Los sueños se forjan desde niños, y cuando un familiar está vinculado a un deporte, en gran parte de las posibilidades se les inculca directa o indirectamente intentar jugar. Así fue como Julieta Ibarra, basquetbolista que nació en Las Heras, comenzó a vincularse con el básquet, deporte que practicaba su madre Claudia De la Vega.
Sus inicios en el básquet fueron en la Escuela Municipal de Las Heras, ya que en ese momento no existía un club vinculado a este deporte. “Beto” Acosta fue quien la dirigió, un entrenador reconocido en la localidad de la Zona Norte, cuando ella era parte del equipo de básquet masculino de la escuela: “Jugué con los varones siempre, y siempre entrenaba con ellos, hasta los 12 que estuve en mi ciudad”, comentó Julieta a La Opinión Zona Norte.
Hasta los 12 años que estuve en mi ciudad, jugué y entrené con los varones
Su paso por Río Gallegos
Su llegada la ciudad capital se dio luego de su primera concentración con la Selección de Santa Cruz, donde conoció a uno de los entrenadores destacados de la provincia como Eduardo “Chino” Aguilar.
“El Chino me dijo que juegue para San Miguel, ahí me quedé un montón de tiempo”, recordó la deportista.
Fue un momento clave, quizás el paso más importante en su corta carrera donde arrastra una gran trayectoria. De aquellos años, en 2010/11 cuando decidió alejarse de su familia y hacer lo que más le apasiona que es el básquet, Julieta hace memoria y nos contó como vivía en Río Gallegos.
“Rotaba en la casa de las chicas, vivía en varios lugares, ellas me alojaban y yo era muy chica”, señaló.
Un dato importante es que Julieta con aquella convocatoria a la Selección de Santa Cruz se convirtió en la primera basquetbolista mujer fuera de Río Gallegos que integró el equipo representante de la provincia.
A sus 13 años, Julieta formó parte de un “Plan de altura”, que tuvo a parte de la Selección Argentina en búsqueda de jugadoras locales para que integren las divisiones inferiores. Como era sólo para riogalleguenses, tanto de Hispano Americano como San Miguel, el “Chino” le dio un lugar a Julieta para que lo intente.
A los 13 años dejó Las Heras para irse a vivir a Río Gallegos, donde jugó en San Miguel
Así fue como quedó convocada para ser parte de una preselección de la U-15 de la albiceleste. Para esto, ella debió viajar a Buenos Aires, donde se entrenaron en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD).
“Recuerdo que no era nada igual a lo que yo estaba acostumbrada, era una ciudad grande para mi que era chica, era todo nuevo, fue mi primera experiencia y con chicas que ya habían tenido selección. También vi a las Gigantes que entrenaban después de nosotras”, manifestó Julieta.
Julieta fuera de Santa Cruz
Las puertas fueron abriéndose para la lasherense. Resulta que en esa preselección tuvo a Mariano Junco como uno de los entrenadores. Quien fue el encargado de reclutarla para que juegue en Lanús.
Con 15 años, comenzó a vivir en un departamento donde estaba junto a otras compañeras. Los entrenamientos fueron cambiando, empezó a jugar todos los fines de semana e incluso disputó un Argentino de Clubes, donde salieron segundas, y también su primer Torneo Federal.
Participó de pre selecciones de U-15 y U-17 de la Selección Argentina
Luego de ese paso, donde fue dirigida por Mariano Junco, también viajó junto al entrenador a ser parte de Atalaya, el equipo rosarino de básquet.
Con este club se logró lo que le fue esquivo en Lanús: se consagró campeona del Argentino de Clubes. A los últimos llegó en una pierna y eso no le impidió jugar. “Me había roto el tobillo jugando Araucanía en Neuquén y jugué esos partidos con los ligamentos del tobillo rotos”, destacó.
En paralelo, el Gobierno de Santa Cruz entendió que ella era a sus 15 años una de las basquetbolistas con más proyección para el futuro. Por esto, se le pagaban los pasajes para que ella sea parte de los Juegos de la Araucanía y los Juegos EPADE. En ambos equipos volvía a jugar con compañeras de San Miguel, con quienes forjó una gran relación.
“Yo no iba a concentrar, directamente viajaba al lugar donde se realizaban los torneos”, manifestó Ibarra.
