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Bajo un cielo despejado y con un marco de público que desbordó el “Indio Nicolai“, Boxing Club se alzó con el título de campeón de la Liga Municipal de Fútbol Femenino al vencer con autoridad a Camioneras por 3 a 0. Fue una tarde de emociones fuertes, donde el fútbol femenino local mostró su crecimiento, su calidad y su potencia convocante.
El encuentro, como suelen ser las finales, comenzó parejo, con una marcada paridad en el mediocampo y la pelota recorriendo ambos sectores del campo sin un claro dominador. Camioneras buscó complicar con pelotazos largos y empujó al Albiverde contra su arco, aunque sin generar situaciones de real peligro.
Sin embargo, rondando los 20 minutos, el rumbo del partido cambió. Un descuido defensivo le permitió a Boxing abrir el marcador y desarticular el leve dominio que hasta allí insinuaba el conjunto dirigido por Mauricio Cárdenas. El gol fue un sacudón: en adelante, las acciones se inclinaron a favor de las dirigidas por Ezequiel Gallegos.
En una ráfaga de llegadas, Boxing estuvo cerca del segundo: un tiro libre que Katerina Moreno, figura en las semifinales, sacó del ángulo a los 22 minutos; un córner al minuto siguiente que fue despejado en la línea; y una presión alta a los 28 que terminó en una ovación tras un remate que pasó muy cerca del palo. La sensación en las tribunas era clara: el segundo estaba al caer.
Camioneras, por su parte, no lograba hilvanar jugadas ofensivas. Recién en el segundo tiempo, a los 4 minutos, logró una tibia aproximación al área rival, pero sin consecuencias.
Con el control del juego en sus pies, Boxing continuó presionando la salida. Esa intensidad tuvo premio: a los 12 minutosdel complemento, una jugada de pelota parada desde atrás de mitad de cancha derivó en un pase milimétrico de la defensora Beatriz Vázquez, que dejó mano a mano a Nathalie Párraga. La número 10 no perdonó y con un remate cruzado puso el 2 a 0.
Tres minutos después, la misma Párraga volvió a aparecer: un remate desde afuera del área, tras un buen pivoteo de una compañera, se desvió y descolocó a la arquera. Era el 3 a 0 y el golpe de gracia para Camioneras que ya no tuvo reacción.
Los protagonistas
Tras el pitazo final, las emociones afloraron. Mauricio Cárdenas, DT de Camioneras, no ocultó su orgullo pese al resultado adverso: “Me había propuesto una meta, no se dio. Pero haber llegado a esta final, para mí ya es un premio. Vamos a seguir remándola, a sumar chicas nuevas y a encarar el próximo torneo con otra mentalidad”. Además, reconoció: “El primer tiempo lo aguantamos bien, pero cometimos errores que pagamos caro. Igual, estoy feliz, este grupo es excepcional“.
Nathalie Párraga, figura de la final con dos goles, también se mostró emocionada: “Contenta por estas jugadoras que son un caño. Esto lo venimos preparando hace mucho. Tenemos un grupo increíble, siempre confié en mi equipo“. Sobre su segundo gol, recordó: “La capi me gritó, la vi, corrí hasta donde llegué y se dio. Así que feliz”.
El DT campeón, Ezequiel Gallegos, analizó el partido con mesura: “El primer tiempo fue muy friccionado. Los nervios no nos dejaron desplegar el juego habitual. En el entretiempo hubo un reto y las chicas salieron con todo. Los cambios funcionaron muy bien y todas jugaron al mismo nivel. Eso marca que somos un gran equipo“.
Además, proyectó lo que se viene: “Ahora se viene el Federal. Hay que reforzarnos, corregir errores. Aunque ganamos, hubo detalles que podrían habernos costado un gol. Vamos a trabajar para pulir eso”.
Premios
La jornada cerró con la entrega de distinciones individuales, que reflejaron el nivel de la competencia. La jugadora destacada fue Victoria Barría de Brisas. Mauricio Cárdenas, de Camioneras, fue reconocido como el mejor DT del certamen. Rosa Sánchez, también de Camioneras, se llevó el premio a la jugadora del torneo. La valla menos vencida fue para Brisa Gómez, de Boxing, y la goleadora del campeonato fue Florencia MacLaine, también del campeón.
La final de la Liga Municipal de Fútbol Femenino dejó mucho más que un campeón. Mostró a dos equipos comprometidos, un público que acompañó en masa y una organización que estuvo a la altura. Reflejó, en definitiva, el crecimiento sostenido del fútbol femenino en Río Gallegos y en Santa Cruz. Un crecimiento que no tiene techo, que contagia y que sigue abriendo camino a nuevas generaciones de jugadoras.
La pelota paró, pero la historia sigue escribiéndose. Porque en esta final, el fútbol femenino volvió a demostrar que llegó para quedarse.
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