Gabriel Piccato pasó los primeros meses de pandemia en Colón, Entre Ríos, ciudad en la que trabajó 10 años como entrenador y asistente y eligió para vivir. “Es mi lugar en el mundo”, decía el 31 de julio a La Opinión Austral. “Es -agregó en ese entonces- una ciudad chica, pero muy pintoresca, muy natural. Tiene un río que brinda muchas cosas”. Contó, además, que andaba lentamente en bicicleta junto a su familia para poder observar el paisaje.

 

Ahora, 5 meses más tarde, estuvo nuevamente en Colón para las fiestas y dijo que por unas escasas horas no pensó en básquet, luego de muchísimo tiempo, porque disfrutó del río (lo denominó el paraíso). “Fue una eternidad para mí”, expresó mientras se le escapaba una risa breve.

 

Pero durante el receso desarmó en partículas distinta información. “En estos días de receso, llegamos a todo este caudal de información que después hay que filtrarla, ver los aspectos relevantes, tratar de dosificar la información a los jugadores y ser lo más claro, simple y directo posible para que comprendan”, explicó.

 

Los jugadores y gente cercana a Piccato coinciden en que es extremadamente meticuloso diariamente y se destaca indudablemente en las estadísticas. “Está en todos los detalles”, dijo un jugador de Hispano Americano a La Opinión Austral.

 

El trabajo incrementó cuando la Confederación Argentina de Basquetbol (CABB) decidió que Piccato continuara con el proyecto que había empezado Sergio “Oveja” Hernández, actual entrenador de Zaragoza de España, en la Selección Argentina. El hoy técnico del seleccionado nacional y de Hispano era uno de sus asistentes y compartió muchos años con Hernández. Incluso en su llegada a Boca Juniors -que culminó con el título de la Liga Nacional en 2006/2007 con él como técnico- se dio por la “Oveja”.

 

Silvio Santander, Gabriel Piccato y Sergio Hernández en la Selección Argentina. Foto: CABB

 

A Sergio lo considero mi maestro dentro del baloncesto. Lo que más resalto, además de su conocimiento en el básquet, son sus valores personales. Su forma de entender la vida. Ciertas cosas que no son habituales dentro de la profesión. Por ejemplo, hacer uso de la autocrítica. Ser justo en ciertas decisiones y en esa descripción de la realidad quizá no sea beneficioso para él mismo, pero siempre es implacable con eso. Y describe muy bien la realidad. Lo que va pasando dentro del equipo, la descripción de la competencia y del adversario. Siempre que lo veo, aprendo algo”, expresaba a este medio en julio.

 

Desde el hotel Dorá, en la previa del partido de Hispano-Argentino que se disputó este jueves, en una entrevista exclusiva, Piccato analizó profundamente el presente del Celeste. Desmenuzó los aspectos positivos y negativos en el juego del club. La Selección Argentina y la Liga Nacional. El tiempo de trabajo, las lesiones y las incorporaciones.

 

LOA: ¿Cómo se preparó Hispano Americano para el reinicio?

 

Gabriel Piccato: Dentro de la realidad, que siempre es el punto de partida, trataremos de sacar la mejor partida y de optimizar, y de llevar al máximo, el rendimiento. En este tiempo sufrimos demasiadas lesiones para un equipo que de por sí era más reducido en número de jugadores. Porque un poco la apuesta fue esa: la mayor calidad de jugadores dentro del presupuesto establecido. Esto lógicamente te acorta la cantidad. Esa estrategia elegí y asumo el riesgo. El punto débil de eso es cuando te persiguen las lesiones, que las entendemos como parte de la actividad que hacemos. Lo que sucede es que fueron demasiadas en muy poco tiempo. Muy intensas. Todas juntas. De todas maneras, para ampliar, vuelvo al inicio de la nota: el punto de partida es la realidad. Nunca vamos a lamentar aquello que no está. Si bien es esperable -no deseable- porque las lesiones son parte, vamos a intentar potenciar lo que tenemos y a partir de ahí, tratar de dar lo mejor cada uno y salir a competir como lo hicimos en el último tiempo.

 

Piccato, de espalda, habla en un entrenamiento en Obras.

 

LOA: Posterior a las lesiones, ¿influyeron psicológicamente estas en el plantel?, ¿se hizo hincapié de alguna manera en ese aspecto?

 

GP: Esta competencia tiene una particularidad: se vive con mucha intensidad. Además, no tenés tantos días de entrenamientos, entonces en el costo-beneficio creo que podemos estimular, desde el cuerpo técnico y cada uno en su diálogo interior, todo lo que son los aspectos motivacionales. Por supuesto que hicimos hincapié en tratar de ver aquellas cosas con las que contamos. Hacer un análisis profundo de lo que nos dejó esta primera parte y que es probable, si estamos con la concentración y nivel de activación justo en las condiciones que estamos, competir, construir y ganar. O sea, no hay un impacto psicológico por las lesiones. Las tomamos como parte. El que está afuera, está afuera. Me encantaría que esté el equipo completo, más para estos partidos que son rivales directos. Podría decirse que es un momento muy importante en la temporada. Nos agarra en una situación no tan favorable, pero todo esto es análisis. Luego habrá una sola realidad en los partidos. Sin excusas. Intentando hacer lo mejor posible desde lo que tenemos y tenemos altas probabilidades de construir y de ganar.

