Por Hugo Ferrer
El domingo 4 de septiembre en el restaurante de La Campiña él estaba en su mundo. En una mesa de madera, afuera, compartió un almuerzo inolvidable. Sol. Luz. César mirando la cámara y el sol. Entrecerrando los ojos, casi encandilado. Pantalón y suéter liviano en el tono verde. Mónica, también miraba al sol, pero del otro lado. Una foto. Felicidad. Familia, Amigos. Amigas. Detrás de ellos, de pie, esas diez personas que los vieron como siempre: juntos y felices.
Ocho días después, el lunes 12 de septiembre, él escribió una carta. La que conmovió a todos.
Casi un mes después, el martes 4 de octubre él fue noticia. Impacto, Shock. Conmoción. César.

Tapa de La Opinión Austral del 5 de octubre del 2022. “Dolor por la muerte de César Mascetti, histórico conductor televisivo”.
En 2003 el empresario Marcelo Tinelli adquirió Radio del Plata. Su objetivo: lanzar una nueva programación y con figuras, periodistas reconocidos y los que tenían proyección de la tevé, radio y gráfica. Así, convocó a Juan Alberto Badía, Gustavo Sylvestre, Alfredo Leuco, Reynaldo Sietecase, Fernando Bravo, Alejandro Fantino, Edgardo Mesa, Enrique Macaya Márquez, Juan Carlos Morales, Franco Bagnatto, Nora Briozzo, Nancy Pazos, Guillermo Blanc, Facundo Pastor, Ronen Szwarc, Laura Ubfal, Angel De Brito, Fernando Piaggio, Claudio Federosky, Andrea Taboada, Teresita Ferrari, María Calatayud, Alicia Petti, Jorge Bucay, Claudio Rico, Fernando Ramirez, Norberto Talión, Alejandro Fabri, Mariano Cabrera, Roxana Calabró, Vilma Tonda, Daniel Díaz y Pablo Ladaga, entre otros.

EL EQUIPO QUE ARMÓ TINELLI. Alfredo Leuco, Fernando Bravo, Jorge Guinzburg (charlando con Gustavo Sylvestre y Reynaldo Sietecase, detrás),Franco Bagnatto, Mónica, Edgardo Mesa (detrás), Marcelo Tinelli dialogando con César y Juan Alberto Badía. Detrás, Juan Carlos Morales, Miguel Angel Rubio, Gerardo Rozín y María Julia Olivan.
Faltaba algo muy importante: quien conduciría “la segunda mañana”, como se conoce el segmento de 9 a 12 horas. Y ahí se lanzó: no sé cuántos viajes hizo a San Pedro Marcelo Tinelli con Fabián Scoltore para convencer a Mónica y César que debían ser ellos. Almuerzos, naranjas y mates. Charlas. Y aceptaron el desafío.
Hay que poner todo en contexto: a fines del 2003 fue la última aparición de Mónica y César en Telenoche y cuando se preveía que iban a ir a otro canal, decidieron apostar por la radio, apostar a la radio.
César y Mónica, Mónica y César, fueron la gran atracción. Un elenco tremendo, como lo muestra la producción fotográfica que realizó la agencia Cravero Lanis en el estudio de Gabriel Rocca y Andy Cherniavsky a fines de marzo.
Al mediodía del lunes 19 de abril de 2004 en el Tattersall de Palermo se hizo el lanzamiento. Nueva campaña publicitaria, nuevo logo, nuevas figuras. Aquel día apareció por sorpresa el presidente Néstor Kirchner, a horas de haberle dado el alta médica. Nancy Pazos y Gerardo Rozín abrieron la primera transmisión con Cuestión de Actitud. Y arrancó el desafío.

