¿Hay relación entre el amor y las adicciones?, desde la clínica se observa que una va en detrimento de la otra. Sin lugar a dudas, las adicciones y el consumo problemático de sustancias afectan y suelen generar graves consecuencias percibidas a nivel social, personal y en cuestiones del amor?
Uno de los mayores motivos de consulta en las toxicomanías que llevan a querer comenzar un tratamiento son los conflictos que se van percibiendo como consecuencia del consumo de drogas como el alcohol, la cocaína, marihuana, drogas de diseño, entre otras, y es justamente cuando el consumo se vuelve problemático, se comienzan a visualizar problemas en el cuerpo que afectan su salud física, problemas económicos, laborales, sociales y personales.
Estos conflictos personales abarcan diferentes dificultades tales como distanciamiento de seres queridos, familiares, y hasta rupturas de pareja. Centrándonos en esta última, ¿por qué tal dificultad? Algunas teorías biologisistas argumentan que el amor al ser una serie de reacciones fisiológicas, se equipararía a las adicciones, ya que participan los mismos circuitos neuronales.
Entonces ¿hay relación entre el amor y las adicciones? En principio, en contraposición a lo que plantean las teorías anteriormente mencionadas, desde la clínica se observa que una va en detrimento de la otra. Sin lugar a dudas las adicciones y el consumo problemático de sustancias afectan y suelen generar graves consecuencias percibidas a nivel social y personal en relación a los vínculos no sólo conyugales sino también sociales, laborales y familiares, y es la razón por la cual muchas veces demandan tratamiento.
Las conflictivas en el amor por las adicciones, se podrían explicar intentando ubicar el lugar que ocupa la sustancia en la economía psíquica del sujeto, más allá de la sustancia en sí, sino la relación con ella (considerando que cualquier sustancia puede llegar a ser tóxica). Lo que sucede en las problemáticas de consumo generalmente, es un mayor aislamiento y sentimientos de soledad, lo cual eso mismo desencadena angustia, malestar, culpa, dando cuenta de un gran sufrimiento psíquico.
Las toxicomanías presentan un goce autoerótico, es donde no hay mediación con el Otro, produciéndose un cierre en sí mismo. Se trata de una experiencia que anestesia el cuerpo y tiene como fin evadir la realidad para evitar todas las formas posibles de displacer.
A veces, las personas con problemática de consumo se ven obligadas a tener que decidir entre una y otra, la droga o la relación de pareja, pareciendo imposible la conjunción de ambas, ya que el amor no puede concebirse sin el Otro, e implica entre otras cosas, dedicación, tiempo y renuncia, A. Miller decía “para amar hay que confesar su falta y reconocer que se necesita al Otro que le falta” y es justamente lo que no sucede en las toxicomanías, en donde en esa sensación de completud que generan las drogas y esa creencia a que se puede encontrar la felicidad, no hay lugar para su indivisión, para renunciar a todo aquello que involucra el amor.
Entonces, ¿hay tratamiento posible? A veces se torna difícil encontrar una salida diferente que no sea mortífera, pero no por ello imposible. Dejar de identificarse como toxicómano resulta fundamental, para salir de ese lugar de ensimismamiento y de completud imaginaria, en la cual todo es posible, y poder lograr a través de la relación con el Otro, desde el amor, incorporar una división subjetiva que nos permita esa re inclusión en el Otro, en donde se haga posible un lazo, un lazo social, un lazo de amor.
Lic. Agustina Ferreyra Eandi, psicóloga. Equipo técnico de Setripco. HRRG
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