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El fin de semana pasado, la capital santacruceña amaneció con una impactante noticia: un colectivo que funcionaba como refugio para una numerosa familia fue completamente consumido por las llamas tras un incendio accidental.

El hecho ocurrió en la madrugada del sábado, en la periferia de la ciudad, más precisamente en el corazón del barrio Patagonia. Allí, diez personas intentaban calefaccionarse con una salamandra, pero la presencia de combustible provocó un siniestro que, por fortuna o por una cuestión del destino, no dejó víctimas fatales.

Los integrantes de la familia sufrieron diversas lesiones, y dos de ellos debieron ser hospitalizados por la gravedad de las quemaduras: el padre y un niño de cinco años. Como dato esperanzador, el más pequeño del grupo familiar, de apenas tres años, logró salir ileso del colectivo.

Tal como informó La Opinión Austral, pocas horas después del hecho, Giovanni —el niño de cinco años— fue derivado de urgencia al Hospital Garrahan para recibir curaciones y ser monitoreado exhaustivamente respecto de su evolución. Lo acompañó su madre, Glenda Mazuy, y ya en Buenos Aires se les sumó la abuela del menor para brindar apoyo.

Así quedó el colectivo por dentro. (FOTO: POLICÍA SANTA CRUZ)

Juan, el hermano mayor de la familia, habló con este medio el domingo y brindó detalles sobre el estado de salud de Giovanni. “Está bien, el lunes entra de nuevo a quirófano por sus curaciones. Lo están tratando de maravilla en el Garrahan. No tengo palabras para agradecer a los doctores y enfermeros. Sé que a mi hermanito lo están cuidando muy bien, lo higienizan y lo curan constantemente”, expresó con emoción.

El padre de familia fue afectado por una bacteria intrahospitalaria, dijo su hijo mayor a La Opinión Austral.

Respecto del padre, la situación fue más delicada, pero en las últimas horas su estado se estabilizó. Según había informado este diario, el hombre ya presentaba complicaciones cardíacas previas al incendio. “No tenía oxígeno en sangre. El respirador lograba que el oxígeno llegara a los pulmones, pero por una bacteria intrahospitalaria se le formó una capa que impedía su circulación en el organismo”, explicó Juan.

A raíz de esta situación, Glenda tuvo que regresar a Río Gallegos de urgencia, dejando a Giovanni al cuidado de su abuela. Una vez estabilizado el padre, se espera que pueda viajar nuevamente a Buenos Aires para continuar acompañando la recuperación del menor.

La solidaridad de una ciudad movilizada

Desde que se conoció la noticia del trágico suceso, la comunidad de Río Gallegos se movilizó para ayudar. Juan contó que recibieron una gran cantidad de ropa y que, por el momento, ya no necesitan más. Separaron lo que utilizarán y, en un gesto de generosidad, llevaron parte de las donaciones a la Iglesia del barrio Evita para que sean destinadas a otras personas en situación de necesidad.

Algunas de las donaciones acopiadas en la casa de la familiar de los Mazuy. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

Actualmente, parte de la familia se aloja en una vivienda de ese mismo barrio. Días atrás, se produjo otro incendio en una casa cercana y, sin dudarlo, Juan se acercó para compartir parte de las donaciones, en un acto desinteresado de amor, empatía y solidaridad.

Sin embargo, la preocupación económica es un tema urgente que mantiene en vilo a la familia damnificada. Como se informó desde un primer momento, la familia, que perdió todo, debe afrontar los elevados gastos que implican un traslado de emergencia como el que vivió Giovanni. Por ello, continúa activa una colecta a través del alias mzuy1818 ((Cuenta de Naranja X a nombre de Juan Ignacio Mazuy) para quienes deseen colaborar con la causa.

 

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