Tiempo atrás, Tarcaya contó, en una entrevista exclusiva con La Opinión Austral, cómo fue su sentir aquel 2 de mayo de 1982, hace 41 años, cuando estaba descansando y un ruido explosivo lo despertó.

El submarino nuclear HMS “Conqueror” había atacado y comenzaba a hundirse el Crucero ARA General Belgrano.

El veterano es el único héroe que hoy reside en Santa Cruz y que sabe lo que vivió aquella fatídica fecha donde, además, perdió la vida su sobrino, José Agustín Villegas, que había llegado de la Escuela de Mecánica, salió como marinero y fue de pase al crucero.

El homenaje de este martes se dio en pleno barrio 2 de Abril, uno de los más malvineros de Río Gallegos que ya cuenta con un histórico mural en la entrada y que planifica, con muchas ansias, la plaza en honor a los veteranos.

Además, la zona está bordeada por la calle Crucero General Belgrano que le hace honor y que ahora se suma a un cartel en el ingreso por la avenida Gregores.

El descubrimiento del cartel en pleno barrio 2 de Abril. FOTOS: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

En la zona se respira Malvinas y ayer no fue menor. Llegaron familiares, veteranos del Centro “José Honorio Ortega”, representantes de la Policía de Santa Cruz, la Junta Vecinal del barrio, la Escuela de Cicloturismo de Río Gallegos y, por supuesto, el homenajeado: Alfredo Tarcaya.

Primero fueron las palabras del presidente de la junta vecinal, Martín Aburto, que en palabras sencillas, explicó el sentir de esta fecha emotiva. Seguidamente, fue el turno de Tarcaya que estuvo acompañado de su familia.

El presidente del Centro de Veteranos de la capital provincial, Fernando Alturria, hizo el cierre para dar paso al descubrimiento de la placa homenaje al ingreso del barrio 2 de Abril.

Durante el diálogo con La Opinión Austral, Tarcaya expresó su gratitud hacia todos los actos que se están llevando a cabo para honrar a los caídos en la guerra de Malvinas. En particular, habló sobre la importancia de recordar a los 323 soldados argentinos que entregaron su vida por la causa.

El cartel detrás y Tarcaya y los veteranos posan con el nuevo homenaje a los héroes. FOTOS: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Tarcaya también habló sobre la necesidad de una plaza que se proyecta en homenaje a los veteranos de guerra. Mencionó que, a pesar de haber presentado el proyecto, todavía no se ha logrado su aprobación. Pero la lucha por la plaza sigue en marcha, y Tarcaya si algo sabe es esperar.

“Muy agradecido con todos, hay que recordar a nuestros veteranos siempre”, contó. Cuando se le pregunta por José, su sobrino, la cara se le transforma, la herida abierta siempre estará, pero también su memoria viva.

Tarcaya también agradeció a la comunidad por el apoyo y la invitación constante a charlas y actos relacionados con la memoria de Malvinas: “Yo le agradezco muchísimo a la vecindad, porque siempre nos está invitando, nosotros también viajamos por ahí, andamos permanentemente malvinizando todo”, señaló.

Recordó las visitas a las escuelas y enfatizó en que los chicos “te escuchan mucho, se interesan, que ellos aprovechen los testimonios, que fijen el concepto de que los ingleses todavía la tienen usurpada hace tantos años”. Minutos antes del descubrimiento de la placa, Alturria había dicho una frase que suele repetir en cada ocasión.

“Si un chico dice que las Malvinas son Argentinas, ya ganamos”, reitera una y otra vez el presidente del Centro de Veteranos, y Tarcaya sabe muy bien que esto es así. Pero el sueño por recuperar las Islas está más vivo que nunca.

Cuando le consultaron por las sensaciones previas a aquel mayo de 1982, Tarcaya contestó: “Dentro de lo contento que estaba por recuperar Malvinas, pensaba que seguramente iba a haber una guerra. Fue así que cuando llega la orden de embarcarnos, no llevo cierta ropa. Había estado en la Antártida y había comprado una máquina de sacar fotos, una Penta K1000 profesional, y después dije: ‘No, si vamos a entrar en combate, la voy a perder‘. Iba convencido de que íbamos a entrar en combate”.

