El intendente Pablo Grasso tuvo otra jornada de furia con los afiliados a la UTA (Unión Tranviarios Automotor), quienes lo increparon violentamente y le propinaron insultos y amenazas, lo que llevó al jefe comunal a denunciarlos ante la Justicia.


Los hechos merecen repudio por tratarse de una figura elegida por la voluntad popular, pero además porque se dan en un tono que la sociedad no debe pasar por alto.
Sucedió en la mañana de este martes, frente al edificio municipal, cuando los trabajadores de la empresa Maxia SRL, que nació al calor de la administración de Cambiemos, que reclaman desde el lunes el pago de haberes, se le fueron encima al intendente cuando este salió a darles explicaciones.

El contexto en el que se da es de una dilación judicial absoluta. Tires y aflojes sobre el transporte público. La política no resuelve, los juzgados tampoco, ¿qué queda?
“Te voy a hacer mierda”, fue una de las amenazas que recibió Grasso, palabras que quedaron registradas en el video y la cobertura exclusiva de La Opinión Austral.

Insultos y amenazas

El intendente, que ya había tenido dos reclamos fuertes de la UTA desde que se hizo cargo del Ejecutivo Municipal, uno apenas un puñado de días después de asumir, intentó explicarles que venía depositando todos los meses los salarios.
“Pagale a la gente porque tiene hambre”, expresó uno de los trabajadores al increparlo. Grasso recibió algún que otro empujón e insultos a pocos metros del rostro, en plena pandemia de Covid-19.

FOTO: JOSÉ SILVA

 

A eso siguieron amenazas en tono muy elevado: “¿Adónde está la plata? Explicales dónde está.

¿Qué te creés que no tenemos cuentas nosotros, boludo? ¿Adónde está la plata? Yo te voy a arruinar. Pagale a la gente porque te voy a hacer mierda”, expresó otro, visiblemente alterado.
Sin embargo, en el video exclusivo de La Opinión Austral casi no se alcanzó a escuchar la voz del jefe comunal, que inútilmente intentaba dar explicaciones sobre el atraso de salarios. “No me importa que me hagas mierda porque nosotros estamos pagando como corresponde”, le dijo.

La violencia verbal había escalado al punto que nadie estaba dispuesto a escuchar lo que tenía para decir.
“¿Adónde está la plata? Saliste por cámara de televisión haciéndote el guapo. Te sacaste foto, gato de m…”, reclamaron. “Arreglá las cosas con la gente. Yo te voy a arruinar”, advirtió otro, elevando aún la agresión a otro nivel. “ te voy a arruinar, gato de m...”, afirmó.

Las palabras de Grasso se esfumaron entre gritos e insultos. “La c… de tu… hijo de p… por tu culpa. Tiene que renunciar ¡Renunciá! Renunciá, si no servís para m… ¡sorete!”.
Me está diciendo que renuncie. Yo no puedo renunciar, respondió Grasso con sorprendente calma.

Finalmente, la escalada verbal terminó con otros trabajadores alejando a los más alterados de la entrada del edificio, mientras Grasso respondía a las inquietudes de uno de los choferes que con más tranquilidad se acercó a pedir explicaciones.

Impotencia

A principio de septiembre, el gremio conducido por Rubén Aguilera exigió al Ejecutivo Municipal soluciones respecto a la situación de la empresa MAXIA SRL, que estuvo a cargo del servicio de colectivos urbanos de la ciudad.

Después de varios meses con el servicio totalmente detenido y con intervención judicial de por medio, el Municipio se hizo cargo de pagar los sueldos a los choferes.
Sin embargo, la ausencia de certezas sobre el futuro de estos empleados preocupa al sector.

Desde el lunes, los trabajadores agrupados en UTA mantienen cortada la avenida San Martín para reclamar frente al edificio del Ejecutivo Municipal. Además, dispusieron vehículos sobre la calle Maipú que perjudican parcialmente el tránsito por esa arteria.

Ayer, entrevistado por La Opinión Austral, el secretario de Hacienda, Diego Robles, se mostró indignado con los hechos. Robles estaba a pocos pasos de Grasso y también se “ganó” varios insultos.

