Desde hace días, el obispo de la Diócesis de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva viene expresando su preocupación por el modo en que se realizan los sepelios de las personas fallecidas por Covid-19.

Con fecha del 17 de octubre, el Obispo firmó una misiva dirigida a las autoridades en la que describe las situaciones que se dan en tan penosas circunstancias y acompaña con información sobre la legislación vigente al respecto. Tanto a él como al Equipo pastoral del exequias los moviliza encontrar alternativas para no deshumanizar la despedida de un ser querido fallecido y poder acompañar dignamente a las familias.

La carta

 

En su misiva, García Cuerva inicia el texto señalando la intención de transmitir “la inquietud de la comunidad católica y de muchos vecinos de la ciudad en general, que sufren con profundo dolor el momento de la despedida de un ser querido fallecido en el cementerio municipal. Desde el equipo pastoral de exequias, laicos, diáconos y sacerdotes, acompañan con el servicio religioso a los deudos. Y si bien se vive con profundo dramatismo, en este último tiempo se están dando algunas prácticas que hacen de esa etapa de la despedida algo muy deshumanizante que hiere en lo más profundo del alma”.

 

En este sentido, expone: “Tomo como ejemplo, la disposición de las empresas funerarias de no permitir siquiera la apertura de las puertas de la ambulancia que traslada el cajón para hacer una oración”.

 

García Cuerva recordó que el Equipo Argentino de Antropología Forense en la Guía Operativa de gestión de cadáveres relacionados a Covid-19 dice que “el cuerpo que está en una bolsa porta cadáver íntegra y dentro de un ataúd, no representa riesgo de contagio o propagación” y añadió que en la misma línea, el Ministerio de Salud de la Nación en la Guía de Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19 señala que “el cadáver adecuadamente empacado en la bolsa, se puede sacar sin riesgo para conservarlo en el depósito mortuorio, colocarlo en un ataúd para llevarlo al tanatorio, enviarlo al crematorio o realizar el entierro”.

Suma además que el COE de la Municipalidad de la ciudad de Salta dispone que: “El cajón será descontaminado según protocolo de manejo de cadáveres con Covid-19, asimismo el cuerpo, en bolsa mortuoria tipo estanca sanitaria, impermeable y desinfectada. Por consiguiente el féretro ya no es contaminante”.

 

Ingreso al cementerio

En otro tramo de la carta, García Cuerva se refirió al ingreso de la ambulancia con personas fallecidas por por Covid-19, observando que éste se realiza por otra puerta del cementerio “cuando especialmente se pide en la legislación vigente que no se dé ningún tipo de acto discriminatorio en el momento de la inhumación”.

 

Menciona además que, de acuerdo a lo señalado por el Equipo Argentino de Antropología Forense en la Guía Operativa de gestión de cadáveres relacionados a Covid-19, “deberá darse el tiempo habitual a las familias para que puedan reunirse y despedirse, dentro de las limitaciones propias del distanciamiento social. No es necesario acelerar los tiempos de la inhumación”.

 

No es necesario que el responso se realice afuera del cementerio

 

El Obispo marcó que “el cementerio representa un espacio sensible para familiares y deudos que llevan adelante rituales de despedida, por eso creo debe brindarse el espacio, tiempo y recursos para que estos rituales transcurran de forma segura y digna. Tener que rezar en la vereda, rápidamente, en medio del ruido propio del tránsito, no tiene razón de ser cuando incluso, también se recomienda la trasmisión del sepelio por medio de teléfonos celulares para aquellos familiares y deudos que no puedan estar presentes, particularmente adultos mayores o pertenecientes a otros grupos de riesgo”.

 

En este sentido, señala que “no es necesario que el responso se realice afuera del cementerio, dado que manteniendo el distanciamiento, podrían ingresar un número reducido de familiares directos y desde la cruz mayor u otro lugar establecido, retrasmitir la oración a quienes no puedan ingresar, y permanecen en la parte exterior o en sus domicilios”.

 

García Cuerva no olvidó la importancia de las medidas de prevención y al respecto, marcó que “durante los servicios religiosos, y tal como indican todos los protocolos, se debe recordar a familiares y deudos la necesidad de mantener el distanciamiento social y evitar saludos con contacto físico; y también evitar el contacto con superficies religiosas de acceso común (estatuas, pila para agua bendita, otras)”.

 

Cremación

Por último, el Obispo de la Diócesis de Río Gallegos se refirió al procedimiento de cremación. “Se ha generalizado la opinión de que los cadáveres de fallecidos por covid deben cremarse, esto no está dispuesto en los protocolos vigentes; como ejemplo, uno de ellos, afirma: La cremación no es obligatoria. Sigue siendo una decisión de la familia y deudos. El uso de nicho, mausoleo o bóveda para casos de COVID-19 no implica riesgo de contagio ni propagación. En algunas familias, por costumbres, creencias o tradiciones, no se acepta la cremación, y por lo tanto si no se les explica claramente que tienen estas otras opciones, se sienten violentados en su conciencia a asumir algo que no quieren”.

 

Cerrando, García Cuerva expresó “creo firmemente en la necesidad de revisar algunas de estas prácticas que se están dando en este tiempo y que sólo hacen más dramático el sepelio, cuando no tienen ninguna fundamentación científica ni apoyo en la legislación vigente”.

 

Creo firmemente en la necesidad de revisar algunas de estas prácticas que se están dando en este tiempo

 

En este contexto, manifestó su predisposición para continuar dialogando “y pensando juntos en las mejores medidas, dentro del contexto de profundo dolor que vivimos como ciudad, para hacer más soportable el momento de la despedida de familiares y amigos en el cementerio local”.

“Para finalizar hago mías las palabras del Papa Francisco cuando hace unos meses nos invitaba a rezar por los muertos que murieron por la pandemia. Murieron solos, murieron sin la caricia de sus seres queridos, muchos de ellos, ni siquiera con el funeral. Que el Señor los reciba en la gloria”, cerró.

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