Omar Alvarado (33) fue el principal responsable del atroz crimen en Puerto Deseado, hace ya un año. Tuvo un cómplice, el adolescente JM de 16 años.

21 de febrero. Un ataque sin precedentes.

El primero de ellos fue detenido por la Policía rápidamente, mientras que el otro se quebró ante su padre y el vecino fue a entregarlo a las autoridades.

 

 

 

“Yo no le enseñé a robar ni a lastimar, si la hizo, que pague”, fueron las tajantes declaraciones del hombre que lo llevó a la Policía a las pocas horas del hecho, “con todo el dolor del alma”.

 

22 de febrero. Marchas en Salta y Santa Cruz.

El joven confesó haber estado presente en el hecho, pero dijo que “no hizo nada”, atribuyendo la responsabilidad de todo a Alvarado, quien lo habría amenazado con matar a uno de sus cinco hermanitos si decía algo.

23 de febrero. María pudo reconocer a su agresor.

Había sido ubicado en el Centro Juvenil Socio Educativo de Río Gallegos, pero por constantes protestas afuera de este espacio lo terminaron trasladando a un centro cerrado de Buenos Aires.

 


Cuando cumpla los 18 años, podrá ser juzgado. Esto lo determinará la Cámara Criminal de Caleta Olivia. El joven está acusado de ser partícipe necesario en los delitos de “rapto, robo, abuso sexual con acceso carnal, tentativa de femicidio y homicidio”.

 

 

 

25 de febrero. Marcha de velas y apoyo a María.

Con respecto al otro imputado, era “consciente” de lo que hacía al momento del crimen, pese a que sufría de esquizofrenia, enfermedad que padeció durante casi toda su vida.

 

27 de febrero. Una multitud en la misa de Santino.

El 20 de marzo, exactamente un mes después del hecho, se suicidó en la celda donde estaba detenido en la Comisaría Cuarta de Caleta Olivia. Lo hizo ahorcándose con su buzo.

 

Su hermana, Rosalía, declaró a La Opinión Zona Norte días después que ya había tenido intentos de suicidio y que lo hizo por “no poder soportar lo que había hecho”.

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