La semana que pasó, a propósito del cumplimiento del Decreto que establece la prohibición de la circulación, la Justicia puso fin al acampe ubicado afuera de Casa de Gobierno, protagonizado por el enfermero Manuel Piris y un grupo de trabajadores de la sanidad.

 

El 26 de marzo, levantaron el acampe en el Ministerio de Salud.

 

Para entonces, había comenzado una huelga de hambre que llevaba varios días, en medio de una fuerte negativa a encausar negociaciones con las autoridades del Ministerio de Salud y de Trabajo, en un contexto en el cual los gremios habían cerrado paritarias.

El pasacalles de su candidatura

Piris no está representado por ninguno de esos espacios. Tiempo atrás fue parte de ATE, sin embargo dio un portazo luego de intentar llegar a secretario general y oponerse fuertemente a que Olga Reinoso lo fuera. Por eso, aunque abrupto, el fin del acampe se dio atravesado por un fuerte desgaste.

 

En el Hospital Regional hay 500 enfermeros, de los cuales alrededor de 100 están en sus casas porque son personal de riesgo para el Covid-19. De los 400 que están hoy en la trinchera dándole pelea a la segunda ola de esta pandemia, apenas unos 10 se encolumnaron detrás del enfermero.

Carta enviada el 18 de mayo de 2021

Existe una diferencia incontrastable entre la construcción de un conflicto “social y político” como dijo Piris en varios medios, incluido TN, que mostró una Santa Cruz “en llamas” mientras las paritarias del sector se llevaban adelante, y la presentación de un petitorio al Ministerio de Trabajo que llegó de la mano de solamente tres enfermeros. Tres.

Carta enviada el 18 de mayo de 2021

En este documento, el reclamo original, que era el pago de horas extra, desapareció de forma curiosa, o no, ya que las autoridades de Salud le hicieron saber que mal podría estar reclamando pago alguno sobre este ítem cuando lleva sucesivas renovaciones de una carpeta por estrés crónico, la última, solicitada este mes.

 

 

 

Es importante detenerse en el petitorio, que luego del acuerdo de los gremios perdió toda fuerza de negociación, sobre todo porque en su punto quinto exige “la renuncia efectiva de todo el Departamento de Enfermería en la persona de Yanina Fabre, y las jefas de servicio Clínica Covid 2 Silvana Díaz, Geriátrico del Falucho, Silvia Enciso y de Terapia Intensiva, Ivana Zerpa”.

 

Este no es un dato menor, no sólo porque la coincidencia es que son todas mujeres, sino porque Piris está acusado por la exjefa de la Terapia Intensiva, Mónica Parra, de haber ejercido contra ella mobbing, una figura que refiere al acoso laboral, razón por la cual debió renunciar. Esta presentación se realizó ante el Hospital, solicitando que se investigue su comportamiento conflictivo.

 

Hasta hoy Piris, que se identifica como “referente de los autoconvocados”, quemó las naves con quienes intentaron negociar con él una mejor salida al conflicto casi unipersonal. La Opinión Austral publicó que el obispo García Cuerva le pidió que desistiera de la huelga de hambre pero sus esfuerzos por convencerlo fueron infructuosos, al igual que los del juez federal Claudio Vázquez, cuando el 22 de mayo se acercó hasta el acampe, donde Piris se mostró para nada abierto a dialogar.

 

Ayer, en la antesala de la primera reunión formal con el ministro de Trabajo, insólitamente aparecieron pasacalles con la leyenda “Manuel Piris Diputado Nacional”, una jugada que para el entorno del enfermero proviene del Gobierno. Sin embargo, ¿quién gana con instalar esta idea? Esto, al margen de que uno de esos carteles fue colocado en cercanías de una estación de servicio desde donde registraron la instalación de tres personas a bordo de un coche modesto.

 

Piris ya fue candidato del partido fundado por Elisa Carrió, en 2019, de la mano de la armadora local, Mariana Zuvic, en el noveno puesto de una lista de diputados por distrito. No hay dudas de su posicionamiento político, pero este no parece ser el caso donde la política se esconde detrás de los verdaderos intereses de un conflicto, sino por el contrario, más bien luce el conflicto como un escenario para visibilizar a quien quiere algo más que resolver el problema de tres enfermeros.

 

Hoy, con una oposición fraccionada tensionando por las dos bancas, con figuras ya echadas al ruedo como Roxana Reyes, Omar Zeidán y otros jugadores por colectora como Roberto Giubetich, parece haber poco margen para sumar candidatos. Así las cosas, todo parece indicar que ahora que podría discutirse el reclamo, este es extemporáneo y resulta necesario correr el eje.

 

 

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