Por Rudy Ulloa

Néstor Kirchner era un tipo de muchas convicciones, un tipo muy fuerte de defender lo que pensaba; y su formación política… Vos imagínate que en esa época en La Plata, donde estudiaba, que iba y se nutría de ese momento de la Argentina donde todo el mundo estaba politizado, creo que se enamoraban las mujeres; no porque era lindo, o tenía un auto o una camioneta, sino por su inteligencia. En aquel momento se destacaba eso.

Y el tipo, con todo respeto lo digo, lo tomó en serio, y lo hizo carne. La forma de estar comprometido con lo que estudiaba, lo que hizo o lo que vivió, se formó con sus amigos en La Plata. Imagínate esos cuadros, venía acá y en cierta forma lo endosaba a un barrio humilde como el barrio del Carmen y él hablaba y hablaba como si estuviera quién sabe qué. Imaginate, mi mamá me llevaba a la Unidad Básica y llegaba Néstor que venía de La Plata y ¡él traía el mensaje!

El tipo hablaba de la Tercera Posición, hacía un análisis político nacional, internacional, local, provincial y todos los demás los mirábamos y ya era una cosa media rara.

Para mi, una cosa personal, que mi vieja que era la peronista, la militante territorial, para mí como que me aburría, porque era muy avanzado el tipo, muy muy convencido de lo que decía.

 

Eran momentos muy difíciles los que se vivían en el país y el era un avanzado. Era un diferente. Siempre lo fue.

Él le hablaba a la gente, y eso es algo que nunca cambió. Le hablaba a la gente hubiera 3 o la cancha de River llena. Viste que hay gente que se come el personaje y el personaje se lo termina llevando al pobre tipo, bueno con Néstor no. Él era así. En el café era así, en el Estudio era así, en su casa era así. No lo podías ver de otra forma, él era así y se mostraba de esa manera, estaba convencido.

El era de llevar el mensaje que la política era para cambiar las cosas y nosotros, cada vez que había una reunión con él, quería salir ya a militar, porque él te llevaba a que vos quisieras hacer eso: ¡militar!

Después él se recibió, puso su estudio, humildemente, Cristina todavía no se recibía, estoy hablando el 78, cuando empezó el estudio jurídico, que empezó muy de abajo, en ese momento él no era el hombre candidato de la sociedad de doble apellido. Venía de su viejo cartero, su vieja ama de casa, que se rompieron el lomo para que vayan a estudiar, él y Alicia. Gente de laburo.

Y eso hizo que todo le costará cuatro veces más. Nada le fue fácil, nadie le regaló nada. Y te lo digo yo que lo conocí en el 76 hasta el día lamentable de El Calafate, cuando lo vestí. Que estaba yo en El Calafate cuando él nos dejó físicamente, por eso puedo decir que lo acompañé hasta la muerte. No es una metáfora: ¡Lo vestí!

Y le saqué una camisa, y le puse la camisa que le gustaba para los asados y los amigos. Que es la camisa que después es la que hice en réplica en el monumento.

Era la camisa que él amaba, viste cuando vos tenés esa camisa que es tu preferida, que puede estar gastada, lo que sea, es la que te ponés para los amigos, para los asados, para estar cómodo. Bueno, yo me atreví a cambiarlo y ponerle esa camisa que era la que a él le gustaba. ¡Y con ella se fue!

 

Los amigos de siempre

Un fenómeno de Néstor es que nunca cambió de amigos. Siendo estudiante, siendo intendente, siendo gobernador, siendo presidente. Siempre los amigos fueron sus amigos de siempre, nunca los cambió.

Él tenía cuatro o cinco amigos que eran ‘sus amigos’, después el resto estaban pero en la intimidad sus amigos eran esos, nunca los cambió.

De izquierda a derecha: Rudy Ulloa, “Tito” Quiñones, Sendes, Néstor Kirchner, Raúl Andrade y Juan Carlos Villafañe. Mediados de los 90. En Puerto Deseado, un Néstor con medias rojas hablando de política.

Yo tuve la suerte, por una cuestión generacional, de que era el más joven, que soy el único que estoy quedando. Como Cacho Vázquez, que era uno de ellos que compartíamos la sobremesa y hasta lo peleábamos y nos dejaba que lo hiciéramos.

Y nos decía qué opinás vos y hoy me doy cuenta: Dios mío, qué importantes nos hizo sentir.

