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El fútbol, muchas veces, no empieza en las canchas grandes ni en los contratos profesionales. Empieza en la calle, en los clubes de barrio, y en el sacrificio de una familia que apuesta por el sueño de un hijo. Ese es el caso de Mateo Vargas, un chico de 14 años que juega en el Boxing Club y que dentro de pocas semanas viajará a Buenos Aires para realizar una serie de pruebas en Quilmes, Temperley y Los Andes.
Mateo estuvo en los estudios de Radio LU12 AM680, acompañado por su madre, Anabel Casimiro, quien a través de sus redes sociales impulsó una rifa solidaria para cubrir los gastos del viaje, que incluye pasajes, hospedaje y traslados. “Lo vamos a lograr”, escribió en su posteo, que rápidamente comenzó a circular entre vecinos, amigos y conocidos.
“Juego desde los cinco años y la verdad que muy contento por esta novedad. Trabajé mucho para que se me dé esta oportunidad”, contó el joven, que se desempeña como volante zurdo y ya pasó por otros clubes locales antes de recalar en el Boxing, donde fue creciendo con disciplina y pasión.
Su convocatoria no fue casual. Según relató en la entrevista, Enrique Martínez, coordinador de inferiores del Boxing, fue quien lo postuló para estas pruebas. A la ilusión deportiva se suma la responsabilidad económica: la familia calcula que necesita alrededor de $750.000 para cubrir alojamiento y transporte, sin contar los pasajes aéreos. Por eso, lanzaron una campaña solidaria que incluye sorteos, venta de comidas y recolección de premios.
“Vamos a hacer una rifa, venta de empanadas, pizzas, lo que sea por mi hijo”, expresó Anabel, visiblemente emocionada. “La situación económica no es fácil, pero confiamos en que hay mucha gente buena que nos va a dar una mano”.
La historia de Mateo ya traspasó lo deportivo. Su caso refleja el empuje de una madre que hace todo lo posible para que su hijo pueda crecer. Y no está sola: la familia, vecinos y hasta personas que no los conocen ya comenzaron a colaborar. “Recibimos donaciones de gente que ni siquiera conocemos. Estamos muy agradecidos con todos”, dijo Anabel durante la entrevista.
El joven, además, formó parte de la preselección de Santa Cruz y viajó a Santa Rosa, La Pampa, para representar a la provincia en el último campeonato. “Jugué tres partidos de titular y en uno no pude estar porque me contracturé. Pero fue una experiencia muy linda”, recordó. Hoy cursa el segundo año de secundaria en la Escuela N°19, y aunque a muchos de sus compañeros aún no les contó la novedad, ya sabe que lo que está por vivir puede marcar un antes y un después.
“Si me tengo que quedar allá, me encantaría. Extrañaría mucho a mis papás, pero es lo que quiero”, dijo con la madurez de quien ya sabe que perseguir un sueño implica renuncias. Su mamá, por su parte, también lo sabe: “Uno nunca quiere que los chicos se vayan, pero si es por algo que lo hace feliz, vamos a hacer todo para apoyarlo”.
Quienes quieran colaborar pueden comunicarse directamente con Anabel al 15 70 9021 o a través de su cuenta de Facebook: Anabel Casimiro, donde difunde las acciones para seguir sumando ayuda. Alias: MateoThiagoNatasha92
Detrás de cada jugador que llega, hay una historia como la de Mateo. Una historia de amor, esfuerzo y esperanza. La de un pibe con talento y el corazón puesto en la pelota. Y la de una madre que no duda en hacerlo todo para que su hijo cumpla lo que tanto desea. Porque a veces, los grandes sueños también empiezan en una rifa, una empanada o una radio.
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