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“Me acuerdo perfecto, fue un miércoles que comenzó la nevada. Con un grupo de amigos comíamos asado todos los miércoles a la noche y cerca de las 02:00 salimos para regresar a nuestras casas, estaba todo nevado, había empezado fuerte. De casualidad, pude llegar a mi casa con el vehículo y al otro día, olvídate, no pude salir por cinco días”, contó Hugo Hermida (65) a La Opinión Austral sobre el 27 de julio de 1995.

“Vivía en un departamento en Chaco y Misiones y mi señora me dijo: ‘No tenés idea la cantidad de nieve que cayó’. No le creí. Me levanté y la nieve cubría hasta la mitad de la puerta de la casa. Estaba todo blanco, no había nada de otro color”, contó Carlos Vera (72).

Desde el aire, imágenes tomadas por Hermida durante la Nevada del Siglo.

Apasionados por la aviación desde pequeños, en esos años ambos eran socios del Aeroclub Río Gallegos.

“Nos convocó Defensa Civil para realizar vuelos de patrulla para buscar gente tirada en la ruta y que avisáramos al Ejército o a Defensa Civil”, explicó Hermida.

La colaboración inició alrededor de 10 a 15 días después de la nevada. Los vuelos se realizaron a bordo del PA-32 Piper Lance matrícula LV-MIJ “tuvimos la suerte que este avión lo trajimos desde Bahía Blanca, y estaba 0 km para volar”, mencionó Vera.

Carlos Vera. Foto: José Silva/La Opinión Austral

“No se veían tranqueras, ni los caminos que van hacia los cascos”, afirmó sobre lo que observaban desde el cielo y Hermida sentenció: “Era la Antártida. Además, en esos años, era todo ojo y terreno“.

Los patrullajes se realizaron en la zona camino a Río Turbio que, señaló Hermida, “era lo más desprotegido. En algunas estancias hemos tirado víveres y elementos para la gente que estaba en los puestos. Hacíamos vuelos bajos y tirábamos mercadería. Alcanzábamos a ver a la gente saludando”.

Hugo Hermida. Foto: José Silva/La Opinión Austral

Te generaba impotencia porque la gente no podía salir de los cascos de las estancias“, manifestó Vera y explicó que los vuelos visuales les permitían tener un “mapa” mental. “Si había algo, podíamos indicar más o menos dónde. La única referencia que teníamos era la ruta que va a El Calafate. Lo hacíamos con mucho gusto porque era ayudar”.

“El aeroclub siempre fue un ente de búsqueda o rescate en caso de catástrofe climática, accidente o desaparición de personas, es una vocación de servicio. Uno lo hace desinteresadamente, nunca espera nada a cambio y si puede cumplir, en buena hora”, valoró.

Sobre lo que le significa la Nevada, Vera señaló que es “un recuerdo que quedó en la retina”, en tanto que Hermida expresó fue “algo terrible que no se volvió a repetir, gracias a Dios“.

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