Desde la Diócesis de Río Gallegos informaron que el casamiento de una mujer trans con un hombre cis en Ushuaia no fue autorizado y que el sacerdote involucrado fue “advertido”. En tanto organizaciones que defienden los derechos de las personas de la comunidad LGBTIQ+ apuntaron a la falta de “amor al prójimo que dice pregonar” el Obispado pero que “en hechos concretos jamás lo demuestra”.

 

 

 

Victoria Castro, una mujer trans de 46 años, y Pablo López Silva, un hombre cis de 54, conforman una pareja de creyentes católicos, padres de tres hijos adoptados, que contrajo matrimonio civil en 2011 y en la noche de este sábado en la parroquia Nuestra Señora de la Merced en Ushuaia se casaron, acto religioso oficiado por el cura párroco Fabián Colman.

 

 

Tras la ceremonia religiosa, el obispo Jorge García Cuerva suscribió un comunicado en el que negó haber prestado consentimiento a la ceremonia.

 

 

A través del comunicado emitido el domingo, se cuestionó al párroco que celebró la boda y se señaló que “en este caso no se trata del sacramento de matrimonio tal como lo cree y sostiene la Iglesia”.

 

 

 

“Acompañamos a todas las personas sin excepción alguna en su legítimo deseo de recibir la bendición de Dios. Dejamos constancia que en este caso no se trata del sacramento de matrimonio tal como lo cree y sostiene la Iglesia. El sacerdote en cuestión ya fue advertido convenientemente”, señaló el comunicado.

 

El obispo agregó también que “como pastor propio de esta Iglesia diocesana quiero hacer llegar a todo el pueblo de Dios que peregrina en Santa Cruz y Tierra del Fuego mi cercanía, pidiendo que todos recemos para que siempre mantengamos la caridad cristiana hacia nuestro prójimo, acompañando sus dolores y sufrimientos, sus gozos y esperanzas, y a la vez conservando el depósito de la enseñanza de Jesús, el Señor”.

 

 

Tras la difusión del comunicado, la Mesa Provincial permanente por los derechos LGBTIQ+ y el frente de organizaciones Diversidad Santa Cruz dio a conocer su postura señalando que considera “innecesario” el comunicado del Obispado apuntando que “expone una vez más la falta de calidad, acompañamiento y amor al prójimo que dice pregonar pero que, lamentablemente, en hechos concretos jamás lo demuestra”.

En este sentido, expusieron que la Iglesia Católica manifiesta abiertamente “que su ‘amor al prójimo’ sigue siendo heteronormado y que su funcionalidad al patriarcado, sistema que nos oprime y nos mata, continúa intacta”.

 

 

Cerrando, expresan que “quizás, cuando la iglesia se corra del rol de juez y verdugo; podamos construir una sociedad igualitaria en la que todes podamos convivir en paz”.

 

Traslado

Por otra parte, el sacerdote Fabián Colman ya no se encuentra a cargo de la parroquia en Ushuaia. Fuentes gubernamentales y eclesiásticas indicaron a Télam que su traslado estaba dispuesto “desde antes” de la ceremonia religiosa en que el cura bendijo la unión de Pablo y Victoria con todos los ritos del matrimonio católico.

 

 

“Los salesianos cambian regularmente de destino. Ese proceso se llama obediencia y Colman había sido notificado del cambio en diciembre. No está vinculado con la ceremonia del sábado”, confió una de las fuentes consultadas por la agencia.

 

Cabe señalar que que la Iglesia de la Merced posteó en su cuenta oficial de Facebook la bienvenida al nuevo párroco, de nombre Daniel, el pasado 3 de febrero, tres días antes de la boda.

 

 

Colman fue trasladado desde su cargo en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, ubicada en el centro de la capital fueguina y perteneciente a la congregación salesiana, a la parroquia María Auxiliadora de la localidad de Chos Malal, en el norte de la provincia de Neuquén.

 

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