BACK Y MAQUILLAJE. El publicista Darío Lanis supervisa la producción, mientras maquillaban a Macaya Márquez. Detrás, Mario Giorgi. A la derecha, el resto de los convocados por Marcelo Tinelli. En la punta, Facundo Pastor.
Así, formalmente, el martes 20 de abril Mónica y César hicieron su debut al aire. Y con cobertura periodística de varios medios, además. La pareja más exitosa de la tevé hacía radio. Las reuniones con el equipo de trabajo y el mensaje para todos: llegaban temprano al edificio de Ideas Del Sur, en Olleros 3551, donde también estaba Del Plata. El bar de la planta baja fue testigo de cómo preparaban el programa y el rigor por el sumario de temas, las mejores entrevistas. Querían todo y tuvieron todo. El saludo cálido y cotidiano de Mónica y el recuerdo de cuándo él “daba la mano”: apretón fuerte. O la palmada en la espalda. César se hacía sentir.
El “pase” con Alfredo Leuco, que conducía Minuto a Minuto desde las 6, fue un clásico al comienzo del programa. Desde la producción con Marta Merkin y Sol Mihanovich (ambas del team de Mónica y César), Liliana Di Renzo, Cecilia De Dann y Horacio Fernández comenzaban el viaje de tres horas imparables.
Pero el éxito también fue por la amplia convocatoria de columnistas y acreditados en la etapa inicial. Así, Gustavo Sylvestre fue uno de los pilares (también condujo los sábados, Amanece en Del Plata), Mario Portugal con la actualidad, Jorge Guizburg con sus participaciones muy esperadas y especiales, Gastón Recondo y Miguel Angel Rubio en deportes, María Julia Olivan y sus investigaciones e informes, Ariel Wolman con toda la información de la televisión (César y su “bautismo”: lo llamaba Mister Rating), Nora Lafón en espectáculos, el humor con Sebastian Almada, Pichu Straneo, Alvaro Navia y las imitaciones de Walter López; con los acreditados Néstor Espósito (Tribunales), Lucio Di Matteo (Economía), Guillermo Bardón (La Plata), Verónica Castañares con el tránsito. Y también pasaron desde Reynaldo Sietecase a Tuny Kollmann. Y en la locución, arrancó Alicia Cuniberti y luego Belén Badía, con la coordinación de Marcelo Martín y la impronta especial del operador Claudio “Canu” Canullán. Y el destacado Radio Noticias Del Plata, un servicio informativo potente (César lo anunciaba como “El nervio de la radio”), los móviles con Verónica Rosales, Diego Colombres, Martín Canay y Alejandro Gomel y todas las coberturas, comenzó el desafío de competir desde el sexto lugar, y fue clave la calidad técnica de Rubén Gerez y su equipo. Y así lo sintieron también los conductores de cada uno de los programas. La radio líder, Radio 10, y segunda, Mitre. Hubo mucho compromiso. Días y meses de mucho trabajo. Con la dirección de Carlos Infante, primero, y Juan Carlos García Bisio, después, Tinelli también celebró que llegó al podio.
Mónica y César en Del Plata fue un ciclo que dejó una huella en la historia de la radio.
César, que había hecho las más grandes coberturas periodísticas en la tevé, le ponía la misma pasión al nuevo desafío. Periodista todo terreno. Informado y contundente. De frases cortas, precisas, con su estilo. Fue a hacer radio e hizo radio. Dejaba hablar y además tenía un juego cómplice, hasta con humor con cada integrante, y las ironías y “observaciones” de Mónica cuando le advertía al aire: “¡César, César!”.
Y gran generador de climas de trabajo. Por eso, también lo recuerdan desde los encuentros en La Campiña hasta a aquella visita al Mercado de Liniers: llevó a todos “al mejor asado de todos los tiempos”. Y Mónica, como él, también fue protagonista. Si hasta en el email estaban sus nombres juntos.

MONICA, CÉSAR Y MARCELO. Tinelli convenció a Mónica y César para que hagan radio en Del Plata. También compartió el estudio con ellos.
Un clásico del programa fue la transmisión de la carrera de palomas desde la terraza de Ideas del Sur (donde en el 2005 Marcelo Tinelli y Diego Maradona jugaron al fútbol – vóley en vivo y los vieron millones de personas en todo el país). César, amante de la colombofilia, lideraba esa ceremonia tan simbólica. Hasta algunos de los integrantes del programa “corrían” con su paloma. Su nombre había sido colocado en una de sus patas. La ruta era Ideas del Sur – San Pedro. En La Campiña, la llegada triunfal. Todo en vivo y por la radio. Y así continuó con esa rutina, año tras año.
Por eso, en la ceremonia del miércoles 5 en el cementerio de San Pedro, la emoción atrapó a todos. Fue especial. Sol Mihanovich (la misma que acompañó desde el 2004 el desafío de Mónica y César de hacer radio, y ella hacía su debut como productora) fue la que leyó desde su celular lo que dijo él cuando se enteró de la enfermedad: “Esto dijo Tata unos días antes, cuando ya sabía: Estoy a punto de vivir la mejor muerte. En el andén me espera la familia para darme la mano“.
A su lado, Sandra tenía la carta. Antes de leerla, invitó a Noé para que esté con ellas. Así, contó cuando César, en su casa de la calle Salta, en la Capital Federal, fue al escritorio de su tío Facundo Larrondo y escribió las 129 palabras de despedida.
“(…) Estoy por ver volar a las palomas que cubrirán el cielo, como todas las tardecitas. Dentro de poco me llevarán con ellas, para enseñarme el camino. Me estoy muriendo en San Pedro, a los 80 años, donde siempre quise morir junto a la mujer que amo. Abrazado a mi familia. Qué más puedo pedir. Me estoy muriendo en paz, con la satisfacción del deber cumplido.”
Después de los aplausos, llantos, ruidos de las cámaras fotográficas, Sol y Noe abrieron los dos canastos de mimbre que estaban en el piso, cerca de las coronas y palmas, al costado del cajón.
Las palomas empezaron a volar. Cubrieron el cielo, como César lo imaginó y lo escribió.
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