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En Argentina se mantiene viva la tradición de compartir una jarra de clericó en las Fiestas de fin de año y a lo largo del verano. En la mesa de Año Nuevo se luce este trago para brindar a las doce de la noche -y también durante las horas posteriores de festejos-.
Es un trago cuya receta parte de la fresca combinación de vino, las frutas de temporada y el hielo que luego se fusionan en una jarra para madurar unas horas en la heladera hasta alcanzar el punto justo.
Más allá del aporte alcohólico, el clericó reúne varias ventajas nutricionales además de ser refrescante. Al igual que todos los tragos con frutas, reúne diversos nutrientes, como vitaminas, antioxidantes y otros compuestos. En tanto, el vino contiene vitaminas de la uva, como la vitamina C, la vitamina B1, entre otras. Y los tintos poseen resveratrol, un antioxidante natural de la cáscara de las uvas.
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Clericó receta
- El clericó se puede armar a base de vino tinto, blanco, rosado o sidra. Se necesita un litro de esta bebida y poner a preparar hielo en la heladera.
- Cortar una naranja en rodajas.
- Cortar una manzana, una pera y un durazno en cubos de un centímetro.
- Sumar frutillas o arándanos.
- Añadir en la jarra dos cucharadas de azúcar.
Tener lista también la azucarera para usar dos cucharadas grandes. - Incorporar un cuarto de taza de licor de naranja (cointreau).
- Agregar las frutas y el vino a la jarra.
- Revolver apenas con cuchara de madera.
- Llevar la preparación a la heladera como mínimo una hora para el maridaje. Se sirve en vaso o copa con hielo y con cuchara para comer la fruta.
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