situación de nuestros entornos. La situación laboral mejoró. La situación del deporte se estabilizó y mejoró paulatinamente. En 2009 se tomó la decisión de armar el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). Tiene que ver justamente con armar un mecanismo que atienda específicamente el alto rendimiento. Son cuestiones que sin dudas han sido significativas.

LOA: Cambiando a lo deportivo, ¿cómo afrontabas un partido de mucha importancia?

IA: Trataba de identificar el miedo y luego manejarlo. El temor al fracaso. Tiene que ver con eso: miedo a pifiar. Es lo que genera tanta presión en el atleta de alto rendimiento y de alguna manera marca la diferencia entre un atleta y otro, o una atleta y otra. Cómo manejar esos momentos. Ahí está la clave de las capacidades. Tiene que ver más con lo mental. La cabeza es limitante para muchos atletas. Por ahí tienen una condición física inigualable y no pueden romper las barreras mentales para poder alcanzar esos objetivos que se plantean.

LOA: ¿Y el retiro?

IA: Lo ingrato que tiene la carrera deportiva es que uno debe retirarse en el momento que mejor se siente. Cuanta más acumulación tenés y más optimizás tu rendimiento, es el momento de dar un paso al costado. Tiene que ver más con la condición física que con otra cosa. Además, representar al país es una prioridad y como atleta lo ponés por encima de la familia, de los amigos y del lugar de origen. Incluso por encima del amor. Son decisiones. Una carrera deportiva requiere muchísimo esfuerzo, pero siempre es decisión de una. Sacrificio es no poder decidir. Luego de 8 años, empecé otros aspectos de mi vida que eran necesarios para mí. Se presentó el deseo de maternar.

Quería seguir jugando al hockey y seguí jugando. Me pareció justo no tener que postergar mi maternidad por la carrera deportiva. Las prioridades empezaron a reconfigurarse. Tuvo que ver con eso y después, cuando volví de jugar en España, que me volvieron a convocar para el seleccionado, jugué una Copa América más, que salimos campeonas. Ahí determiné que era un ciclo terminado. Ese momento fue muy difícil y desgarrador, obviamente.

LOA: ¿En qué momento se da tu acercamiento a la política?

IA: Va apareciendo poco a poco. Primero, ante la crisis de la carrera deportiva, me pregunté cómo hacer para encontrar algo que tenga un sentido tan amplio de representación como representar al país. Decidí seguir vinculada a mi deporte. Sentí que lo mejor era volver a Mar del Plata. Me acerqué al área de Deportes, traté de trasladar todo lo que viví y transformarlo en un ejercicio para la función pública. Me aboqué en eso. Principalmente en el cambio de gobierno en 2015 aparece mi definición de involucrarme más en profundidad en la política partidaria. Me quedó muy claro lo que representan las ideologías a la hora de la toma de decisiones. Es importante que nos involucremos porque sino nunca terminaremos de transformar nada.

LOA: Tu primer encuentro con Alberto Fernández se dio en 2017, en las elecciones legislativas, ¿imaginabas ocupar este rol en la actualidad?

IA: La verdad que fue un hermoso reconocimiento, que me honra muchísimo. De alguna manera es una decisión de él, después de haber compartido charlas y reuniones para discutir sobre el deporte. Creo que coincidimos en la mirada y en la importancia de fortalecer las estructuras de desarrollo del deporte. De hacerlo llegar como una herramienta importante para la comunidad. El hecho de coincidir en esta mirada hace que él tome la decisión de ponerme en ese lugar. Es una alegría para mí estar acompañando a Alberto porque me parece un gran dirigente, con una trayectoria enorme, pero principalmente es una gran persona. Eso también es muy importante.

 

LOA: En el gobierno anterior la Secretaría de Deportes pasó a ser agencia por decreto. Fue una decisión realmente cuestionada -con razón- por los actores del sector…

IA: Fue tremendo lo que hicieron con el deporte argentino. Los últimos tres años le otorgaron el mismo presupuesto. Las prioridades tuvieron tiene que ver con un no entendimiento de cómo funcionan las estructuras del deporte o en realidad tienen que ver con la ideología política. La mirada fue más de mérito y de emprendimientos privados en torno al deporte. No de agrandar la presencia del Estado como un actor indispensable para equiparar las posibilidades de acceso.

LOA: ¿Cuáles fueron las primeras necesidades que te plantearon desde el área?

IA: Me parece que a tres meses de asumir, nos encontramos con la pandemia y tuvimos que tener rápidamente una reacción al respecto. Salimos con todos los programas a sostener las estructuras de desarrollo del deporte argentino. Los clubes son protagonistas en el desarrollo. Por un lado, nos encontramos con atletas de representación nacional, que han tenido un esquema dentro de todo sostenido producto del ENARD. Por otro lado, los clubes sin ningún tipo de política activa y con dificultades en ese sentido. Me parece que hay mucho para trabajar. Hay que fortalecer todo, no sólo las posibilidades de acceso al deporte -tenemos un desafío grande ahí-, sino también fortalecer a las federaciones y al entramado institucional para que mejoren las competencias. Si mejoramos la competencia en todo el territorio nacional, la calidad de nuestro deporte irá progresando.

LOA: ¿Cómo se gestó Clubes en Obra?

IA: Clubes en Obra está siendo posible gracias a una partida extraordinaria que se destinó de Economía para el Ministerio de Turismo y Deporte. Por esa partida extraordinaria se pudo armar este programa que, sin dudas, está siendo muy importante. También tiene que ver con políticas de reactivación económica muy necesarias, ya que generan puestos de trabajo por esos arreglos. Tiene que ver con eso: combinar por un lado el mejoramiento de la infraestructura deportiva y por otro lado, combinar las políticas de reactivación económica que se llevan adelante desde el Gobierno Nacional de todas las áreas. Los clubes son actores importantes y aportan espacios para el desarrollo del deporte. Es un programa que vino posterior al programa de Emergencia para Clubes. Pretendemos continuarlo.

LOA: ¿Qué ejes te gustaría que se analicen al final de la gestión?

IA: Ojalá hayamos podido ampliar las posibilidades de participación y de acceso al deporte, a través de haber fortalecido a nuestros clubes. Ojalá podamos terminar con el doble o triple de clubes registrados y en funcionamiento. Tienen que ser acompañados para poder llevar adelante sus gestiones y para esto también estamos vinculando a actores del tercer sector: universidades y a colegios. A todas las estructuras que podamos para poder ayudar a las instituciones de barrio. Ojalá que podamos ampliar la cantidad de deportistas becados y becadas, porque eso tendrá que ver con haber mejorado nuestra situación de representación nacional. Ojalá las provincias hayan sentido que tuvieron una gestión de deportes cercana y que tuvieron los canales de diálogo para poder acercarse, trabajar articuladamente y que hayan sentido que el Estado Nacional estuvo en todos los rincones de nuestro de país. Ojalá sea esa la sensación que quede en los argentinos y argentinas cuando terminemos nuestra gestión.

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