Benicio cumplirá dos años el cinco de abril próximo. Aún no habla, “pero entre tanto viaje aprendió a decir adiós”, cuenta a La Opinión Austral su papá Nahuel, mientras el pequeño corre sin parar. Se divierte y disfruta de su segunda oportunidad.

 

Gastón junto a Benicio, Nahuel, Giuliana y Silvina, en el aeropuerto.

Pasadas las 22 horas del último viernes, Benicio Vergara aterrizó en el aeropuerto local proveniente de la Ciudad de Buenos Aires en el vuelo de Aerolíneas Argentinas.

 

Fue recibido por sus seres queridos que le dieron su apoyo incondicionalmente desde que abandonó su ciudad natal a inicios de diciembre último en búsqueda de un trasplante hepático en el Hospital Italiano que le ponga fin a su declarada “insuficiencia hepática fulminante”.

 

Los controles médicos serán semestrales si la recuperación marcha como hasta aquí

La sonrisa ensanchada en el rostro no es solamente la del pequeño paciente, sino que la felicidad también también se apoderó de papá Nahuel (27 años) y mamá Giuliana (26 años) que aliviados celebran el regreso a su hogar.

 

 

“Estamos acomodándonos, Beni está feliz porque se ha reencontrado con sus juguetes”, relató el joven padre a La Opinión Austral desde el calor de su hogar ubicado en el barrio Belgrano.

“Hoy se fueron los miedos, estamos amigados con la medicación y todos los cuidados que tenemos que tener para su alimentación”, detalla.

 

Recuperación

La recuperación formidable que experimentó el pequeño guerrero fue la soñada. “Los médicos estaban sorprendidos en el post operatorio, afortunadamente Beni fue el que mejor respondió al tratamiento que recibió”, dice Nahuel.

“Se dio todo en un marco ideal, no ha tenido complicaciones, su sonrisa y energía han vuelto súper renovadas”, desde que fue sometido al implante hepático el pasado 5 de diciembre de 2020.

 

Giuliana y Nahuel saben que la lucha no termina aquí. A mediados de marzo la familia debe regresar a Buenos Aires para continuar con los controles. De mantenerse estable, las visitas médicas se repetirán una vez por mes, pero luego serán cada dos meses.

 

Felicidad

Mamá Giuliana eligió su red social para expresar sus sentimientos, ya de regreso a su hogar: “Se recuperó tan rápidamente que mis ojos no se dieron ni cuenta que un 5 de diciembre estaba recibiendo un trasplante y que un angelito donante le dio una nueva oportunidad de vida”, “me regaló la posibilidad de seguir disfrutando de su risa; sus juegos; de correr juntos, le dio una nueva oportunidad para que juegue”.

 

Beni todavía no aprendió a hablar, pero sabe enfrentar grandes desafíos

En tiempos difíciles, el pequeño guerrero de Río Gallegos superó -junto al amor de su familia- una dura prueba enseñando que en la vida no hay que bajar los brazos y sonreír .

 

 

“Hoy tenemos una nueva oportunidad, no sólo Benicio. Todos tenemos una segunda oportunidad y vamos a vivirla más unidos que nunca”, cerró Nahuel.

 

 

 

 

 

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