En las últimas semanas la ciudad se vio “invadida” por una gran cantidad de semillas que sobrevuelan el aire riogalleguense. Desde el Club de Jardinería explicaron que se trata de la semilla del álamo, árbol que se encuentra en toda la Patagonia por ser resistente a los fríos de la zona. Estiman que permanecerán hasta diciembre.
Hace unos diez días la ciudad se vio poblada de una especie de “pelusa” que sobrevuela el aire de Río Gallegos. Las veredas se encuentran cubiertas con esta planta que molesta a varios vecinos debido a la reacción alérgica que desencadena en muchas personas.

En diálogo con La Opinión Austral, Adriana López, secretaria de la comisión directiva del Club de Jardinería, detalló de qué especie provienen y cómo llegaron a invadir la ciudad.
En principio, sostuvo que se trata de las pelusas que emanan las semillas de los árboles, específicamente los álamos. Se encuentran en gran cantidad en la plaza San Martín y son muy comunes en la zona patagónica.
“Hay muchos y va a haber más todavía, es lo que recubre la semilla del álamo, particularmente el álamo negro (populus nigra por su nombre científico). En España florece en enero y febrero y el mismo árbol, en distintos países, adelanta o retrasa la floración. Acá ocurre a fines de octubre y llegará hasta principio de diciembre“, explicó.

Indicó, además, que “la que tira el algodón es la flor femenina, no masculina, específicamente la variedad del álamo negro es la más profusa, ya que tiene más cantidad de estas semillas”.
El árbol desprende la mata algodonosa que transporta las semillas y, tal como indicó López, “todos los años están en la ciudad e incluso es tal la cantidad que tapan las bocas de tormenta, sobre todo cuando hay viento, porque se desparraman por todos lados”.
Más calor, más agua, más semillas y más pelusas
En tanto, la integrante del Club de Jardinería indicó que “en estos últimos diez años la temperatura aumentó mucho en la provincia, eso hace que los árboles tengan más agua, crezcan más y den más flores, por ende, más semillas”.

Señaló, asimismo, que no es algo típico de la época, sino que “los tehuelches y mapuches, por ejemplo, cuando florecían algunas plantas y otras daban semillas, esto les indicaban la temporada en la que estaban”.
Son irritantes en las mucosas
“Son todos los álamos, algunos tiran más y otros menos, esas pelusas son micro-espinas y lo que molesta es que en las mucosas, como ojos, boca y nariz, penetra y se pega en la mucosa, es altamente irritante sobre todo para personas con lentes de contacto“, sostuvo López.
Remarcó que no se trata de polen, como señalaron algunas personas; “son las semillas del árbol y tenemos álamos en toda la Patagonia porque es una especie que resiste todos los fríos”.
En este sentido, López sugirió -a raíz de la molestia que genera la semilla- “conveniente ir con la cara cubierta y con anteojos, porque es doloroso si ingresa en los ojos. Además del proceso alérgico, puede generar conjuntivitis y rinitis“.
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