El 13 de marzo de 2013, el cardenal francés Jean-Louis Tauran anunció con el tradicional “Habemus Papam” la elección de Jorge Bergoglio como papa Francisco.
Al cumplirse el noveno aniversario de la elección del primer papa latinoamericano de la historia, el obispo de la Diócesis de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, reflexionó sobre la figura del pastor de la iglesia católica.
https://www.youtube.com/watch?v=2YXA6UONF0c
LOA: ¿Dónde estaba el día que Bergoglio fue elegido papa?
Jorge García Cuerva: En ese momento era párroco en la Parroquia Santa Clara de Asís que comprende el barrio Almirante Brown y el barrio San Pablo en Talar, Tigre, en Buenos Aires.
Me enteré un poco después que todo el mundo porque estaba volviendo en avión desde Bogotá de un Encuentro que tenía de Pastoral Carcelaria Latinoamericana. Durante el vuelo fue la elección de Francisco, por lo cual cuando llegué tenía un montón de mensajes que me avisaban que el nuevo papa era Bergoglio.
LOA: ¿Qué le causó la noticia?
JGC: Una gran sorpresa y una enorme emoción.
LOA: ¿Por qué?
JGC: Una gran sorpresa porque uno quizás pensaba que su tiempo como posible candidato a papa ya había pasado, no lo imaginaba. Y una enorme emoción porque tenía conocimiento de lo que Jorge Mario Bergoglio había realizado en Argentina, su trabajo en las villas, su compromiso con los más pobres y con las realidades que más había sufrido la Ciudad como el caso de Cromañón, y su vida tan austera y sencilla. Imaginaba que mucho de eso iba a poder hacerlo después como papa y creo que lo hizo.
LOA: ¿Fue una revolución dentro de la iglesia argentina?
JGC: Creo que fue una revolución personal, social y eclesial, por supuesto. Cuando él salió al balcón se presentó como el papa del fin del mundo, en ese sentido, era la revolución de las periferias geográficas.
Después, fue una revolución para los argentinos porque Bergoglio no sólo era el cardenal primado o el arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires sino también una figura de una relevancia increíble. Las fuerzas políticas de ese momento se sintieron revolucionadas, creo que a todos se nos movió el piso, la cabeza y el corazón.

“Sos un pibe”, le dijo el obispo a Francisco, con quien se mantiene permanentemente en contacto.
LOA: ¿Cuándo tuvo su primer contacto con él?
JGC: En el 2014 en la ciudad del Vaticano, la Secretaría de Estado del Vaticano y el Foro Económico Mundial organizaron un encuentro. En aquella ocasión el papa me propone ir a dar una conferencia sobre inequidad social y contar mi experiencia de trabajo en las villas. Allí tengo un encuentro más personal con él en el que conversamos un rato largo, y a partir de ahí nos empezamos a conocer más.
LOA: ¿Cómo es el papa?
JGC: Es un hombre maravilloso. El otro día me llamó por teléfono y le dije “vos sos un pibe, un joven en un envase viejo”, con eso quise decir que él nos habla todo el tiempo de ideales, de sueños, de esperanzas, de reformas, de cambios, esas son consignas propias de los jóvenes y Francisco las tiene como propias, pero lógicamente es un cuerpo de una persona de 85 años.
El papa instaló uno de los grandes temas, el de los refugiados
Es un hombre muy atento a cada caso particular. Uno se lo imagina en su dimensión más universal como dirigente del mundo, seamos o no cristianos uno sabe que él tiene una responsabilidad con el mundo y, sin embargo, puede no olvidarte y hacerte un llamado de teléfono para preguntarte cómo estás, enviarle una carta a una persona que le escribió, responderle una misiva a un preso o mandarle un rosario a alguien.
Tiene gestos pequeños que son grandes gestos en una persona que uno sabe que se tiene que ocupar de muchísimos otros temas. Es un gran pastor.
