El crimen de Fabián Gutiérrez continúa dando que hablar pese a que la Justicia ya tiene a los tres presuntos responsables del asesinato tras las rejas, Facundo Gómez, Pedro Monzón y Facundo Zaeta. Al hermano de este último, Agustín Zaeta, se le dictó falta de mérito.

Hoy será una jornada clave ya que habrá importantes medidas: dos careos (Monzón con Zaeta, y luego con Gómez) y la reconstrucción del homicidio -sin Zaeta- en la casa del empresario y en la cabaña donde se halló su cuerpo. Todo, encabezado por el juez Carlos Narvarte y la fiscal Natalia Mercado.

En tanto, las últimas novedades llegaron desde Buenos Aires a El Calafate. En la mañana de ayer, arribaron los teléfonos celulares de los imputados y el de la víctima, para su análisis a cargo de Gendarmería Nacional.

 

Facundo Gómez.

La particularidad es que el sobre que contenía el iPhone de Fabián Gutiérrez llegó roto a la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses. No así el resto. La incógnita ahora es ¿qué sucedió con el aparato? y, obviamente, la interrogante es si fue manipulado en algún sentido por alguien, y con qué objetivo.

El sobre que llevaba el Samsung J4 Core de Monzón llegó con el “envoltorio cerrado”. También, el papel que transportó el iPhone 8 Plus de Facundo Gómez. También los envoltorios en los que se enviaron los celulares de Agustín y Facundo Zaeta (dos iPhones) llegaron intactos.

El sobre donde iba el iPhone de Gutiérrez “se encuentra abierto en uno de sus extremos”, se escribió en el acta que hizo Gendarmería.

 

Sabrina Mansilla, abogada del estudio de Carlos Telleldín (defensor de Facundo Zaeta junto a Carlos Muriete) presenció la apertura de los sobres y la firma de la mencionada constancia.

Extraoficialmente La Opinión Austral pudo conocer que desde el Juzgado aseguraron que el motivo de este sobre roto fue a consecuencia de su apertura para buscar huellas en el aparato.

Entendidos del tema aseveraron que debió realizarse un nuevo sellado y lacrado antes de enviarlo a Buenos Aires. ¿El motivo?, las defensas de los imputados podrán pedir la nulidad de toda la información que contenga el celular.

 

Facundo Zaeta.

Las pruebas pueden haber sido vulneradas. Esto se sabrá el viernes, cuando GNA termine de analizar el teléfono. En el hipotético caso de que se registren datos borrados, el Tribunal Superior de Justicia debería abonar unos 4 mil dólares para que la Fuerza Nacional pueda llevar a cabo la recuperación por los medios formales a través de Apple.

El misterio del iPhone

El celular de Gutiérrez tuvo llamadas entrantes el 3 y 4de julio (no contestadas), cuando su propietario ya estaba muerto, o al menos, ya maniatado y siendo golpeado por los imputados. También, conexión de datos (uso de redes sociales).

El aparato fue encontrado el mismo día de la desaparición del empresario, el 3 de julio, tras la geolocalización.

La Comisaría Segunda lo incautó en una inspección ocular realizada a las 16:30 horas en una obra en construcción ubicada en calle Raimundo Freile, manzana 106, lote 2 del barrio 50 Viviendas.

 

El Iphone de Fabián Gutiérrez, sobre la mesa de la Dirección de Criminalística de Gendarmería, en Buenos Aires. FOTO LA OPINIÓN AUSTRAL

Hubo dos testigos, una joven estudiante llamada Romina de 25 años de edad y un joven de nombre Oscar (28), empleado municipal.

Además de hallarse el celular de la víctima, había muchos otros elementos. La casa no posee techo. Es de fácil ingreso por los laterales que no tienen puertas. De cuatro ambientes, incluyendo el baño.

Había vegetación, mata negra y yuyos. Dos cajas de cartón y muy cerca una prenda de vestir interior color negro. Al lado, se observó el celular de Gutiérrez, cubierto por restos de ladrillo.

La División Criminalística realizó la documentación fotográfica panorámica y el detalle del interior y exterior de la obra. Luego se levantó el aparato.

El iPhone estaba prendido. “Al buscar indicios papiloscópiscos se logró revelar dos parciales de rastros dactilares en el sector superior de la pantalla”, consta en el expediente, al que LOA tuvo acceso.

Posteriormente, se documentó mediante macrofotografía y se lo guardó en un sobre de papel madera “con su correspondiente cadena de custodia, siendo éste previamente rotulado, posterior cerrado y firmado por ambos testigos hábiles”. El mismo sobre -se supone- que llegó abierto ayer.

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