Las vacaciones de verano predisponen a salir de la rutina y embarcarse en nuevas aventuras. Los tradicionales destinos turísticos se encuentran repletos de gente, sin embargo Argentina cuenta con paisaje maravillosos y no tan conocido que vale la pena visitar.
Si querés mantenerte alejado de las multitudes y descansar tranquilamente o simplemente te gusta aventurarte a descubrir nuevos lugares, esta nota es para vos. A continuación te contamos de 5 destinos poco concurridos para conocer este verano.
Villa Pehuenia, en Neuquén
Transitando la Ruta 40 se puede ingresar a Villa Pehuenia, una aldea que parece salida de un cuento, rodeada de montañas con lagos espejados y cabañas pintorescas. Definitivamente, un destino que enamora.
El pueblo se encuentra a 310 km de la capital neuquina en dirección a la Cordillera de los Andes, fronteriza con la ciudad chilena de Icalma.
En el lugar se ofrecen todo tipo de actividades, desde Canopy, Trekking o Kayaking hasta deportes de invierno en el Volcán Batea Mahuida, centro de esquí administrado en su totalidad por la Comunidad Mapuche Puel. Además, se puede visitar las lagunas del lugar: La unión de los lagos Aluminé y Moquehue forman un paseo turístico llamado “Cinco Lagunas – Quechu Lafquen”, una postal detrás de otra.
Esta localidad tiene muy pocos años de vida turística. Se puede visitar con la idea de recorrerla a caballo, en bicicleta o simplemente a pie buscando sentirse parte de la naturaleza.
Quienes viajen desde la de capital neuquina tienen 310 km de distancia y pueden llegar por las Rutas Nacionales Nº 22 y 40. Hacia el sur, a 180 km, se encuentra Junín de los Andes y a 195 km al norte está Caviahue, otro paisaje patagónico rodeado de pehuenes.
La villa está a las orillas del lago Aluminé y se une con la localidad de Aluminé por la Ruta Provincial Nº 11, pasando por los lagos Ñorquinco y Pulmarí en un recorrido de 100 km desde Moquehue. Esta ruta no está asfaltada por lo que hay que hacer unos kilómetros sobre ripio.
En las playas del lago Aluminé hay un área de picnic y bajada para lanchas. Unos kilómetros más, siempre hacia el oeste, se encuentra un camping con minimercado. Tanto el lago Aluminé como el Moquehue se pueden recorrer en botes, lanchas, canoas, kayacs y embarcaciones a vela.
Lagos, lagunas, ríos y arroyos, todo lo que pueden pedir los pescadores, que si son exigentes descubrirán que éstas son de las mejores zonas para la pesca deportiva de todo tipo: trolling, spinning y fly fishing.
Volcán Batea Mahuida, Neuquén
Cerca de Villa Pehuenia se encuentra el volcán Batea Mahuida, que durante el invierno funciona como centro de esquí y, desde el cráter del volcán, se pueden vislumbran varios picos de volcanes del cercano país de Chile.
Se puede llegar en auto hasta unos 300 metros antes de la boca del volcán, pero debido a que se transita por territorio de la comunidad Puel, se les de pedir autorización para ingresar. Allí, también se puede contratar a sus guías baqueanos.
Para los amantes del trekking, recorrer el lugar resulta un hermoso paseo, pero debemos advertir que se trata de una caminata algo extenuante. Se inicia en Villa Unión por una picada en territorio de la Reserva Puel. El recorrido abarca gran diversidad de paisajes, ambiente volcánico, mallines, bosques de araucarias, dos lagunas enclavadas en el volcán y dos miradores.
Quienes lo deseen pueden continuar y hacer trekking a la Península de los Coihues. Partiendo de playa Cura Huapi, se recorren 6 km bordeando el lago y la villa, atravesando bosques naturales de radales, coihues y ñires, y se pasa por mirador del lago Aluminé para llegar a la península.
Lago del Desierto, Santa Cruz
El lago del Desierto se encuentra en el departamento Lago Argentino de la provincia de Santa Cruz, en inmediaciones de la frontera con Chile.
Se puede acceder por la Ruta Provincial 41, recorriendo 37 km desde la localidad de El Chaltén. La zona es un estrecho valle de forma rectangular de 10 km de largo que corre en sentido nordeste/sur-suroeste al oriente del encadenamiento principal de la cordillera de los Andes, entre el lago O’Higgins y el monte Fitz Roy, a lo largo de 48 km en línea recta entre los dos puntos.
En el lugar hay varios senderos para recorrer. Uno de ellos lleva hasta el hito limítrofe N°62, se trata de un paseo a pie de 5 horas. Otro de los senderos lleva a la laguna Huemul que es alimentada por el Glaciar del mismo nombre. Para realizar este sendero se debe pagar un ingreso a un camping privado.
También hay paseos en lancha por el lago e incluso un servicio que cruza el lago del Desierto y O’higgins del lado de Chile.
El Hoyo, Chubut
El Hoyo es un lugar pequeño que se puede recorrer fácilmente en poco tiempo, y cuenta con cientos de senderos para visitar. Si sos amante de la naturaleza, este lugar es para vos.
