Falleció en Oregon, Luis Palau, el pastor evangelista más popular del mundo.
Tenía 86 años y un cáncer de pulmón muy grave, el lunes había regresado a su hogar dejando la internación en el hospital.
Se decidió entonces la suspensión de su tratamiento contra un cáncer de pulmón diagnosticado en 2017, para que pasara sus últimos momentos con cuidados paliativos y en compañía de su familia.
Despedida
“No ruego por mi cura porque no conozco las intenciones de Dios”, dijo en una entrevista en 2020, poco antes del comienzo de la pandemia, para el canal cristiano CBN News.
“Confío en él completamente. Lo único triste es dejar a mi esposa y a mis hijos, y al equipo (de su iglesia) y a unos pocos de mis mejores amigos. Pero, de verdad, estoy listo para partir”. Con 86 años y una carrera por la cual lo apodaron “el Billy Graham hispano”, consideró haber tenido una vida cumplida.
El comunicado oficial en las redes sociales fue: “En horas de la madrugada de hoy, ha partido a la presencia del Señor nuestro amado hermano Luis Palau.
Su vida ha sido de inspiración para varias generaciones y su mensaje ha llevado a la salvación a miles y miles de personas”.
Respecto a su dedicación, a lo largo de su camino destacaron: “Su vida pública fue siempre coherente con su vida privada. Ha sido un gran privilegio conocerle y escuchar sus amorosos consejos y palabras de sabiduría”.
Para finalizar, expresaron: “Lo extrañaremos mucho. Aún en medio de nuestro dolor, celebramos saber que está estrechado en un interminable abrazo con el Señor Jesucristo, a quien amó y sirvió toda su vida. ‘A los ojos del Señor es muy valiosa la muerte de quienes lo aman’. Salmos 116:15”.

Su mensaje era esperado por miles de seguidores.
Su palabra
En la historia argentina muy pocas personas tuvieron la bendición de atiborrar de seguidores la avenida 9 de Julio. Entre el viernes 14 y sábado 15 de marzo de 2008, un maschwitzense logró ingresar a esa selecta nómina congregando a nada menos que 500 mil fieles.
“Querer triunfar no está mal, es un sueño divino. Dios quiere que pensemos y soñemos grandes cosas”.
Con esta y, seguramente, otras tantas frases de raigambre protestante, el descendiente de una de las familias más tradicionales de Ingeniero Maschwitz conquistó el espíritu de millones de mortales, entre los que se cuentan figuras del establishment, el deporte y la política mundial.
Historia
Luis Palau nació en el seno de una familia de clase media el 27 de noviembre de 1934 y de sus progenitores heredó mucho más que los genes.
Su madre, Matilde Balfour, era organista en la parroquia San Antonio de Padua, mientras que su padre, Luis, dueño del primer corralón del pueblo, “sirvió al Señor” desde los cuatro años, incluso prestando uno de sus camiones para llevar misioneros a diferentes lugares.
Fue justamente la muerte de este inmigrante catalán y amigo de Benito Villanueva lo que encendió la llama evangelista del joven.
“Mi papá murió cantando, dando palmas y apuntando al cielo. Instantes antes de morir dijo: ‘Me voy a estar con Cristo, lo cual es mucho mejor’, una frase de San Pablo en la Biblia. Y me dije: ‘Así tiene que morir la gente’. A partir de ahí -tenía 10 años- quise que todos pudieran experimentar esa seguridad en la vida eterna”, expresó Palau sobre sus orígenes. Con mucho trabajo y sacrificio, lo logró.
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