 

“Fue una jornada triste, con momentos de mucha tensión, de mucha incomodidad, impotencia e incomprensión”, comenzó resumiendo lo que ocurrió.
“Vimos un comportamiento intolerante, prepotente, agresivo, insultante, no sólo para el intendente y los funcionarios que lo acompañábamos, sino también para con todos los vecinos de la ciudad”, expresó.

Robles indicó que cuidando se atenta contra el edificio municipal, en realidad se está haciendo contra la casa de todos los riogalleguenses.
“Más que nada nuestra solidaridad por los vecinos que estaban circunstancialmente en el Palacio Municipal tratando de cumplir con sus obligaciones, una persona que tuvo que ser evacuada porque se descompensó”, detalló.

También el secretario de Hacienda se ocupó de marcar que “hubo un comportamiento apartado de esta etapa de deconstrucción e inclusión que estamos atravesando, insultando al personal que en su mayoría es femenino del área de Recaudaciones, haciéndolas pasar un momento muy desagradable, tirándoles cubiertas adentro”, manifestó.

“No tiene lógica”

Para el secretario de Hacienda, el comportamiento de los afiliados a UTA estuvo “reñido de los preceptos democráticos” y nos retrotrae a épocas pasadas donde “se piensa que las cosas se pueden conseguir mediante la violencia, la amenaza, la agresión, que creo es un camino que está en el extremo de todo lo que queremos construir, que es un camino de paz, de diálogo y de construcción permanente”.

Robles subrayó que no todos se comportaron de la misma forma, pero que sí fueron varios del gremio de Rubén Aguilera los que se mostraron violentos.
“Agredieron y amenazaron al intendente”, dijo y agregó “me parece que tenemos que reflexionar todos, aún los actores de esta manifestación, que tampoco tiene un porqué muy claro, que no vino acompañada de un petitorio o un problema cierto”.

Luego de esto, comentó que el planteo que se hizo no tiene lógica y que “responde a otros intereses”, que lo tienen que explicar “quienes lo promueven o lo agitan”.
“De nuestra parte, se harán las presentaciones judiciales que correspondan, hay una conciliación obligatoria que ha convocado el Ministerio de Trabajo para el viernes”, dijo y subrayó que la relación de los afiliados a UTA es con la empresa MAXIA y no tienen una relación directa con el Municipio.

“Escuchando declaraciones, parecería que hay un interés común, que va más allá de la relación empleado-empleador, quizás entre la conducción del gremio y la empresa que antes tenía la concesión del servicio”, deslizó.

 

El secretario advirtió que es raro que la empresa se haya ido de Caleta Olivia en febrero, “quedando los trabajadores a la deriva, sin cobrar un peso, muy distante a la situación de Río Gallegos, donde han cobrado en base a lo que la empresa ha informado en el expediente judicial”.
Aquí “vienen cobrando sus haberes aun cuando no están trabajando, mientras que en Caleta hace un mes recién se dictaminó un subsidio de 30 o 35 mil pesos y no veo una virulencia igual, o una preocupación igual del gremio que sea comparable con la que tienen en Río Gallegos”.

Licitación en marcha

Robles adelantó que el Municipio ya tiene el pliego de la licitación del transporte definido. Sostuvo que habrá una publicación en estos días, anunciando la apertura para octubre, y que esperan que se presente alguna empresa.

MAXIA quería mejorar su contrato, el Municipio se negó y empezaron los problemas

Sin embargo, advirtió que “si yo fuera una empresa seria y vos me decís que tengo que forzosamente incorporar a trabajadores como los que vi en el video, una que lo pensaría dos veces, otra que les pediría un examen de resguardo de algún tipo, porque pensándolo como empresa, teniendo un capital como un vehículo y que lo maneje una persona totalmente enajenada, no sé si lo hago”.

Finalmente, aclaró que no todos eran personal de Maxia, sino que algunos sonuna especie de fuerza de choque del gremio que llevaba adelante la protesta” y añadió “esperemos poder tener una transición a partir de lo que determine la Justicia, hasta que venga una empresa de transporte de pasajeros, y esperemos que estas cosas no ocurran más”.

 

 

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