La cantera de Puerto Deseado sigue sacando promesas del fútbol que se instalan a más de 2.000 kilómetros de la ciudad santacruceña para ir a cumplir su sueño.

 

Tal es el caso de Joaquín Martínez, este joven futbolista de 17 años que transita su segunda oportunidad en Vélez Sarsfield. ¿Por qué segunda? Porque en 2018 estuvo seis meses y por problemas personales decidió retornar a Puerto Deseado.

 

Desde el departamento que comparte con su hermano en el barrio de Palermo, atendió a La Opinión Austral. Habló de sus inicios en EFID y Ferrocarril del Estado, su experiencia en el 2018, su escuela, familia y su referente.

Joaquín defendiendo la camiseta de Ferrocarril del Estado. FOTO: MICAELA ROA

Es habitual que los futbolistas de la ciudad portuaria comiencen en EFID, la escuelita deseadense de fútbol infantil, donde empezó Renzo Reynaga, el futbolista que hoy está en Juventud Unida de Gualeguaychú.

 

“A los cuatro años arranqué a jugar al fútbol en EFID, hasta que tuve que pasar a cancha de 11 y ahí opté por irme a Ferro”, inició.

 

En los 13 años que lleva realizando el deporte, hay un entrenador que lo marcó a Joaquín. Se trata de Hugo Maldonado, quien lo dirigió en EFID y en Ferro: “Tuve varios profesores, pero el que más me marcó fue Hugo, con él compartimos muchos viajes, y mundialitos”, destacó.

La pandemia me hizo recalcar varias cosas, y en agosto empecé a entrenar

Su paso por Vélez en 2018 le dejó varias enseñanzas. Pero la pandemia lo hizo reflexionar. En aquel momento él se volvió a Puerto Deseado porque “extrañaba mucho a mi familia, a mis amigos, y se me hizo muy difícil”, afirmó Joaquín, que en ese entonces tenía sólo 14 años y la distancia fue un factor fundamental.

 

Durante el 2020, a mitad de año, la oportunidad volvió a aparecer, y desde el equipo de Liniers le dieron la posibilidad de sumarse al Zoom.

 

“Básicamente estoy acá gracias a la pandemia, me hizo recalcar varias cosas y empecé en agosto por Zoom con los chicos, y a fin de año le dijeron a mi viejo que me presente en la pretemporada para observarme”, manifestó el joven santacruceño.


El 26 de enero comenzó la pretemporada de la sexta división de Vélez, a cargo de Hernán Manríquez, y con Joaquín siendo uno de ellos.

Actualmente entrena en la Villa Olímpica del club, en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires y también lo hace en el Campus de Vélez, ubicado en Liniers, pegado al José Amalfitani.
En cuanto al torneo de su categoría expresó: “Por ahora no hay una fecha definida, pero creen que va a ser a fin de marzo”.

 

Hoy el joven está cumpliendo su sueño, y desde Palermo expresa a este medio que es lo que más le gusta del club velezano: “El cariño que le tienen a los chicos, me siento muy identificado con el club, te forman estudiantil y futbolísticamente”, destacó.

 

Su familia ha sido clave en todo el proceso de abandonar su ciudad natal, asentarse en Buenos Aires, a pesar de estar acompañado por su hermano mayor, Juan Mariano.

Joaquín, en sus inicios en EFID.

“Mi papá (Carlos Alberto) siempre me acompañó en todas las decisiones que tomé, igual que mi mamá (Analía), que siempre está ahí y extraña mucho, ellos saben que es mi sueño”, manifestó.

 

En cuanto a su hermano mayor, con quien comparte el departamento, comentó: “Él me re banca, nos llevamos muy bien y siempre me espera con la comida cuando vuelvo de entrenar”.

 

No todo es entrenamiento, sino que por la pandemia tiene la posibilidad de seguir estudiando vía Zoom en su escuela de Puerto Deseado, el Salesiano San José, donde transita el último año de la secundaria. Sobre si seguir una carrera o no, el joven destacó: “No tengo nada definido, fue todo muy de golpe y no sé si dedicar mi tiempo a estudiar o a entrenar”.

 

De esta manera, Joaquín prepara y apuesta a su futuro con Vélez. Con el apoyo de su familia y de toda una provincia que reconoce su esfuerzo y dedicación para ser futbolista profesional.

Leé más notas de Matías Barrientos