Este miércoles, a las 11:47 horas, se dio inicio a una intensa sesión en el Senado de la Nación con un tema clave al final del orden del día: el tratamiento del proyecto de Ley de Ficha Limpia, que ya cuenta con media sanción de Diputados. La iniciativa apunta a prohibir las candidaturas de personas con condenas penales por corrupción ratificadas en segunda instancia, así como su designación en altos cargos de la administración pública.
El debate se da en un clima cargado de tensión y especulaciones políticas. Mientras La Libertad Avanza y el PRO aseguran tener los votos necesarios para la aprobación, el kirchnerismo sostiene un rechazo firme con 34 votos y busca impedir que se convierta en ley. En el recinto, el proyecto ya genera divisiones incluso dentro del oficialismo, en momentos en que se juegan alianzas estratégicas y posicionamientos de cara a los próximos desafíos electorales.
Qué propone el proyecto
La Ley de Ficha Limpia establece la inelegibilidad de personas condenadas por delitos de corrupción con fallo confirmado por un tribunal superior. La inhabilitación se extenderá desde la fecha de la condena hasta su eventual revocación o el cumplimiento de la pena. La propuesta modifica el artículo 33 de la Ley de Partidos Políticos, ampliando los requisitos para postularse a cargos electivos y también limita el acceso a funciones clave en el Ejecutivo nacional y en organismos estatales.
Además, se prevé la creación de un “Registro Público de Ficha Limpia” a cargo de la Cámara Nacional Electoral, donde se consignarán las sentencias definitivas y sus respectivas revocaciones, así como los datos de las personas alcanzadas por la norma.
La iniciativa fue aprobada en la Cámara de Diputados el 12 de febrero, con 144 votos afirmativos, 98 negativos y 2 abstenciones. A pesar del amplio respaldo, el proyecto debió ser corregido: se eliminó un artículo que limitaba la aplicación de la norma al año anterior a una elección, tras ser calificado como inconstitucional por sectores dialoguistas.
Posiciones definidas y juego político
La aprobación en el Senado parecía incierta hasta que los senadores santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano confirmaron su respaldo a la ley, despejando dudas sobre una posible dilación. No obstante, la votación final podría definirse por un margen estrecho, ya que el oficialismo aún necesita votos del interior para alcanzar la mayoría.
Desde la Casa Rosada, el jefe de Gabinete Guillermo Francos afirmó que la ley se aprobará “salvo algún fallo de último momento”. Pero algunos sectores del Gobierno temen que el PRO, promotor visible del proyecto a través de Silvia Lospennato, capitalice políticamente el triunfo legislativo, en plena campaña por las elecciones porteñas.
Por otro lado, el kirchnerismo denuncia que la norma apunta directamente contra la figura de Cristina Fernández de Kirchner, condenada en segunda instancia en la causa Vialidad. Sostienen que se trata de una ley “con nombre y apellido”, pensada para proscribir dirigentes opositores.
Repercusiones más allá del recinto
Más allá de su aprobación o rechazo, el tratamiento de Ficha Limpia pone en primer plano el debate sobre la transparencia institucional y la ética en la política argentina. En simultáneo, deja al descubierto tensiones entre el oficialismo y el PRO, que disputa protagonismo dentro del Congreso en un momento clave para la gobernabilidad.
En paralelo a la discusión de Ficha Limpia, la Cámara Alta aprobó los pliegos de los nuevos embajadores argentinos en Estados Unidos y España, y también renovó autoridades internas, donde la vicepresidenta Victoria Villarruel logró retener el control de la Secretaría Administrativa, un área clave del Senado.
El resultado final del debate sobre Ficha Limpia se definirá entrada la noche, con la atención pública y mediática centrada en el poroteo y los discursos que marcarán el rumbo político de las próximas semanas.
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