Él nunca cambió. Era un hombre humilde, un hombre común, con muchas responsabilidades, nada más, pero no salió nunca de ese formato. Siempre fue igual, cuando venía al barrio, cuando estaba asumiendo como gobernador o como presidente o cuando le estaba tocando la pierna a Bush.

Ese era Néstor. Nunca se prendieron las luces y se transformó en otra persona y todo el mundo lo percibió. No. Era eso…

Era el que se sacaba los zapatos cuando hablaba, era el que estaba con los amigos. Era el que le hablaba a todo el mundo pero de última le estaba hablando a dos animales políticos que eran Cristina y él. Creo que muy pocas veces coincidían, porque como eran dos cuadros políticos, todo se discutía, todo se miraba de una forma o de otra. Su gran preocupación -y estoy convencido- no era si la cancha de River estaba llena para hacer su discurso, era llegar a la casa de para ver qué opinaba Cristina.

Y yo estoy convencido, y esto es muy personal, es que (en sus discursos) le hablaba a Cristina, porque había que llegar a casa. Esa era su gran preocupación.

Yo lo viví a eso. Cristina era y lo es hoy, un cuadro fenomenal ¡qué miércoles! Había que llegar, y que te dijera “¿y por qué dijiste eso, por qué gritaste y por qué aquello? Y había que explicarlo con argumentos políticos, ¡no se podía decir porque me salió! No, había que explicar con fundamentos de por qué. Y uno estaba ahí y pensaba, ¡qué atrevimiento qué hago yo acá sentado!
Y ese atrevimiento hoy me doy cuenta de que algo había, esa posibilidad que me da la historia de estar sentado ahí… de, ¿por qué yo no?

 

Y después me transformé en el hombre invisible, que es cierto. Cuando murió él era otro escenario y respeto que sea así también.
Pero yo sigo haciendo lo mismo. Estoy en el territorio, estoy en el barrio, estoy en el mismo lugar. Los que se mueven son los demás, yo estoy en el mismo lugar de siempre.

Y por eso me atrevo a esto, porque cumplimos los 10 años, 10 años que se extraña, el agujero es grande. La verdad es que se extraña y se extraña mucho. Y en todos los frentes.

 

Creo que dejó una huella muy grande.

 

De intendente a presidente

Y ya nos tenía acostumbrados en algunas cuestiones. Yo te cuento: nosotros en el barrio en sí, él quería ser presidente del partido, del consejo local y nosotros lo mirábamos y después ser intendente y lo que nos hacía decir que este tipo está loco en serio, es que hay un video, que yo le mostré a los amigos de cuándo asumió la intendencia y fue a mi barrio para inaugurar la unidad básica de Los Muchachos Peronistas y en su discurso dice “Y vamos por la Gobernación” y todavía estábamos empezando la intendencia. Y en la gobernación estábamos ahí y decía: ¡Voy a ser Presidente! Y vos decías, este tipo está loco pero en serio está loco, y de pronto encontrarlo en Olivos y decir mirá dónde estamos! Y no fue una cuestión de suerte o de viento de cola. El trabajó para eso, estudiaba, se preparaba, sabía de qué se trataba.

Militante Néstor Kirchner

 

El fenómeno de él es que entendía de política y de economía al mismo tiempo. Los dos formatos los tenía él. Hay muy pocos presidentes que entienden de economía. Él era ese fenómeno. Entendía todo.

 

Hoy muchos de mis amigos van a ver a un funcionario, le van a plantear su tema y te da la sensación que no te entendió nada de lo que le quisiste decir y el tipo para sacarte de encima te decía dejámelo, está todo bien. No, no. Él no, él entendía, leía, te entendía. Lo peor que le podía pasar a él es que le repitas, si vos pedías algo, qué se yo, necesito laburo para mi cuñado o mi vecino a la vuelta se le quemó la casa, no lo jodas dos veces o tres. Había gente que seguía, seguía y eso lo jodía. A él se lo tenías que decir una vez y dejarlo. Capaz que a los 20 días o al mes te veía y te decía ya está listo eso que me pediste de tu cuñado o ya le llevaron todo a la señora que se le quemó la casa, y vos por ahí ya te habías olvidado de eso, él no. Eso tenía.

El poder de retención de sus compromisos con cualquier persona en la calle. Acá hay un montón de gente que te dice, me lo encontré en la calle, le expliqué que le faltaba el medicamento a mi abuelo y el tipo se iba y a los 3 o 4 día estaba el medicamento. ¡Tenía un poder de retención impresionante!

 

O te encontrabas con un vecino en La Matanza o en Córdoba y le preguntaba “cómo está tu vieja María o tu viejo, cómo salió de la operación” y vos te preguntabas cómo rayos se acuerda de todo eso. O en los actos, el siempre decía que no le toquen a los chicos y siempre miraba eso, que la Policía por ahí los corría para atrás a él lo jodía.

Y esas cosas lo definen a él. Y no tenía problemas chicos. Para él no había problemas chicos, medianos o grandes, no. Para él eran todos problemas grandes. Es decir los problemas eran iguales. Por eso el fenómeno de entender y preocuparse y de atenderlos. Era un tipo ejecutivo nato.

Tenía esas cosas que si la gente que te viene a ver es la misma, es porque no está dando soluciones. Tenía ese concepto.
Te decía, vos querés saber como anda un funcionario, andá a la cocina. Trabaja con la gente que trabaja ahí, ellos saben si va o no va, si está de novio o no. El tipo pasaba horas hablando con quién le traía el café. Y le preguntaba qué opinas vos de fulano. El necesitaba el contacto permanente con la gente común, era fundamental para él. Eso era Néstor Carlos Kirchner, lo que llevó a que él entendiera todo.

El se ponía en el lugar del otro, no por el papel, sino desde que lo conocí, nunca cambió, como nunca cambió de amigos, nunca cambió de conceptos, nunca cambió sus convicciones. Era un tipo que nunca cambiaba.

 

Racing

Era fanático de Racing, formado en La Plata y cabalero obviamente! Todo eran mensajes. El entendía que las cosas pasaban por algo. Si jugaba Racing, que no entre nadie. Por eso digo que yo soy un privilegiado. Yo veía a Racing con él y soy de Boca, imagínate. Hasta eso me permitió, obviamente no hablaba de Racing, pero yo rezaba que ganara Racing. Creo que no sufría tanto un partido de Boca como el de Racing porque era una forma de ayudarlo a él porque necesitaba estar bien el lunes.

Él lo sufría. Y era mortalmente cabalero. Pobre Cristina, no podía entrar a la habitación, cruzar al living. La señora Cuca, que era la que colaboraba en la casa…que ni se asomen a la puerta. Y yo cuando por ahí iba al baño, me decían cómo va Racing. No era que estaban preocupadas por cómo iba Racing, sino por el estado de ánimo de Néstor, para ver cómo iba a seguir el día nuestro.

Pero bueno, él no cambió, podía pasar lo que sea, pero él escuchaba su Racing, veía su Racing, estaba preocupado. Ese era su cable a tierra, uno de sus grandes amores.

 

 

Un gran traidor de amigos, pero ¿ por qué te digo traidor? Porque no se entere nada tuyo porque te boconeaba con tu mujer y que no encuentre a tu mujer porque le decía: “Guarda con éste porque anda en esto, en esto y esto”.

Las mujeres de los amigos no querían que ni se crucen con Néstor, porque te botoneaba. Y cada cosa que te manejaba de vos, no te lo guardaba, se lo tiraba a tu mujer o a tu novia, entonces las minas que hacían, te decían: “Mirá que hablo con Néstor”., Y él muy bocón, les contaba todo y en ese marco se divertía. Vos le podáis decir: “No diga nada Doc, mire que voy a tener problemas en mi casa..”. “No me importa, pórtate bien entonces, si te portas bien no vas a tener problemas” Y el tipo se divertía así con los amigos, nos queríamos matar. Pero él tenía eso mágico que le querías dar una piña pero también abrazarlo o darle un beso.

 

El padre

 

El vivía para su viejo. Creo que él lo sintió mucho, que el padre no lo hubiera visto ser intendente, ni gobernador ni presidente. Eso lo sintió, fue un golpe al hígado. El padre se fue joven también y era su ídolo. Y si vos me preguntas cuál ha sido su admiración más fuerte, obviamente que el padre, lejos.

La anécdota con el Rey

Nosotros íbamos a comer asado a lo de Fernández Campbell en Punta Bandera. La suegra de él, vino de España, un domingo, una señora grande pero muy elegante, buena moza, y lo pasamos muy lindo en familia, y digo en familia porque yo tuve la suerte de que me hicieran participar en todo como uno más de la familia. Y cuando digo en todo, es en todo. En todas las vacaciones de su vida fui yo. Me invitaban e iba, y estaba ahí.

