Por Raúl Figueroa

Las consecuencias del conflicto Rusia-Ucrania impactan en todo el mundo, tanto en precio de alimentos como en productos energéticos. El encarecimiento del petróleo y gas complica las cuentas públicas de Argentina, pero al mismo tiempo puede implicar oportunidades para el aumento de exportaciones desde el golfo San Jorge y Vaca Muerta. La contracara: presión sobre tarifas y combustibles.

¿Qué pasará con la agenda de la transición energética? Es la consulta que Santa Cruz Produce le hizo a dos analistas de renombre nacional, que dieron su visión sobre la actualidad.

Para el director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEPYS), Víctor Bronstein, los impactos del conflicto, en el corto plazo, resultan especialmente preocupantes.

Con el petróleo que llegó a tocar los USD 130 por barril y el GNL (Gas Natural Licuado) los USD 100 el Millón de BTU, la duda que comparten los analistas es cómo afrontará el país las presiones sobre el precio de naftas y gasoil y el costo de las importaciones de gas en el invierno, que insumirá varios miles de millones de dólares.

“Lo que da sustento a la invasión de Rusia es precisamente la cuestión energética”, analizó Bronstein, entendiendo que dicho país “tomó la decisión en base a la debilidad energética de Europa”, a partir de la dependencia de ese continente de las importaciones energéticas desde el país conducido por Vladimir Putin.

Una oportunidad para la cuenca del Golfo

Más allá de los efectos negativos de toda guerra, la situación abre oportunidades para las cuencas hidrocarburíferas argentinas. “Se abren algunas posibilidades interesantes, por los recursos que tenemos en Vaca Muerta indicó Bronstein-. Si hacemos las cosas bien, podemos transformarnos en exportadores de gas y petróleo a precios significativos, con los valores actuales podrían ingresar unos 18 o 20.000 millones de dólares anuales”.

Respecto de la cuenca San Jorge, sus yacimientos maduros, que requieren de procesos de recuperación secundaria y terciaria, vuelven a resultar rentables con los precios actuales del petróleo, afirmó el consultor, lo que, dijo, posibilita una salida exportadora que puede responder con mayor velocidad ante un aumento de la demanda externa.

En esa línea coincidió el exsecretario de Hidrocarburos de la Nación, José Luis Sureda, quien consideró que los yacimientos de Santa Cruz y Chubut podrían verse favorecidos por la mayor demanda. Ambos, coinciden en que el escenario de precios altos durará varios años.

Tenemos una oportunidad extraordinaria para exportar, también, el gas de Vaca Muerta”, indicó el exfuncionario nacional. Aunque observó, al igual que Bronstein, que la exportación de GNL desde Neuquén, no podrá hacerse de un día para otro, ya que requiere de una profunda adaptación logística.

Tenemos una oportunidad extraordinaria de exportar

Sin embargo, la mayor exportación de crudo, ya sea Escalante o Cañadón Seco, podría hacerse con la capacidad logística actual. Sumado que los recientes cambios en la normativa internacional favorece al petróleo con bajo contenido de azufre, como el que se extrae del norte de Santa Cruz y sur de Chubut.

El golfo San Jorge es netamente exportador, y con la pandemia, también el crudo liviano de Neuquén se hizo más conocido sumó, por otra parte, el exsubsecretario de Hidrocarburos Juan José Carbajales-. Desde ese punto vista, tanto para la industria como para las arcas fiscales, vía retenciones, es buena noticia”.

Cambio climático

Según evaluó Víctor Bronstein, la guerra hará replantear la agenda del cambio climático, que llevó a que en los últimos años se reduzcan fuertemente las inversiones en nuevos desarrollos hidrocarburíferos en el mundo.

Víctor Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía (CEPYS).

El año pasado se descubrieron alrededor de 4.500 millones de barriles equivalentes, de los cuales unos 3.600 millones son de petróleo. Eso implica, sólo un 10% del consumo mundial en un año, lo que no se daba desde tiempos de la Segunda Guerra Mundial” sostuvo el analista, agregando que “la OPEP tiene dificultades para aumentar su producción, por lo que empieza a haber fuertes restricciones en la oferta. Esto va a llevar varios años, porque aún cuando vuelva a explorarse, no es que tenés el petróleo en una estantería y lo sacás cuando se necesita. Los altos precios pueden durar casi una década”, proyectó.

La guerra planteada por Rusia tiró por la borda la agenda de Cambio Climático hacia 2050

Para Bronstein, con el ataque a Ucrania “Putin ha bombardeado la gran marcha hacia la descarbonización planteada para el 2050, bombardeó toda la agenda verde. Europa va a empezar a repensar algunos aspectos de esa agenda y Estados Unidos también. En Europa, se debilitó la producción de hidrocarburos, porque Alemania y otros países tienen shale gas, pero han prohibido el fracking. Hoy están reevaluando la producción de la energía nuclear, cuando ya las habían cerrado”.

Las tarifas

Al igual que en todo el planeta, Argentina afrontará la mayor presión de los precios energéticos sobre los combustibles y las tarifas de gas y electricidad, a partir del encarecimiento del petróleo y del gas, que el país necesita importar en volúmenes importantes, particularmente en invierno.

Esto es evaluado como una una mala noticia, para la Argentina, quién aún debe importar gas en el invierno. Lo trae desde Bolivia, pero también debe adquirir GNL, que viene por barcos para cubrir la demanda que se genera durante los meses de mucho frío, principalmente para la generación de electricidad.

En ese punto, Sureda aportó un elemento complementario: habrá que evaluar, llegado el momento, “en qué grado se compensa el mayor costo de la importación de gas, con las divisas que pueden generarse por un aumento de las exportaciones de petróleo y (en el mediano plazo) de gas”, según analizó.

Sin embargo, no hay dudas de que al menos en el corto plazo, el saldo será deficitario y sumará un fuerte desequilibrio a las cuentas públicas.

Se abren posibilidades interesantes para el país

“El año pasado, Argentina pagó un promedio de USD 8,33 por MBTU de GNL, pero ahora está en torno a los USD 48 o USD 50, que son niveles estratoféricos”, se indicó. Aún resta ver a qué precio se estabiliza el valor del millón de BTU cuando llegue la temporada invernal y haya más claridad sobre las consecuencias que dejará el conflicto bélico si, para entonces, ha finalizado.

Si bien podría esperarse una mejora de precios cuando llegue el pico de demanda argentino, países como Alemania y Estados Unidos están comprando todo el GNL que está dando vueltas por el mundo, y eso podría complicar el mercado al momento de salir a comprar.

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