Ese espíritu, si bien se percibe cansino con el paso de los años, está intacto. Tarcaya lo haría todo igual, una y otra vez, sin dudar.

Su historia

En 1982, el salteño, criado en Cafayate, era cabo principal de la Armada y es hoy el único sobreviviente que reside en Santa Cruz. Sobrevivió 36 horas esperando el rescate, como también lo hicieron otros 769 tripulantes.

Tarcaya ingresó a la Armada Argentina cuando tenía 17 años y luego se trasladaría a Buenos Aires, desde donde lo enviaron a la isla Martín García. Un año después salió como marinero en el buque Punta Médanos. Entre períodos de instrucción y diferentes destinos, pasaba entre 12 a 18 horas navegando.

Contó cómo fueron los momentos previos al ataque al crucero: “Desde que salimos estuvimos permanentemente cubriendo crucero de guerra, el 50% está en el puesto de combate y el 50% descansa, eso es permanente. Estuve en el 78 en el problema con Chile, es lo mismo, embarcar, sacar municiones, cubrir puesto de combate. Ya teníamos experiencia en ese buque, conocíamos”.

El 24 de abril entraron en Ushuaia, hicieron abastecimiento de combustible, carga de víveres, municiones y salieron a navegar, prácticamente de Ushuaia a Cabo de Hornos, a la zona de isla de los Estados, era su lugar de patrulla, con dos destructores.

“El 1° de mayo estábamos haciendo combustible y uno de los destructores detecta que hay un submarino, hace un escape, una patrulla, se pierde la señal del submarino, cortamos manguera, después nos volvimos a acoplar y así terminó como a las 20:00. Comenzamos a cubrir crucero de guerra con el 100% de la gente,” recordó.

Tarcaya rememoró cada escena del día siguiente:  “Era un día domingo, estaba jugando la selección, lo escuchamos por la radio. A las 14:00 me voy a descansar, había estado toda la noche levantado, me quito los zapatos, me quedo en pantalón y remera no  más, me acuesto y a las 16:00 me despierta la primera explosión abajo, era de unos motores, con incendio”.

Las balsas en las que lograron escapar del crucero en pleno hundimiento.

Después de abandonar el crucero y sabiendo que su sobrino no había sobrevivido, esperó el rescate a la deriva de una balsa durante 36 horas. Su historia parece sacada de una película de ficción, pero fue tan real como lo es su sentimiento malvinense que, como dijo en palabras, “vivir en Río Gallegos es estar más cerca de Malvinas“.

Las palabras de Alturria

Durante el acto, el presidente del Centro de Veteranos dirigió unas palabras al héroe del Crucero ARA General Belgrano.

“Cada uno vivimos diferentes situaciones y nos ha marcado tanto en la vida como en el alma. Hoy es un día particular, con Alfredo nuestro único sobreviviente, él representa a toda su tripulación”, expresó para comenzar.

Por eso, consideró, “este es el camino, veo mucha gente joven que sigue malvinizando para que esto no se olvide, esos carteles quedarán y aquel chico que lo vea, va a preguntar quiénes son y ahí se va a seguir contando la historia, por todos aquellos que nos dejaron durante la guerra y después de la guerra”.

Alturria también fue reconocido por la Junta Vecinal. FOTOS: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Alturria agradeció el homenaje y reiteró que Tarcaya “representa a todos, el sacrificio valor coraje, que nada quede en vano, si un chico dice que las Malvinas son Argentinas ya ganamos, eso va para aquellos que venden patria, tenemos que seguir el ejemplo de quienes murieron por la patria”, aseguró.

Para cerrar, el titular del Centro de Veteranos recordó: “Nosotros no fuimos los que hicimos la guerra, pero solo Dios sabe que hicimos lo imposible para no perderla”.

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