Se consagró campeona de los Juegos de la Araucanía en 2013, cuando Río Gallegos fue la sede.
También se colgó la medalla dorada en los Juegos EPADE 2014 en Esquel.
En 2018, luego de estar dos años jugando en Atalaya de Rosario, su vida comenzó a desarrollarse en Comodoro Rivadavia, por temas personales, y su idea fue terminar el secundario.
Luego de un tiempo jugando en Gimnasia, su decisión en 2020 -como gran parte de los argentinos tuvo planes truncos debido a la pandemia de Covid-19- fue irse a estudiar a Buenos Aires.
Se anotó en la carrera de Fonoaudiología en la Universidad Nacional del Museo Argentino. “En ese momento dije que mi prioridad era estudiar, y cuando llegué varios clubes se enteraron y me llamaron de Lanús, Harrods y Centro Galicia”, expresó. Intentó en Galicia.
En 2020 volvió a vivir con su familia a Las Heras por la situación epidemiológica del país. Fue un reencuentro que se dio después de 8 años. En su hogar la esperaban su hermano menor Eduardo “Coco” Ibarra, su padre Eduardo y su madre Claudia.
“El año pasado pude disfrutarlos, se extrañaba y mucho, ya que desde que me alejé a los 13 años nunca más había vivido con ellos”, destacó la basquetbolista.
Por motivos personales volvió a Comodoro. Julieta transitó por tiempos difíciles por la pérdida de su abuelo por Covid-19. Él para ella “era todo”, igual que su abuela. El golpe fue fuerte, no estaba jugando y este 2021 recibió el llamado de Juan Carlos Morel, entrenador del femenino de Gimnasia de Comodoro.
“Él me ofreció jugar el Federal, empecé a entrenar y lo hablé con mis viejos porque esto lleva mucho tiempo”, comentó a LOZN.
Gimnasia y el Torneo Federal
El Verde de Comodoro apuesta fuerte al básquet femenino, y por esto armó un plantel competitivo para participar por primera vez del Torneo Federal que dará plazas para la Liga Femenina de Básquet.
Julieta es una de las jugadoras más experimentadas y es consciente de que el equipo buscará el ascenso. “Estamos entrenando doble turno, físico y cancha, reclutaron a dos jugadoras y el club puso muchísimo”, expresó ilusionada con el torneo que viene.
Estamos entrenando doble turno, físico y en cancha, el club puso mucho
El certamen comenzaría el 7 de mayo en Neuquén donde el club compartirá zona con Biguá, Pacífico, Independiente, Centenario y Deportivo Santa Rosa. Las dos mejores jugarán ante las dos de Metro 2, la otra zona integrada por Unión Florida, Obras Sanitarias, Centro Galicia y Regatas.
Recuerdos: ¿un torneo?
“El Argentino de Clubes, en el que salimos segundas con Lanús, en ese momento me di cuenta donde estaba”, dijo Julieta.
Recuerdos: ¿un entrenador?
Eduardo Aguilar. “El Chino me ayudó mucho a crecer en lo deportivo y en lo personal, él fue que el apostó en mí teniendo 13 años, me llevó a la Araucanía y a los EPADE, a todos lados”.
El Chino me ayudó mucho a crecer, fue quien apostó por mi teniendo 13 años
“Yo nunca me voy a olvidar de todo lo que me ayudó, de lo que hizo por mi y de la manera en que me ayudó, hasta el día de hoy me sigue preguntando cómo me va”, aseguró Ibarra.
Su familia
No vivirá con ellos. Pero los tiene presentes todo el tiempo. Su madre, su padre y su hermano son el principal motor de Julieta para que siga jugando a este deporte que la apasiona.
“Mi papá es el más fan, en sí los dos, ellos me siguen a todos lados. Yo soy la hermana mayor y mi hermano juega al básquet acá en Gimnasia”, destacó.
Su madre, Claudia, es también muy importante para ella, ya que fue quien la inició en este deporte al igual que su hermano, que se reflejó en Julieta para iniciar su camino en el básquet.
Julieta integra el plantel de básquet femenino de Gimnasia que jugará el Torneo Federal en mayo
Hoy a sus 22 años, viviendo en Comodoro, estudiando fonoaudiología de manera virtual, buscará llevar a lo más alto a Gimnasia en este nuevo desafío, uno más en su carrera basquetbolística.
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