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*Por Irene Stur
La actividad pesquera marítima en Argentina atraviesa una crisis sin precedentes, sobre todo en la pesquería del langostino, que llevó a tener la flota congeladora langostinera amarrada en puerto desde el 17 de marzo. A lo que se sumó en abril la flota fresquera, más el conflicto con los marineros de la pesquería en general, con una paritaria que quedó irresuelta y que por estas horas atraviesa una conciliación obligatoria.
De ahí que sorprendieron los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que reflejan signos de recuperación en al actividad durante el tercer mes del año. Es que el Índice de Producción Industrial Pesquero (IPI pesquero) correspondiente a marzo de 2025 revela un aumento interanual del 6%, un dato relevante, en un sector marcado por su alta estacionalidad y heterogeneidad estructural. Sin embargo, esta tendencia positiva convive con una significativa caída mensual del 12,2% respecto de febrero, evidenciando los vaivenes y desafíos que enfrenta la industria en el contexto actual.
No para todos
Pese a la suba general del 6% interanual, la realidad es que el informe del INDEC destaca que la actividad pesquera. en marzo. mostró una fuerte variabilidad según las especies, los tipos de embarcación y las zonas de captura. Entre los factores que explican esta dinámica, se encuentran las condiciones climáticas, las regulaciones sectoriales, las decisiones de los operadores y la disponibilidad biológica de los recursos, que en conjunto generan una alta volatilidad en los resultados mensuales y trimestrales.
Destacan las capturas en la provincia de Chubut, donde la pesca de langostino salvaje y natural mostró un comportamiento destacado, contribuyendo significativamente al crecimiento general. Lo que significa que si no hubiera existido el parate empresario, la especie hubiera reflejado números récord para la temporada.
Además, la flota potera dedicada al calamar illex experimentó un buen desempeño, impulsada por una temporada favorable y una buena aceleración sobre el final de la temporada que durará hasta mediados de este mes.
No obstante, las cifras reflejan que la actividad en otros segmentos, como los pescados de cola, sufrió mermas notables, precisamente por el freno de la zafra del langostino en aguas fuera de la Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (ZVPJM) que comenzó, precisamente el 17 de marzo.
Tendencia y estacionalidad
El análisis de la serie tendencia-ciclo del INDEC revela una ligera caída del 0,2% en relación con febrero, indicando una tendencia de desaceleración en la actividad pesquera. En este punto, el informe señala que “el IPI pesquero de pesca marítima presenta un patrón estacional cambiante y mucha irregularidad. Por ello es probable que, a medida que se vayan incorporando nuevos datos a la serie original, se produzcan revisiones frecuentes de los valores históricos ya publicados de las series desestacionalizada y tendencia-ciclo”.
Agrega que, “además, para una interpretación integral de los resultados y un mejor diagnóstico del corto plazo, es conveniente analizar la evolución de la tendencia-ciclo en conjunto con la serie desestacionalizada”.
Esa variabilidad, marca que la producción en el sector continúa siendo muy sensible a los factores climáticos, biológicos y regulatorios, además de disputas gremiales internas que complican la previsibilidad de la actividad.
De hecho, la alta estacionalidad del sector se evidencia en la limitada duración de las temporadas de captura y en la concentración de las descargas en determinados períodos del año.
Por otro lado, las oscilaciones en los indicadores sugieren que el sector continúa enfrentando un escenario de incertidumbre que requiere un monitoreo constante y una interpretación contextualizada de los datos, dado que los ajustes futuros en las series estadísticas podrían modificar las tendencias observadas.
Por especies
El desglose por grupos de especies muestra una heterogeneidad notable en el comportamiento del sector:
El grupo “Crustáceos” lideró con fuerza el crecimiento en marzo, registrando un incremento interanual del 71,0%. Este impulso se debe principalmente a la buena temporada de langostino en Chubut, que extendió su actividad hasta mediados de marzo, cuando el año anterior la había frenado a finales de febrero. Esto aportó un crecimiento acumulado del 43,3% en el primer trimestre del año.
En contraste, los “Peces” experimentaron una contracción del 13,6% interanual, con una caída acumulada del 11,8% en el primer trimestre, afectando negativamente el índice general en 3,6 puntos porcentuales. Factores como la menor disponibilidad de algunas especies y las regulaciones de vedas influyen en este retroceso.
Por su parte, los “Moluscos” mostraron una leve expansión del 6,4% interanual, aunque en el acumulado trimestral la tendencia fue negativa (-0,9%), aportando 4,2 puntos positivos en la variación interanual. La actividad en este segmento se mantiene relativamente estable, pero sin la misma fuerza que los crustáceos.
Por tipo de embarcación
El análisis operacional revela que los “Buques fresqueros” exhibieron un crecimiento sostenido, con un incremento del 17,0% en marzo y una expansión del 24,5% en el primer trimestre de 2025. Este segmento se benefició directamente de la buena temporada de langostino en Chubut, que impulsó las capturas en aguas próximas y fortaleció su desempeño.
Los “Buques congeladores”, que incluyen la flota potera dedicada al calamar illex, mostraron un crecimiento moderado del 2,6% en marzo y una leve caída del 0,4% en el acumulado trimestral. No obstante, este segmento aportó 2,0 puntos porcentuales a la variación del índice general, evidenciando una recuperación parcial que se sustenta en la buena campaña de calamar.

Perspectivas y desafíos futuros
A pesar del balance positivo en el crecimiento interanual, los indicadores de marzo de 2025 advierten sobre un escenario con desafíos estructurales y coyunturales para los meses siguientes. La alta estacionalidad, combinada con la volatilidad biológica y las disputas gremiales, limita la previsibilidad de la actividad pesquera en el corto plazo.
El sector más afectado continúa siendo el del langostino y también la merluza. La falta de valores económicos adecuados ha llevado a una disminución en sus operaciones, lo que impacta en las perspectivas de recuperación de esta última especie y en la economía regional.
El IPI de abril y mayo mostrarán una fuerte disminución en las descargas de langostino, debido a la no zarpada de la flota congeladora y a la escasa actividad de la fresquera en la ZVPJM. Esta situación podría traducirse en una menor disponibilidad del recurso en el mercado y en una posible recuperación más lenta en los indicadores del sector.
El panorama a futuro, en consecuencia, se presenta complejo. La tendencia indica que la actividad pesquera enfrentará un escenario de mayor incertidumbre, con posibles ajustes en las series estadísticas oficiales y en las estrategias empresariales. La recuperación sostenida dependerá, en gran medida, de la gestión de recursos, la adaptación a las condiciones estacionales y la estabilidad de las negociaciones gremiales y regulatorias.
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