 

LOA: ¿Qué aristas positivas y también negativas viste en estos encuentros que disputó Hispano?

 

GP: Si nosotros hacemos una evaluación y vemos el promedio de los índices ofensivos y defensivos, estamos muy bien en ataque y no tanto en el aspecto defensivo. Si a su vez hacemos un análisis de qué pasa con Hispano cuando gana y qué pasa cuando pierde, ahí podríamos aseverar que lo que prima es el aspecto ofensivo. Cuando perdemos nuestro ataque es muy bajo en los niveles de eficiencia y la variable podría ser el tiro de 3 puntos. No así otros factores que a primera vista generalmente siempre causan un alto impacto. Por ejemplo, no es el rebote, no es el porcentaje de pérdidas. No es la cantidad de dobles, ni el porcentaje de dobles. No es la cantidad de libres, ni el porcentaje de libres. Digamos, el punto más saliente donde hay mayor diferencia es en la cantidad de triples anotados.

Y como segundo punto, lo que tenemos que mejorar es la regularidad. Haciendo una comparación con una maratón de 42 kilómetros, no sirve hacer un sprint para después caminar. Acá en el básquet es lo mismo. Tenemos partidos que jugamos a un nivel altísimo y al siguiente el nivel es muy malo. Esa variabilidad que hay en el rendimiento es lo que te lleva a que aumentes o disminuyas las probabilidades de ganar. Quienes tienen un juego muy equilibrado con respecto a números y a valores son los equipos muy buenos. Por dar un ejemplo a nivel colectivo, nosotros cuando ganamos anotamos cerca del 35 por ciento en triples. Pero cuando perdemos pasamos a anotar un 27 por cierto. Es mucha la diferencia. La media del torneo es de 32 por ciento. Si nosotros estaríamos en la media, el día que te va mal aumentás la probabilidad de ganar. Y desde el punto de vista defensivo, lo mismo. En los últimos 5 partidos, sacando el de Comunicaciones, la diferencia de puntos era de 5. O sea, nosotros perdíamos los puntos por 5 puntos en los últimos 5 partidos. Estamos hablando de dos posesiones. Entonces, de todo ese volumen que hay de acciones defensivas, las distracciones son las que te dejan afuera. Y a veces nos enredamos con análisis mucho más difícil y a lo mejor es, por ejemplo, cerrar un bloqueo defensivo, no saltar una finta. Pequeñas distracciones que hacen inclinar la balanza hacia el lado del ganador. Estamos trabajando sobre esos aspectos.

 

Durante todos los encuentros y entrenamientos, el entrenador utilizó la mascara.

 

LOA: ¿Cuánto trabajás la estadística por día?, ¿sentís que el parate sirvió para analizar también en frío?

 

GP: El club pone a disposición un asesoramiento externo en este sentido. Más el cuerpo técnico que actuamos por otra vía. En estos días de receso, llegamos a todo este caudal de información que después hay que filtrarla, ver los aspectos relevantes, tratar de dosificar la información a los jugadores y ser lo más claro, simple y directo posible para que comprendan. A partir de ahí, es todo ejecución.

 

LOA: Hispano adquirió a una ficha que ocupa un puesto despoblado en el equipo por las lesiones, como lo es el base. ¿Qué características tiene Shep Garner?

 

GP: Shep no es un jugador en posición 1. Puede alternativamente subir el balón, puede jugar en la posición de base, digamos, pero él va a cumplir otro rol. Como la variable es el tiro de tres puntos, elegimos un jugador que nos aporte eficiencia desde ese lugar. Pero no lo cuento. Si bien acá hay que valorar lo rápido que se movió la organización para solucionar todos los trámites que hay que hacer, porque no es fácil. Muchas organizaciones desisten de contratar jugadores extranjeros porque lleva un proceso de un extenso trabajo, reglamentación, papelerío y la verdad que Hispano se ha movido siempre de forma rápida, eficiente y cumpliendo los requisitos correspondientes. Y en plena pandemia. De todas maneras, no lo contamos para estos dos partidos.

 

Shep Garner, el último refuerzo de Hispano Americano.

 

LOA: ¿Y estaba apuntado desde antes?