LOA: Son también tiempos de muchos cambios sociales
JGC: Me parece que Francisco fue marcando un camino. Por un lado, es el papa de los gestos. Su primer viaje fuera de Roma fue a la isla Lampedusa, hacía poco se había producido uno de los tantos naufragios en los que gente que buscaba una mejor calidad de vida quiso dejar el Mediterráneo y llegar a Europa, murieron muchas personas. Ahí Francisco instaló uno de los grandes temas, que quizás aún nos resulte un poco alejado, que es el de los refugiados. Denunció al Mediterráneo como el gran cementerio del mundo e instaló el tema de los refugiados que se está viviendo hoy con la guerra de Ucrania.
Intercedió para un acuerdo de Paz en Sudán del Sur, país independiente más joven del mundo y que ha tenido una guerra civil violentísima. Convocó a sus dirigentes políticos a hacer un retiro espiritual al Vaticano y al cierre, se arrojó a los pies de cada uno y les besó los pies, me parece que es un gesto increíble.
Por la Paz está bueno ponernos al servicio del otro como hace Francisco.
O el gesto que tuvo el mismo día que comenzó la guerra, suspendió todas las audiencias y se fue a la Embajada de Rusia.
Por otro lado, es el papa joven, el que habla de ideales, de sueños, de reformas, de cambios internos que tanto necesita la iglesia. Cuando uno va teniendo más años empieza a descreer un poco de los cambios, comienza a sentirse seguro con el “siempre se hizo así”, en la iglesia esa famosa frase es un veneno, lo dice teniendo 85 años. Es increíble.
La tercera propuesta de Francisco es la del hombre de la iglesia misionera, en la calle, en salida. Francisco dice que prefiere una iglesia accidentada por estar en la calle y no enferma por sentirse encerrada, eso plantea nuevos paradigmas que nos toca a nosotros ponerlos en acción.
Francisco habla y escribe cada día mejor como si fuese un vino añejado, pero los argentinos lo leemos cada vez menos. Para el mundo Francisco es un líder, lo es, incluso respetado por gente de otras religiones. Es un hombre que en sí mismo con sus gestos es valorado y nosotros seguimos discutiendo si le sonríe o no le sonríe al presidente de turno en la foto. La mejor manera de conocerlo es leyéndolo a él.
También creo que es un profeta.
LOA: ¿Por qué un profeta?
JGC: Profeta es el que anuncia y denuncia. Francisco denuncia las injusticias y todo lo que tiene el mundo de cruel. Ha hablado de los refugiados, la exclusión social como la causa de todos los males, la discriminación y ante el proyecto de los muros de separación, habla de la cultura del encuentro.
Anuncia porque su mensaje es de esperanza, anuncia a Cristo. Francisco habla de la alegría del evangelio, el mundo necesita de cristianos alegres, entusiastas, audaces, que se animen a compartir a Cristo, sin asco, sin miedo y sin demora. Con lo cual también nos tenemos que sentir cuestionados los cristianos ¿Soy un cristiano alegre o soy, como dice Francisco, “un cristiano con cara de vinagre”?
El papa habilita a que como iglesia miremos hacia adentro y revisemos prácticas que tenemos que cambiar, lo que pasa es que a veces nos sentimos muy seguros y no queremos cambiar.
LOA: ¿Qué le desea al papa en este aniversario?
JGC: Se lo dije el otro día, que Dios le dé mucha salud, que el envase viejo pueda seguir conteniendo al pibe joven, con ideales y con sueños. Que Dios le dé salud para que pueda seguir siendo el papa de los gestos, de los sueños y de los ideales, el papa que nos propone la iglesia en salida y que nos invita a cuestionarnos a la luz del evangelio.
Y junto con eso, le deseo a los argentinos que lo leamos, que lo descubramos. Que dejemos a Mario Bergoglio ser Francisco, lo tenemos que dejar al arzobispo ser hoy el jefe de la Iglesia Católica a nivel mundial. Hay que conocerlo.
Leé más notas de Belén Manquepi Gómez
Compartir esta noticia