Los argentinos beben cerca de 100 litros de mate promedio por persona al año.
La yerba es un elemento presente en el 90% de los hogares.
Pero el mate es mucho más que una infusión. Compartir el mate encierra un conjunto de señales y gestos. Cuando alguien ofrece un mate, le está ofreciendo al otro una parte de sí mismo.
El mate se toma en todas partes, en el trabajo, en la oficina, en la playa, en el campo, en una reunión de amigos. Las familias se reúnen a tomar mate en las veredas, los jóvenes toman mate mientras estudian, se recibe a un amigo ofreciéndole un mate, como signo de bienvenida. Es también una excusa.
“¿Preparamos unos mates?”, es la manera que tienen los argentinos para decir, “quiero pasar un rato con vos”.
Pero por qué se celebra el Día del Mate
El día conmemora el nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como “Andresito”, primer y único gobernador indígena.
También nombrado, Guazurarí; del guaraní: “ganado veloz”, se lo recuerda porque luchó por nuestra independencia.

Fue designado por José Gervasio Artigas como Comandante General de Misiones, y gobernó entre 1815 y 1819 la entonces Provincia Grande de las Misiones, desde donde fomentó la producción y distribución de la yerba mate.
En 2013 el mate había sido declarado “infusión nacional” por el Congreso de la Nación, pero fue el 30 de noviembre de 2015 la primera vez que se celebró el Día Nacional del Mate, después de que se publicara en el Boletín Oficial la ley sancionada el 17 de diciembre de 2014.
Por eso el 30 de noviembre de cada año se celebra en nuestro país el Día Nacional del Mate.
Andresito cerró por los dos lados. Porque el mate tiene su origen en nuestros pueblos originarios, más propiamente, los Guaraníes y Guaycurúes, dispersos en el alto Paraná y alto Uruguay.
Con la conquista el hábito fue adoptado por los españoles y fue muy apreciada por la compañía de Jesús o misiones jesuíticas (llamada, también, “yerba de los Jesuitas”).
El original viene del Quechua y es con calabacita
El nombre “mate” (del Quechua, “mati “: calabacita proviene de la calabaza en la cual se prepara dicha infusión. En su interior se coloca la yerba mate (Ilex Paraguariensis ligeramente tostada y desmenuzada, para tal fin.
Luego, se agrega el agua proveniente de la “pava” o caldera, a una temperatura de 80ºC; así, se obtiene una preparación espumosa de sabor propio, que se succionará a través de un canuto o bombilla.
¿Qué tiene y por qué nos habituamos?
La yerba mate tiene cafeína (0,2% a 1,6% del grupo químico de las Xantinas, sustancias estimulantes del sistema nervioso central, y un 10% de tanino (de acción astringente y que le da su sabor amargo).
Al igual que otras bebidas caféicas como el café, té, , guaraná, cacao no generan adicción, pero si, habituación.

Orígenes de la ronda del mate
Pau Navajas, autor del libro Caá Porã, El espíritu de la yerba mate (Establecimiento Las Marías, 2013 afirma que tomar mate es una de las costumbres vigentes en nuestro país desde antes de su independencia. Navajas, que aborda en su texto la infusión desde su origen hasta su participación en la conformación de la identidad nacional y la economía argentina, asegura que aun quienes bregaban por la independencia en 1816 debían cebarse mates entre las acaloradas discusiones en la Casa de Tucumán.
Antes lso consumidores de la yerba mate eran los guaraníes que utilizaban sus hojas como bebida, objeto de culto y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos.
Caá en guaraní significa yerba, planta y selva. Para este pueblo, el árbol de la yerba mate era, más que nada, un regalo de los dioses.
Pero quienes se encargaron de difundir su consumo y sus virtudes por todo el entonces Virreinato del Río de la Plata fueron los conquistadores.
Años más tarde, los Jesuitas introdujeron el cultivo en las misiones jesuíticas guaraníes. Gracias a ellos, la yerba mate se popularizó.
3 errores graves sobre el mate
- “El polvo de la yerba mate hace mal”: Falso.
El polvo de hoja es uno de los componentes más virtuosos de esta infusión, le aporta suavidad y espumosidad. Hace que los mates sean ricos y rendidores.
- “Raspar el mate es correcto para destapar la bombilla”. No está comprobado.
Para que la bombilla no se tape, lo mejor que podemos hacer es echar un chorrito de agua fría o tibia al comenzar el mate, así la yerba se hincha y en este estado no ingresa dentro de la bombilla.
- “Se puede tomar el mate a más de 85 grados de temperatura”. O “Si se hierve el agua, enfriarla con un chorro de agua fría”. Error.
De este modo se arruina toda la bebida porque cuando el agua hierve le quitamos el oxígeno, y por ende el poder de solvencia, que es lo que permite que la yerba muestre todos sus sabores y aromas.
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