 

GP: Nosotros con los asistentes estamos permanentemente chequeando lo que el mercado ofrece en función del análisis que vamos haciendo, actualizándolo y de la necesidad del equipo. Porque lo más difícil es tener el diagnóstico. Decir, ¿qué necesitamos? ¿Rebote? ¿Conservar el balón? Son muchas variables. Y todas ellas muy complejas. Porque una actúa sobre la otra y es muy difícil distinguir un factor. Una vez que tuvimos el diagnóstico, buscamos el perfil del jugador. Y vemos muchos jugadores. En los jugadores extranjeros tenés un mayor caudal, pero es mucho más difícil la contratación por todo lo que decía antes sobre las cuestiones reglamentarias. El jugador nacional es más fácil de adquirir. Sin embargo, son muchas menos las opciones. Estamos viendo todo el tiempo y tratamos de contratar, más allá de que sea nacional o extranjero, lo que necesita el equipo fundamentalmente. No miramos nacionalidades, miramos características y necesidades.

 

LOA: ¿Utilizás alguna plataforma en particular?

 

GP: Nos conectamos con distintos agentes nacionales e internacionales. Hay distintos medios. Desde redes sociales hasta contactos personales. Te mandan el profile. Son muchas horas de estar sentado viendo. Decimos, bueno, hay que buscar un jugador que pueda anotar consistentemente de 3 puntos. Tenemos un número en la cabeza y sobre ese número pasan profiles, hasta que das con alguien que crees que tiene esas características y también dentro del presupuesto, fundamentalmente.

 

El factor común es que no tenemos tiempo de trabajo, no lo hay

 

LOA: ¿Qué denominadores comunes viste en la Liga?

 

GP: Creo que a simple vista me parece que bajaron porcentajes de acierto. Y no necesariamente por mejores defensas. Hay dos equipos que ganaron muchos partidos y muchos conjuntos que están entre las 5 y 6 victorias. Eso me parece que en otras temporadas no se daba. Esas son las dos cosas. No hice un análisis muy profundo de la temporada en general. Estamos más abocados a nuestros rivales.

 

Gabriel Piccato interactúa en la Selección Argentina. Foto: CABB

 

 

LOA: Mientras transcurría la Liga Nacional, fuiste designado como entrenador de la Selección Argentina…

 

G.P: Fue una decisión que me sorprendió. Nosotros estábamos pensando, y yo particularmente, de estar al servicio de lo que necesite el entrenador que sea designado. Y si ese entrenador decidía mantener el cuerpo técnico, digo, estaba abierto a todo. Recibí la designación con mucha responsabilidad y después apareció la satisfacción. Uno de los motivos por los cuales decidí aceptar es porque tenía el apoyo de mis compañeros, cuerpo técnico. La dirigencia manifestó justamente eso: darle continuidad.

 

LOA: Decidieron seguir por la misma línea.

 

GP: Yo creo que hay que resaltar esa parte también. Es por doble vía. Las autoridades nuevas de la CABB analizaron y se dieron cuenta que lo hecho estaba bien hecho y decidieron darle continuidad. No es muy habitual, lamentablemente, en nuestro país. Tendemos a cambiar. Y acá se optó por lo que no es habitual. Es un cargo de mucha responsabilidad.

 

Piccato en la practica previa a las ventanas FIBA con Argentina. Foto: CABB

 

LOA: Tuviste un breve tiempo de trabajo previo a las ventanas FIBA. ¿Cómo viste el desempeño del equipo? ¿Hubo una rápida ejecución de los jugadores en el plan?

 

GP: Nosotros somos un medio. Ya hay un camino muy claro, bien marcado. Hay que mantenerse en ese camino. Aquellos que estuvieron, y los que no están en la selección, ya circulan en el colectivo imaginario de cómo se juega, cuáles son los hábitos. Entonces eso ayuda mucho. Quizá la diferencia es esa: Sergio Hernández, al tener mucha más experiencia, puede en muy poco tiempo activar de forma más natural. A mí quizá me costó un poco más. El factor común es que no tenemos tiempo. No hay tiempo. Por un lado está esa adaptación, que ya está con total claridad de lo que se espera de un jugador de la Selección Argentina, porque es una marca registrada. Eso ayuda mucho. Y después activar a través de un gran trabajo interdisciplinario para que cada área aporte lo mejor y eso facilita mi trabajo, que nunca es individual, es de todos (más en una selección).

 

 

Piccato era asistente de Hernández en Argentina y tras su salida, fue designado entrenador

 

LOA: ¿Incide de manera negativa trabajar con tan poco tiempo? 

 

GP: Esa es la realidad. En Hispano hicimos tres entrenamientos y ya jugamos. Es imposible desarrollar una idea en tres prácticas. Pero también somos profesionales y tratamos de acortar ese tiempo. Y que lo que hacés es significativo y es un por un motivo. Tenés tres variables y esas tres variables que activás tienen que ser costo-beneficio muy alto y ser las esenciales. Es mucho tiempo en el análisis y en el diagnóstico. Y después confiar en la ejecución de los jugadores.

 

 

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