 

Cuando estábamos en Punta Banderas le comenta Néstor a la señora y le cuenta que en septiembre, octubre viene su rey a El Calafate. ¿Te imaginas a esa señora, “mi rey? Si su rey, ya está todo armado.. él era gobernador y la invita, porque ella viajaba otra vez. “Tenés que venirte, si viene el rey, vos tenés que venir”.

Y llega el Rey y la Reina. Imaginate El Calafate, toda la avenida llena, con la gente saludando a los costados y venía toda la comitiva por la avenida. Y la señora había ido, y se había vestido como las damas españolas y en eso Néstor se da cuenta de que estaba ella. Se para y se va hacia ella y le dice: “Ahhha, ahí está tu rey. Y le dice: “Che Rey, vení, vení que te voy a presentar una señora”. Todos dicen que le dijo “señor Majestad”. Nooo, el que dice que dijo eso, es porque no conoció a Néstor. “Che Rey”, le dijo y el rey llegó hasta ahí y saluda a la señora y Néstor le dice: “Ahh, por tu rey te pones guapa, cuando estoy yo te pones cualquier cosa” ¡Y se reían!

 

Ese era Néstor, cero protocolo. Y fue una anécdota de la cual aún se acuerda de ese “Che Rey!!!

 

Néstor era eso, y no quería ser otra cosa! Pero sí, todo le costó cuatro veces más, todo era caro para él. Pagaba pero le costaba y se esforzaba.

Hay gente que disfruta del poder, él lo sufrió.

Y él lo único que soñaba con un país normal. El entendía que la Argentina no era un país normal y había que trabajar para que lo fuera. Él lo decía: “Somos el principio de una transformación cultural en este país y transformarlo en un país normal, sería un avance espectacular”.

Sería un aporte fundamental. Él nunca lo dijo en un escenario político o en una campaña, pero fíjate cuánto sentido tiene hoy… un país normal…

2003. El 25 de mayo, Néstor asumió la Presidencia con apenas el 22% de los votos. En su discurso propuso “un sueño” y cambió el orden establecido. Fue un país que miraba a Latinoamérica y no al norte.

 

La inmensa alegría mía era que a mi me trataban como a cualquier otro, y eso lo ayudaba a estar siempre cable a tierra. Las luces a él nunca lo distrajeron de su concepto o su convicción de cuál era el país que él quería. Por lo menos intentarlo o empezar el camino.

 

Pero lamentablemente todo termina mal en este país. No conozco algo que haya terminado bien, todavía.

 

Era mi amigo, nunca lo fue porque él iba ser intendente o gobernador o presidente, él era el amigo, como Cacho Vázquez o otros que estábamos ahí porque él iba para adelante.

Y vos ves que el Poder te trae un montón de intereses y podías estar con los mejores banquetes y comer canapés y disfrazarte con un esmoquin. ¡No le pusieron un esmoquin nunca!.

Y digo los canapes, porque no le gustaban, porque creía que era gastar plata al cuete, que no servía. Nunca fue y mandaba a alguno que le gustaba, o lo del Colón. Una vez hubo una discusión terrible porque había una Gala en el Colón y había que ir con esmoquin y le trajeron uno, y jajajaja ¡dejáte de joder! Que vaya fulano (no voy a dar nombres) que le encanta, mirá que me van a disfrazar a esta altura de mi vida… El era así, no iba con él.

 

El era muy cerrado con sus afectos. Eran sus afectos y que no se los toquen y que no fallen tampoco. La lealtad era ida y vuelta.

 

¿Cuál era el mensaje? “Nunca renuncies a tus sueños, que se puede, no él “Se puede” del macrista, sino apuntar a la luna. Se puede, si vos estás convencido, tenés convicciones claras y laburas, acostarte a las dos de la mañana y levantarte a las siete para hacer lo mismo y darle y darle. No hay sábados o domingos, sin golf, ni viajes de placeres, porque no los había. Ël nunca se desenchufaba y ojo, ¡entregó la vida por eso! Un tipo que sufrió el poder en serio. Que lo disfrutaba cuando estaba con la gente, pero después, es muy duro eso.

 

Yo no soy muy objetivo y esto corre por mi cuenta pero creo que la sociedad argentina no estaba preparada para Néstor. Esta sociedad no está preparada para gente de buena intención.

Porque no quieren. Es una sociedad rara. No le gusta que la reten, no le gusta que le cobren, que le digan lo que tienen que hacer. Es muy difícil gobernar un país dónde todo el mundo tiene un concepto jodido de la cosa.

 

Es raro, por eso vuelvo a decir que él veía todas esas cosas y vuelvo al tema de un país normal. No era un final fácil. Yo creo que vamos a tener que seguir peleando mucho todavía y haciendo lo que él creía que había que hacer.

 

No es recordándolo, acá hay que levantarse temprano, salir a laburar, hay que trabajar, escuchar a la gente, tener vocación. No agarrés un cargo sino vas a hacer nada.

Él siempre decía que la política, si tenés una responsabilidad es para cambiar las cosas, sino lo vas a hacer no lo tomes y deja el lugar a otro que sí lo haga. Y él se extraña por eso, porque era un tipo ejecutivo. La gente lo iba a ver a él porque él lo iba a arreglar y la gente entendía el sí y el no. Porque si te decía que no te explicaba por qué no se puede. No tenía problemas para decir que no.
Eso era lo extraño. ¿Por qué la gente lo siguió a él? Porque los conceptos que él tenía, eran claros: chicos hay que laburar para cambiar las cosas.

El funcionario tiene que funcionar. Si ganas elecciones tenés responsabilidades, no te sacaste la lotería, tenés que laburar. Era ese el concepto, bien claro.

La que la tiene clara hoy es Cristina.

 

Él fue un fenómeno. Fue el primer Gobernador, acá en Santa Cruz, que no tenía campos, porque todos los gobernadores en la historia de Santa Cruz eran estancieros, tenían campos. Y el fue el primero en que accedió a la Gobernación que no los tenía.

Y fue el que construyó por afuera, con la gente. Siempre eligió la más difícil, ir con la gente en vez de acordar con alguno. “Vamos a ir por allá, vamos a perder pero no importa, lo importante es quedar con el discurso, con la razón e ir a dormir tranquilo, aún perdiendo también se gana en la vida”

 

Imaginate hoy que no está Néstor, esos tipos son siete veces más ricos hoy. ¿Cómo empezás de vuelta?. Hoy manda esta gente.
Vos fíjate: Videla fue el que dijo cómo se nos escapó Kirchner, porque estoy seguro que entre los 30 mil desaparecidos había 28 mil Kirchner ahí adentro porque hubiera sido otra la historia. 30 mil desaparecidos y Videla con esa declaración que hizo sobre cómo se nos escapó Kirchner… Terrible… Por eso digo… cuantos Kirchner desaparecieron.

 

Y el tipo (Néstor) fue y construyó y llegó ahí. Se creía Superman. Nunca entendió que no era el hombre increíble. Tenía corazón, tenía cabeza y bueno lo que menos pensaba era en él. Esta es mi crítica y mi reproche. Que si me escuchara, se lo diría. Pero estoy seguro que no será en vano, lo que pasa es que, bueno, retrocedimos. Pero esperemos que sea para tomar impulso.

 

La discusión política

 

La discusión política, la formación de cuadros políticos, en la sociedad, en todo sentido, en la educación, en la economía. Él era el ministro de Economía.

Todos sus juegos desde muy chico tenían que ver con números, dados, soldaditos. Todo número, eso fue la madre. El tenía un ejercicio de números impresionante.

Íbamos a un restaurante, por ejemplo, y mientras esperábamos la comida, y el empezaba: “Hay 30 mesas, trabajan siete, dos en la cocina, cuántas horas ocupa una mesa, si hubo recambio o no, por mesa es tanto, este tipo por noche saca tanto”. Y le sacaba la ecuación, así de lo que le rendía o no el negocio.

1991. Néstor Kirchner alcanza la gobernación con el 61% de los votos

Él vivía así, todo eran números, números y la política de entender cómo se mueve la sociedad, ser parte de ellos. Si vos entendes cómo se mueve la sociedad podes interpretar enseguida qué es lo que quiere. Si no la entendes y no sos parte de ella, no podes saber cómo se mueve y no vas a encontrar nunca el remedio justo.

El tipo tenía eso y el tema de los números. Fijate que le pagó al Fondo Monetario Internacional. Y entendía que si no se sacaba eso de encima no tendría independencia económica, no tenía independencia política. Por eso lo pagó, porque estaba en su ABC, tenía que hacerlo, buscarle la vuelta.