Una de las caminatas más recomendadas es la de cascada Corbata Blanca, ya desde la ruta se puede apreciar este increíble salto que deja sin palabras a cualquiera. Para acceder a este salto se entra por la ruta 40 hasta el fondo de la localidad hacia las montañas donde encontrarán con un parque de ingreso donde podrán ver todo lo necesario para subir y las distintas dificultades del sendero según la época del año.
Es una caminata para todo público y aunque no tiene un nivel de dificultad alto, sí cuenta con tramos empinados. La caminata dura entre 40/45 minutos a un ritmo normal.
Durante el sendero hay varios árboles típicos de la zona como el coihue que representa mucho a la Patagonia argentina. Es un lindo camino y al final se encuentran con este salto de agua de casi 80 metros de altura. Si van en época de mucho calor se pueden refrescar en el sitio.
Barreal, San Juan
El pueblo de Barreal, estandarte del valle de Calingasta, es la mejor opción para quienes buscan descanso, historia, silencio.
El tiempo parece detenido en el sopor de la siesta. Los 6.770 metros del cerro Mercedario se apropian del horizonte bajo un cielo que estalla ante los ojos del visitante. Barreal, en el departamento Calingasta, es toda una invitación a los sentidos, un ritual de descubrimiento que no deja de sorprender a todo aquel que lo descubre.
Ubicado estratégicamente a 230 kilómetros de la ciudad de San Juan y a 220 de Mendoza, el pueblo sorprende por su ritual de calma y silencio. Sobre la calle Roca, arteria principal que atraviesa el trazado urbano prolongando las rutas de acceso por el norte o por el sur, se concentran la plaza San Martín, la municipalidad, las oficinas de información turística, la estación de servicio, los supermercados y los restaurantes.
Pareciera que todo está allí, pero el verdadero Barreal se despliega a metros del centro, en la imperdible Calle de los Enamorados, en el intrincado rumbo de callecitas viejas con aroma a pan casero, a casas de adobe y a leyendas de amores prohibidos entre caciques huarpes y doncellas españolas.
Hacia el norte, a 20 kilómetros, un monumento natural provincial corta el aliento. Se trata de El Alcázar, una formación rocosa que parece besar el cielo alimentando la leyenda de amor que guardan sus piedras. Como la proa de un gigantesco navío, la mole blanquecina rasga el celeste con una arrogancia de siglos.
Unos metros más adelante asoman las chimeneas centenarias de las Ruinas de Hilario, las cuales concentraban la incipiente producción minera que, de la mano visionaria de Sarmiento, se abría en los albores de la historia sanjuanina.
Hacia el sur, la ruta lleva al Barreal Blanco o Pampa del Leoncito, una planicie interminable, de suelo lunar y terrenal, y el Parque Nacional El Leoncito, custodio de uno de los cielos más diáfanos del país. Allí, en los dominios del suri, el guanaco y el puma, sobresalen dos observatorios astronómicos de renombre mundial.
Pero no todo es contemplación, la adrenalina encuentra su máxima expresión en las múltiples opciones de turismo aventura que ofrece el lugar: carrovelismo, cabalgatas, montañismo, trekking, mountain bike y excursiones en 4×4.
Ruta de los Seismiles, Catamarca
Recibe ese nombre por la altura que alcanzan las cumbres en la zona. Se encuentra en la Ruta Nacional N° 60 y es una de las regiones de mayor elevación de la Cordillera de los Andes en Argentina. Esta ruta culmina con el cruce fronterizo llamado “Paso San Francisco”, siendo uno de los nexos de unión entre Chile y Argentina con una altura de 4726 msnm. Comenzando en Fiambalá hasta el paso atravesaremos unos 200 km.
El camino se inicia en la ciudad de Tinogasta, atravesando la bella Ruta del Adobe y se llega a la ciudad de Fiambalá, allí hay que tomar a la izquierda destino oeste para comenzar la aventura. Algunos de los caminos que se pueden tomar en esta ruta, es recomendable realizarlo con vehículos acordes por las características del lugar y con el tanque lleno, ya que no hay servicios en el camino.
Allí se puede visualizar la Quebrada de las Angosturas, un paisaje que parece salido de un cuadro, donde el rojo y verde se entremezclan en las montañas y los valles haciéndonos sentir envueltos en una pintura surrealista.
Continuar avanzando y la vista que se obtiene del entorno comienza a mutar, dejando los rojos y verdes para sumergirse en un paisaje árido con lagunas, picos inmensos alrededor y un camino sin fin por delante.
A mitad de camino, en el kilómetro 100 encontrarán el paraje Cortaderas, en donde se ubica una hostería en el medio de la ruta, ideal para descansar un poco, reponer fuerzas y seguir camino. Acá se pueden empezar a observar los picos del Monte Pissis, uno de los mayores atractivos de la ruta, el volcán inactivo más alto del mundo con 6792 metros y la cuarta montaña más alta de América. Luego se comienza a visualizar el Nevado Ojos del Salado (6893 msnm).
El paisaje se empieza a llenar de lagunas con flamencos y aves acuáticas, lo que lo hace alucinante. Se sigue avanzando, y pasando el kilómetro 150 se puede empezar a observar otros de los atractivos de la ruta: el Volcán Incahuasi (6621 msnm) y el San Francisco (6050 msnm). Ya en el kilómetro 179 se toparán con el puesto de gendarmería en Las Grutas, en la frontera con Chile.
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