Por Jorge Cicuttin

Curioso el caso de Javier Milei. Pero para quien escribe estas líneas era una historia previsible. Para el caso no es importante si en las PASO estará cerca del 25% de los votos -como le daban algunas encuestas-, o del 15%, según algunos trabajos de estos días. Insisto, no es lo principal en este análisis. Lo que resulta curioso es que quien fuera meses atrás la gran estrella de estas elecciones de pronto es denunciado y atacado en los mismos espacios, tanto políticos como periodísticos, donde antes se lo ensalzaba.

En el reloj de la campaña electoral sonaron las doce de la noche y la carroza dorada se convirtió en una calabaza.

¿Por qué el candidato estrella que llegaba a la televisión para explicar como iba a cerrar el Banco Central, acabar con “todo el progresismo”, dolarizar la economía y destruir el sindicalismo, ahora tiene que ir a defenderse de las acusaciones más terribles?

¿Será que a quienes en un momento le fue muy útil para correr el debate hacia la derecha y hacia la libertad de mercado extrema, ahora entienden que ya cumplió su tarea y tiene que dejar el “poder real” en manos de otros candidatos?

Hubo señales sobre las sombras que se cernían sobre Milei. Algunas de las primeras se vieron en el exclusivo hotel Llao Llao, donde un grupo de destacados empresarios del país -digamos, gran parte del “círculo rojo”-, se dieron cita para escuchar a los políticos que competirán en las elecciones.

La presencia del libertario había generado gran expectativa entre los asistentes, pero su presentación dejó muchas dudas. Su plan de dolarizar la economía dejó muchas dudas entre los presentes. “No convenció”, fue el mensaje que se reflejó en los medios que cubrieron el encuentro en Bariloche.

Mala señal.

Javier Milei en el Foro Llao Llao 2023.

Su idea de “quemar” el Banco Central y dolarizar la economía en el comienzo de su posible gobierno encontró rechazos entre los propios economistas de su espacio. Milei se vio obligado entonces a cambiar su discurso y hablar de “un proceso largo”.

Así, como en un dominó, empezaron a verse postergadas otras propuestas como la de arancelar la salud, cambiar el sistema jubilatorio y la de entregar váuchers para que los padres manden a sus hijos a la escuela privada que deseen. “Esos son cambios de segunda o tercera generación”, comenzó a explicar con bronca.

También a los gritos rechazó responder sobre sus propios dichos sobre la venta de órganos. “Eso se lo mandan a preguntar los de Rodríguez Larreta, no voy a hablar de ese tema”, le gritó furioso a un periodista.

Y de pronto algunos medios, como los del Grupo Clarín y La Nación, comenzaron a llamarlo para que diera explicaciones sobre sus polémicas ideas. Y vinieron más gritos y enojos del libertario.

De a poco comenzó a aparecer menos en algunos medios opositores. Hasta que llegaron las acusaciones y denuncias en su contra.

“Vende los cargos, pide hasta 50.000 dólares para poder entrar en las listas de su espacio”, se denunció. Y quien era su amigo, Juan Carlos Blumberg, dijo sentirse “estafado” por Milei. “Me usó para las fotos, para su campaña, no quiero saber nada con él”, dijo, y se sumó a quienes denuncian las ventas de puestos en su partido libertario.

Y en algunas provincias no le costó unirse a integrantes de la “casta política”, pero de poco le sirvió ya que le fue muy mal en todas las elecciones provinciales. “No me representan esas personas, no le mientan a la gente”, volvió a gritar Milei en los medios.

La propia Viviana Canosa, tan amiga suya en otros tiempos, se mostró defraudada por el libertario e hizo públicas comunicaciones privadas en las que se hablaba de la venta de lugares en las listas libertarias. “No voy a subirme a esas operetas”, gritó Milei.

Gritos y furia donde antes había un auditorio que aplaudía sus proyectos para cambiar el país. Milei entró en una etapa defensiva: debe responder ante acusaciones muy duras, debe explicar las derrotas de su espacio en las elecciones provinciales y tiene que pelearse con periodistas antes amigos.

Tuvo que bajarse de la carroza dorada y sentarse sobre un zapallo.

¿Hay gente poderosa a la que ya no le sirve Milei?

¿Lo seguirán castigando y esmerilando su candidatura?

¿Lo dejaron gritando solo?

Se viene una etapa complicada para Milei. Parece ser que muchos de los que antes lo acompañaban ya eligieron a otros candidatos menos conflictivos y más predecibles. ¿Cómo reaccionará Milei ante esta nueva realidad?

Bienvenido al barro de la política argentina.

EN ESTA NOTA Con Firma Javier Milei

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