Your browser doesn’t support HTML5 audio
En medio de la creciente tensión comercial generada por la nueva política de aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una declaración de su secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, encendió las alarmas en Argentina: “Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a la carne desde Argentina”. La frase fue pronunciada durante una entrevista televisiva en Fox News, donde la funcionaria destacó la prioridad del mandatario por proteger la producción nacional y frenar importaciones desde el extranjero.
La advertencia se produce en un contexto en el que la administración Trump decidió imponer un arancel universal del 10% a diversas importaciones, entre ellas, productos del sector alimentario. Aunque la medida apunta a consolidar el lema “America First”, genera preocupación en países exportadores como la Argentina, donde la carne vacuna representa uno de los principales rubros del comercio exterior agroindustrial.
A la espera de una definición oficial sobre los productos alcanzados por la suba de aranceles, tanto analistas como empresarios coinciden en que la carne argentina seguirá presente en el mercado estadounidense, aunque con mayores desafíos de competitividad.
La frase “no más carne desde Argentina” generó revuelo, pero, por ahora, no hay indicios concretos de una restricción total. Todo dependerá de las negociaciones diplomáticas y de cómo evolucione la estrategia comercial de Estados Unidos en los próximos meses.
Cuánto exporta Argentina a EE.UU. y por qué es importante
Actualmente, Argentina exporta unas 40.000 toneladas anuales de carne vacuna a Estados Unidos, lo que representa cerca del 7% del total de exportaciones del país en ese rubro. A su vez, este volumen significa solo entre 2% y 3% del total de importaciones estadounidenses, que rondan los 1.600.000 toneladas anuales.
Además, nuestro país cuenta con una cuota preferencial de apenas 20.000 toneladas, con arancel casi nulo, frente a las 400.000 toneladas que posee Australia, por ejemplo. El resto de los embarques argentinos ya abonan un arancel del 26,4%, al que ahora se le suma el nuevo impuesto del 10%, llevando la carga total a 36,4%, sin contar las retenciones internas del 5,75%.
¿Un mensaje político más que comercial?
Para el analista del mercado ganadero Víctor Tonelli, las declaraciones de Rollins no implican un cierre inminente del mercado estadounidense. “Me parece más una declaración con intenciones políticas o de impacto mediático que algo que realmente se vaya a materializar”, sostuvo.
Tonelli subrayó que Estados Unidos necesita importar carne, principalmente cortes magros destinados a la elaboración de hamburguesas, ya que su producción interna no cubre la demanda y presenta limitaciones por sequía y otros factores. “Lo que enviamos desde Argentina es carne para industria. No compite directamente con los cortes que se mandan a China”, explicó.
También remarcó que el mercado norteamericano es valioso, pero no irremplazable: “Nos costó mucho entrar, aporta al negocio exportador, pero el volumen que se envía es bajo y, desde el punto de vista de Estados Unidos, no tiene sentido cerrar ese canal”.
Visita clave a Buenos Aires
En paralelo, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott K.H. Bessent, arribará a Buenos Aires el lunes 14 de abril en una visita que se interpreta como una señal de respaldo político y económico hacia el gobierno del presidente Javier Milei. Durante su estadía, se reunirá con el propio mandatario, el ministro de Economía Luis Caputo, y otros funcionarios de alto nivel, además de representantes del sector privado.
Esta visita será clave para revisar el impacto de las nuevas medidas arancelarias y evaluar alternativas para evitar perjuicios en las exportaciones argentinas. Desde la Cancillería ya iniciaron gestiones para negociar una eventual excepción o modificación en la lista de productos alcanzados por los aumentos.
El impacto del nuevo arancel y la mirada de los exportadores
Desde la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (APEA), su presidente Fernando Herrera coincidió en que la declaración de Rollins no debe interpretarse literalmente. “Estados Unidos tiene un déficit comercial en materia de carne. Necesita importar para mantener su esquema productivo, que se basa en exportar carne premium e importar carne más barata”, explicó.
En tanto, Miguel Schiariti, titular de Ciccra, advirtió sobre las consecuencias del aumento arancelario: “Lo que se venda fuera de la cuota pagará 36%, más retenciones internas. La carga total supera el 42%, lo que nos deja prácticamente fuera del juego competitivo”. Sin embargo, confía en que el gobierno argentino pueda negociar una revisión.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario