A poco menos de tres meses del decreto presidencial que legaliza el autocultivo de marihuana para uso medicinal, las conversaciones se multiplican y hay pie en el acelerador para alcanzar un marco regulatorio en la industria de la planta.

Luego del Decreto 883/2020, Argentina busca un abordaje integral en el desarrollo de la producción.

El ministro Matías Kulfas volvió a ratificar su fuerte interés en la intención por promover la cadena de valor cannábica en el país, tras reunirse con senadoras y diputadas.

Dentro del contexto legislativo, el tratamiento de ley dedicará de manera integral el desarrollo de diferentes etapas en la cadena productiva de la planta.

Puntualmente, focalizado al uso medicinal con receta y como suplementos nutricionales; como también del cáñamo para uso industrial en rubros como el textil, papel, alimentos, productos de higiene, productos de construcción, entre otros.

Durante la jornada, se acordó lograr un único proyecto de ley que unifique las distintas iniciativas para el desarrollo de esta cadena de valor. Con el objetivo de que este año se trate en el Congreso.

La búsqueda tiene como horizonte aprovechar las ventajas comparativas del territorio argentino. Desde sus capacidades físicas, por la disponibilidad de suelo que podría aprovecharse para este cultivo, hasta las capacidades tecnológicas para el desarrollo genético de semillas.

Al mismo tiempo, podría pensarse un mercado local con una fuerte oferta de puestos de trabajos. Por último, también se avizora un gran valor en materia de exportaciones.

“La industria del cáñamo tiene muchísimas posibilidades. En un contexto económico tan desfavorable, a raíz de la pandemia, un desarrollo productivo relacionado con el cáñamo es fundamental”, sostuvo Ana Marzano, presidenta de la Asociación Provincial Cannabis Medicinal (AProCaM), en diálogo con La Opinión Austral.

Del mismo modo, coincidió en la destacada oferta laboral que podría generarse a partir del desarrollo de la industria cannábica.

Por último, se refirió a las ventajas a largo plazo de este tipo de cultivo en suelo nacional: “El desarrollo es sustentable y ecológico. Es una planta que no agota la tierra, no impacta de una manera negativa en la ecología general. En proyección, es muy rentable”.

 

Acuerdo con INTA

Mientras las gestiones para lograr un marco regulatorio preciso y seguro se aceleran, en materia -netamente- productiva se divisan proyectos. Hace algunas semanas, oficialmente el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la firma local Pampa Hemp firmaron un acuerdo público-privado para investigar y producir cannabis medicinal en el país.

 

El desarrollo es sustentable y ecológico. Es proyección, es un cultivo rentable

El cultivo se cosechará en Pergamino para investigación, aunque el objetivo es alcanzar comercializarlo y hasta exportarlo al mundo. El centro estará puntualizado en las actividades de investigación y con el desarrollo de técnicas de cultivo de cannabis con diferentes variedades genéticas. Al mismo tiempo, se piensa el diseño de protocolos de producción apoyados en la integración y desarrollo de tecnologías locales.

La segunda etapa, a priori tendrá el objeto de desarrollar genéticas propias para fines medicinales y otros usos. Puntualmente, será mediante la estabilización de variedades locales y la creación de un banco de semillas de cannabis adaptado a las condiciones de la geografía y clima del país.

 

INTA y una firma argentina tendrán convenio para la producción nacional

“Pedimos permiso al Gobierno para hacerlo, pero para eso teníamos que lograr un convenio con un ente que lleve a cabo la investigación, fue así que nos contactamos con el INTA, manifestó Sebastián Tedesco, socio fundador de Pampa Hemp, en una entrevista a El Cronista.

 

Sin mucho cambio

Los especialistas coinciden en que el decreto presidencial que autorizó el cultivo para uso medicinal no ha generado modificaciones.

“Quedan cuentas pendientes con la ilegalidad de la planta. Nosotros, desde la asociación, promovemos la idea de que no hay ningún desarrollo a ningún nivel, si primero no se despenaliza la planta. Ese es un tema para trabajar conjuntamente con el Estado”, advirtió Marzano.

En sintonía, la licenciada agregó: “Si bien el decreto planteó la legalidad del autocultivo, hasta ahora no ha sido creado el registro a nivel nacional. Hay cuestiones institucionales que se tienen que desarrollar primero para poder acceder”.

 

Santa Cruz

Por nuestras latitudes, las gestiones por parte de los organismos vinculados al sector, AProCam es uno de ellos, avanzaron junto a buena parte del cuerpo político provincial.

 

La AProCaM suma referentes en toda Santa Cruz.

 

 

“Existe una voluntad de legislar de acuerdo a la necesidad de la población. Por eso, estuvimos trabajando y asesorando, estamos muy avanzados”, dijo Marzano.

La proyección en Santa Cruz, tiene como objetivo la creación de un registro provincial para usuarios que quieran cultivar en tierra santacruceña.

“Existe una voluntad institucional desde el Ministerio de Salud, para capacitar a personal específico que trabaje en un registro local. Ojalá también se pueda replicar en cada uno de los municipios”, agregó la referente del sector.

 

Antecedentes

Ya con un órgano articulador de la cadena de desarrollo de la industria, algunas legislaciones a nivel mundial suman antecedentes positivos: Canadá, Uruguay, Colombia y California en Estados Unidos.

Aguardando por su tratamiento en el Congreso, el gobierno de Alberto Fernández buscará fomentar proyectos de inversión pública, privada y mixta en cada uno de los eslabones de la cadena productiva.

 

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