Your browser doesn’t support HTML5 audio
Una empresa biotecnológica estadounidense aseguró haber traído de vuelta al “lobo terrible”, una especie extinta hace más de 10.000 años. Colossal Biosciences, con sede en Dallas, anunció el nacimiento de tres ejemplares genéticamente modificados que, según dicen, marcan un hito en la “desextinción”. Sin embargo, científicos de todo el mundo advierten sobre las consecuencias ecológicas y éticas del experimento.
Bautizados como Rómulo, Remo y Khaleesi —en referencia a leyendas romanas y la serie Game of Thrones—, estos animales no son verdaderos lobos terribles, sino lobos grises alterados genéticamente mediante la técnica CRISPR-Cas9. Su objetivo: imitar la apariencia de ese depredador prehistórico, famoso por su tamaño y fuerza.


“Estos animales pueden parecerse un poco a los lobos terribles, pero no lo son. Son lobos grises con retoques cosméticos. En este sentido, el proyecto representa una hazaña impresionante de ingeniería genética, más que una auténtica resurrección de una especie extinta”, sostuvo Hearn.”, explicó Timothy Hearn, investigador de la Universidad Anglia Ruskin.
El proceso comenzó con la extracción de ADN fósil de un diente de 13.000 años y un hueso auditivo de hace 72.000 años. Con esta información, los científicos de Colossal lograron secuenciar el genoma del lobo terrible y compararlo con el del lobo gris moderno.
Identificaron alrededor de 20 variaciones genéticas claves (SNPs) responsables del aspecto físico del lobo extinto. Estas modificaciones se introdujeron en el ADN de lobos grises para crear embriones implantados en perras domésticas. Así nacieron los tres “nuevos” lobos.
¿Es realmente un regreso de la especie extinta?
La comunidad científica es tajante: no. Aunque la empresa promociona este logro como una “desextinción”, especialistas aseveran que no se trata de un verdadero lobo terrible, sino de un híbrido moderno con rasgos físicos similares.
“No podemos clonar especies extintas porque su ADN no se conserva en fragmentos lo suficientemente largos”, afirmó Nic Rawlence, director del Laboratorio de Paleogenética de Otago.
¿Qué riesgos representa la reintroducción?
Además del debate científico, surgen preocupaciones éticas y ecológicas. Uno de los principales cuestionamientos es el rol que estos animales podrían desempeñar en el ecosistema actual, donde las presas naturales del lobo terrible ya no existen.
El médico veterinario Daniel Salamone, presidente del Conicet y experto en clonación de animales, reconoció la magnitud de la innovación pero expresó sus reservas sobre el rumbo que están tomando estos proyectos de “desextinción” en diálogo con Radio Mitre.
“No es el animal original, porque es muy difícil que se hayan realizado todos los cambios necesarios para que sea ese animal primitivo. Además, existe un profundo desconocimiento sobre muchos aspectos del genoma y su función”, explicó Salamone.
Y agregó: “(El proceso) es altamente discutible porque crearon un animal que no existe hace 10 mil años y que, probablemente, no solo falte ese animal, sino también las presas de ese animal, entre otras cosas. Esa es la parte que uno rechaza”.
La comparación del “lobo terrible” con Jurassic Park
El presidente de Conicet hizo una comparación con la película Jurassic Park para ilustrar las similitudes entre el proceso de desextinción del lobo terrible y lo que ocurre en la ficción.
Salamone destacó que, al igual que en la historia que mostraba a los animales creados con comportamientos y características inusuales, este lobo “desextinto” podría presentar rasgos y comportamientos que no son exactamente los del lobo terrible original.
“En Jurassic Park, tomaban material genético de dinosaurios a través de un mosquito fosilizado”, explicó Daniel.
Como en la película, los científicos debían completar los vacíos del ADN con material de otros animales, en este caso los científicos de Colossal Biosciences utilizaron ADN antiguo de lobos terribles extraído de fósiles para ensamblar el genoma.
En este sentido agregó que, si bien la ingeniería genética logró avances impresionantes, la ciencia debería concentrarse en preservar la biodiversidad existente en lugar de intentar revivir especies extintas.
¿Un avance científico o una distracción peligrosa?
Mientras Colossal defiende el uso del “concepto morfológico de especie” para justificar su experimento —basado en la apariencia física—, muchos expertos reclaman una discusión global sobre los límites éticos de la supuesta “desextinción”.
“Crearon un animal que no existe hace 10 mil años y que probablemente nunca existió así”, concluyó Salamone.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario