Por Belén Manquepi Gómez

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Lo que era un proyecto se convirtió en ley. Con 163 votos afirmativos y ocho abstenciones, el jueves pasado la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la ley de talles.

 

Propuesta por AnyBody Argentina, una ONG que lucha por la inclusión y la aceptación de la diversidad de cuerpos, la norma establece un Sistema único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI) correspondiente a medidas corporales estandarizadas (con base en un estudio antropométrico con destino a la fabricación, confección, comercialización o importación de indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años.

 

 

“El estudio que está a cargo del INTI estuvo desfinanciado unos años, con esta ley suponemos que le van a dar el presupuesto necesario para terminarlo, para saber cómo es un cuerpo argentino promedio, es una de las cosas que viene a saldar la ley de talles. Los argentinos nos vestimos, si es que la industria respeta
alguna tabla de talles, con la de la norma IRAM que data de hace 30-40 años y es europea, por ende está adaptada a cuerpos que no son argentinos ni tampoco contemporáneos”, explicó Mercedes Estruch, integrante de AnyBody Argentina, en diálogo con el programa “En El Tintero” que se emite por LU12 AM680.

 

 

La ley establece la obligatoriedad de realizar en todo el territorio nacional y cada diez años, un estudio antropométrico de la población a efectos de confeccionar tablas de medidas diferenciadas por grupo etario y por género. Además las prendas deberán estar identificadas y las etiquetas tendrán que ser de fácil
comprensión para el consumidor. Además los comercios deberán exhibir un cartel con la tabla de medidas.

 

 

7 de cada 10

Pero ¿por qué es importante una ley de talles? La modelo plus size y también voluntaria en AnyBody Argentina, Brenda Mato lo explica a La Opinión Austral: “esta ley es importante porque siete de cada
diez personas en Argentina tienen dificultades para encontrar ropa en su talle, independientemente de su peso o género. Esto indica que no sólo hay falta de talles grandes o mal llamados “especiales”, sino que hay una industria que no conoce a sus consumidores.

 

 

Esto sucede porque jamás se realizó un estudio de los cuerpos argentinos ni tampoco tenemos una tabla de talles propia. Y ese es el punto principal de esta ley: poder conocer los cuerpos de quienes habitan este territorio y poder tener una tabla de talles coherente y única, para que todas las marcas fabriquen con esa
única tabla. Esto nos va a permitir poder comprar siempre el mismo talle o cercanos, como con el calzado, y no como ahora que es imposible saber el talle que usamos”.

 

 

La ley de talles no es una cuestión de gustos sobre el acceso a la indumentaria, es una cuestión de derechos e inclusive de bienestar. La encuesta que AnyBody Argentina realizó entre el 4 de octubre y el 18 de noviembre de 2018, marcó que el 69,55% de las personas tiene problemas para encontrar ropa en su talle, cifra que es constante desde 2012. Existe una consecuencia psicológica al no poder vestirse con la indumentaria que se desea. Al no encontrar talle, el 51% de las personas cuestiona su cuerpo y el sentimiento más recurrente es tristeza, porque el cuerpo no encaja en la ropa que quieren.

 

 

“Cuando vamos a comprar ropa, quienes usamos talles más grandes, sufrimos al ir, es bastante doloroso, tal vez siendo adulto uno lo sabe sortear de otra forma, pero lo que más atañe es evitar que nuevas generaciones tengan que padecer lo que tal vez muches adultes gordes han padecido al no conseguir ropa en su talle acorde a su edad”, apuntó Estruch.

 

 

El primer paso

Sobre la aprobación del proyecto, Mato admitió: “realmente me tomó por sorpresa, siendo época de elecciones y transición, pensé que iba a pasar al próximo año, pero por suerte lxs diputadxs que estaban trabajando en el tema hicieron lo posible para hacerlo antes del cambio de gobierno”.

 

 

“A nivel personal lo vivo con mucha alegría y como un alivio. Después de tantos años de luchas y hablar sobre el tema, que haya dado sus frutos es una satisfacción enorme. Como siempre dijimos: vestirse es un derecho, no un privilegio y ahora está avalado por la ley”.

 

 

“Es importante aclarar” ? marcó Mato- “que si bien está aprobada, no es que mañana va a haber talles en todos lados, esto va a llevar tiempo, al menos dos o tres años hasta que se vea reflejado. Es el primer paso de un proceso enorme”.

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