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El presidente Javier Milei publicó un escrito esta mañana en relación a sus ataques a la cantante y actriz “Lali” Espósito y lo justificó como parte de la llamada “batalla cultural”, de la cual el mandatario había hecho mención en reiteradas ocasiones durante la campaña.

En un texto titulado “DESARMANDO EL GRAMSCI KULTURAL“, publicado en su cuenta de X, el Jefe de Estado hizo una interpretación personal de las teorías del filósofo marxista italiano Antonio Gramsci, padre del concepto de “hegemonía cultural”, ampliamente aceptado en las ciencias sociales.

“La raíz del problema argentino no es político y/o económico, es moral y tiene como consecuencias el cinismo político y la decadencia económica. Este sistema está podrido y por donde se lo toca sale pus, mucha pus, muchísima”, manifestó Milei.

En ese sentido, agregó: “Gramsci señalaba que para implantar el socialismo era necesario introducirlo desde la educación, la cultura y los medios de comunicación. Argentina es un gran ejemplo de ello“.

“Cuando uno expone la hipocresía de cualquier vaca sagrada de los progres bienpensantes, se les detona la cabeza e inmediatamente acuden a todo tipo de respuestas emocionales y acusaciones falsas y disparatadas con el objetivo de defender a capa y espada sus privilegios. Así no sólo quedan expuestos aquellos que reciben los privilegios de los políticos en términos de remuneraciones no validables a mercado, sino que también quedan expuestos aquellos políticos, gobernadores e intendentes que se valen de los recursos aportados por los pagadores de impuestos para hacer propaganda política, y por supuesto también los seres más miserables de la política aparecen en busca de alguna ventajita que se apalanque en lo políticamente correcto (aunque en el fondo implique un acto violento)”, indicó.

“Sin dudas, cualquiera sea la columna que se denuncie del edificio de Gramsci, los receptores de privilegios de las otras dos saldrán en su auxilio. Por lo tanto, lo más maravilloso de la batalla cultural llevada a la política versada sobre el principio de revelación es que cuando uno señala las vacas sagradas del edificio de Gramsci, automáticamente genera una línea de separación entre los que viven de los privilegios del Estado y las personas de bien”, añadió el Presidente

Acá el problema no es una actriz. Es una arquitectura cultural diseñada para sostener el modelo que beneficia a los políticos. Bueno, nosotros venimos a terminar con eso. Sin embargo, muchos no la ven y no pueden disfrutar de esta clase aplicada…”, concluyó.

Quién fue Antonio Gramsci, el intelectual de izquierda que citó el presidente liberal argentino Javier Milei

Antonio Gramsci nació el 23 de enero de 1891 en Ales, Italia, en una época marcada por duras condiciones económicas que su familia enfrentó, al igual que muchos compatriotas. Desde joven, Gramsci tuvo que trabajar para contribuir económicamente a su hogar, aunque su inclinación hacia los estudios se hizo evidente.

Inició su formación en la escuela local de Santu Lussurgio, continuó en el liceo Carlo Dettori de Cagliari y, en 1911, ingresó a la Universidad de Turín, destacándose como uno de sus alumnos más prominentes.

Paralelamente, Gramsci se involucró en centros de concentración obrera, participando en luchas y reclamos. Esta conexión con las realidades de los trabajadores se fortaleció al unirse a la agrupación socialista local.

Al concluir sus estudios universitarios en 1914, Gramsci decidió convertirse en un revolucionario. Fundó el periódico “L’Ordine Nuovo” en 1919, centrado en los consejos de fábrica como motores directos para la revolución, influenciado por los aportes de Lenin.

Su activismo contribuyó a impulsar las grandes huelgas italianas de 1920 y a socavar las tensiones dentro del Partido Socialista Italiano, lo que llevó, con el apoyo de Lenin, a la fundación del Partido Comunista Italiano en 1921.

Después de representar a Italia en el IV Congreso de la III Internacional en Moscú, Gramsci regresó y fue elegido diputado nacional en 1924. Sin limitarse al parlamento, lideró huelgas y acciones contra el fascismo de Mussolini.

En 1926, fue arrestado por la policía fascista, y durante diez años, mientras era trasladado por varios lugares, produjo su gran obra, “Los cuadernos de la cárcel”, una contribución significativa a la teoría de Karl Marx.

Antonio Gramsci falleció el 27 de abril de 1937 debido a los malos tratos en prisión, una semana después de recuperar la libertad.

El Bloque Histórico

Gramsci introdujo la noción de “bloque histórico”, una articulación interna en una situación histórica dada, donde elementos superestructurales se entrelazan. Destacó la importancia de la relación entre estructura económica y superestructura política e ideológica, resaltando la necesidad de comprender ambos aspectos para entender el funcionamiento de la hegemonía.

La Hegemonía

En la concepción de Gramsci, la hegemonía implica la primacía de la sociedad civil sobre la política. Subraya que la sociedad civil abarca organismos privados que sirven a la función de hegemonía de la clase dominante. La ideología desempeña un papel crucial, manifestándose en distintos aspectos de la vida intelectual y colectiva.

Crisis Orgánicas y el Nuevo Sistema Hegemónico

Gramsci abordó la posibilidad de cambios en el bloque histórico mediante crisis orgánicas, resultado de contradicciones entre estructura y superestructura. La duración de estas crisis puede ser prolongada, y las clases subalternas tienen la oportunidad de cambiar el sistema hegemónico estableciendo una nueva dirección política e ideológica.

En resumen, la contribución de Gramsci va más allá de la teoría marxista convencional, enfocándose en la complejidad de las relaciones entre clases y en la importancia de los intelectuales en la construcción y cambio de hegemonías. Su pensamiento sigue siendo relevante en el análisis de la sociedad y la política contemporáneas.

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