Casi quince años después del día en que se descubrió el primer pozo petrolífero de la Argentina en Comodoro Rivadavia, el presidente Hipólito Yrigoyen creó por decreto la dirección general de YPF.

Hipólito Yrigoyen – Presidente de la Nación 1916-1922

La decisión política fue celebrada por los sectores más nacionalistas y criticada por otros que consideraban la determinación como una respuesta a la crisis administrativa que atravesaba la industria petrolera producto de denuncias de corrupción.

Enrique Mosconi fue puesto al frente de YPF por Marcelo T. de Alvear

Tras la salida de Yrigoyen, a fines de 1922 asumió la presidencia de la Nación Marcelo T. de Alvear que durante sus seis años de gobierno puso al frente de la empresa estatal al ingeniero Enrique Mosconi que llevó adelante una efectiva gestión que más tarde fue conocida como “el modelo mosconiano”.

El 3 de junio de 1922, a meses de dejar el poder, Hipólito Yrigoyen resolvió impulsar por decreto lo que no pudo cuatro años antes a través del Congreso de la Nación. La presión internacional de gigantes petroleras como la estadounidense Jersey Standart o la europea, Rolyal Dutch Shell, durante la posguerra, obligaron a la Argentina a determinar una intervención del Estado sobre los recursos. Sin embargo, muchas provincias productoras de crudo se negaban a ceder  el control al poder central.

A mediados de los años ’20, los 69 yacimientos emplazados en Comodoro Rivadavia atravesaban una profunda crisis por contar con escasos recursos financieros, falta de teconología para la extracción y constantes reclamos gremiales. Entrar en un plano de competencia internacional contra empresas que habían aumentado 400% su producción resultaba un desafío prácticamente imposible.

Estación de gas de YPF – 1950

El decreto lanzado aquel 3 de junio buscaba rescatar a la industria de un inevitable fracaso, mantenía a YPF bajo la órbita del ministerio de Agricultura, muy cuestionado entonces por impericias en el manejo de la empresa y denuncias de corrupción.

Pocos días después de asumir la presidencia de la Nación Argentina Marcelo Torcuato de Alvear, el 19 de octubre de 1922, Enrique Mosconi fue nombrado director general de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), donde permanecería por ocho años, dedicando grandes esfuerzos para incrementar la exploración y desarrollo de la extracción de petróleo. Por esos años, se llegó a aumentar en un 50 % la producción de petróleo, alcanzando a tener el 84 % del total de la extracción de crudo.

Algunos años más tarde, con el gobierno de Carlos Saúl Menem llegaría la privatización de la empresa. Un período que culminó en 1999, cuando el Estado argentino vendió a Repsol un 14,99 % de las acciones de YPF, la transacción le costó a la petrolera española 13.437 millones de euros y permitió a Repsol YPF convertirse en la octava productora de petróleo y la decimoquinta compañía energética del mundo.

La entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaba la expropiación de YPF

Desde ese año y hasta fines de 2011 Repsol presentó una marcada disminución de las reservas de petróleo. Esa caída fue del 54 % en petróleo y del 97 % en gas. Además, la falta de inversión y una escasa producción, llevó a que en 2011 Argentina tuviera que importar más gas y petróleo del que produjo.

En abril de 2012, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió el proyecto “de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina” para nacionalizar YPF y expropiar las acciones de Repsol en esa empresa. Casi un mes más tarde, el Congreso de la Nación convirtió el ley ese proyecto, logrando así que de ese porcentaje, un 49% se destine a las provincias y el 51 % restante al Estado Nacional.

Tras un arduo debate, se aprobó la expropiación de las acciones de Repsol en YPF

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