Qué es lo que extraño hoy, que no hay discusión política, no hay formación política. Estamos hoy en una situación particular, en el mundo (por la pandemia) pero creo que faltan equipos. Formación de equipos de gobierno, formación de que no cualquiera puede agarrar cualquier cargo. Hay gente irresponsable. Yo no puedo agarrar el cargo de director general de Nuclear, porque no sé nada, pero bueno como van a ganar 500 mil pesos, lo agarro, porque acá se animan a cualquiera, hasta un fierro caliente por eso.

Y así estamos. Si vos ponés a gente de esa, no esperés buenos resultados. Si vos ponés un malo, no pretendas un resultado bueno. Es lógica, no hay mucho misterio.

Y falta conducción. Una línea de conducción concreta. Nos falta eso y es lo que hay que armar.

Hay una generación joven que se está formando, que se está comprometiendo, yo creo que viene otra cosa que con el tiempo se notará más.

Creo que Máximo está haciendo un muy buen aporte en eso, es un fenómeno. ¡Ojo con él! Ni hablar Cristina, no por ser obsecuente porque no me gusta y los peleo. Y me lo permiten. Son tan inteligentes que hasta me permiten pelearlos. Tengo ese crédito, de sentarme y decirles: “No, no me parece, que acá estamos mal, que esto que dijiste no está bien”.

Y ellos saben que nunca fui obsecuente. Peleé con eso y mi amigo lo sabía. Creo que por eso funcionamos tanto tiempo juntos, porque peleábamos: Nunca fue obsecuente, si consecuente. ¿Ya está? Listo, ¡vamos! Y él me lo permitía, y creo que eso es lo que te hacía sentir importante. Creo que es el capital más grande de hoy, que pasó el tiempo…

Es inmenso, es grande (Máximo). Ojo que Cristina igual, otro concepto, otra cosa, pero una traga como le digo yo. Se lee hasta la guía telefónica, y Máximo cuidado. Yo estoy viendo.. Es el padre, te digo, va va va, y con fundamento. La humildad con fundamento y preparación.

 

Nosotros tenemos que seguir escuchando más a Cristina, escuchando a Máximo, que estoy convencido que es la síntesis de lo que viene. Tenemos que servir a la causa militando cada uno desde su lugar (…). Néstor tenía claro qué hacer, adónde quería llegar, por eso la gente lo seguía, no porque fuera Pablo Echarri (risas), le costaba todo cuatro veces más y elegía siempre el camino más difícil, que era con la gente.

La estatua

 

Fue la primera que hicimos nosotros. Apenas murió Néstor arranqué con el monumento. Tenía que hacerle un monumento. Fue un monumento a mi amigo en realidad, y era en el barrio del Carmen, tenía que estar ahí. Sabía que estaba seguro ahí.

Por eso mi pelea con el Mausoleo. Yo conociéndolo estoy convencido que no está tranquilo ahí adentro. Porque no trabajó para eso, esto corre por mi cuenta.

Pero estoy convencido que estaría al lado de Cacho Vázquez, de “Bombón” Mercado, al lado de sus amigos, estoy convencido de eso.

Rudy Ulloa le hizo un monumento en el barrio Del Carmen de Río Gallegos “en el lugar donde comenzó todo”. FOTO: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.

Y siempre digo que este lugar emblemático que fue el Ateneo, que fue el primero que lo nombró así, en el año 81, dónde no había retornado aún la democracia y nos estábamos armando políticamente, estaba prohíbo armar unidades básicas. Entonces arma el Ateneo como si fuera un centro cultural, pero era una Unidad Básica, encima le puso Teniente Juan Domingo Perón, no nos creía nadie que no era una Básica.

Y un día en una entrevista, uno le pregunta, ¿usted qué hubiera hecho si dejaba la política? “Y, pondría un café literario”, le dijo. No sé por qué lo dijo, pero a mi me quedó. Y después le puse su café literario, porque esto (Ateneo NK), era eso. Después le pusimos más cosas, el escenario, es un lugar de encuentro, por eso se llama Ateneo y el monumento corre por mi cuenta, porque le hice el monumento a mi amigo, en el Barrio del Carmen dónde comenzó todo en realidad.

Somos de Los Muchachos Peronistas, la primera Unidad Básica que Kirchner inauguró fue esa, y todavía la tenemos. En marcha y vigente.

Leé más notas de La Opinión Austral