Al principio de su carrera, los puristas confrontaron con su revolución que dejó un legado de más de 600 obras entre conciertos para bandoneón, piano, guitarras solitas y orquestas, una ópera-tango y 44 bandas sonoras para cine.

 

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Las 10 mejores

Lo que vendrá

Esta obra data del año 1950 y para el historiador argentino José María Otero representó una clara inflexión en el futuro del tango entregando un nuevo sonido y rompiendo lo tradicional con aproximaciones rítmicas similares a las del jazz.

 

Adiós Nonino

Este tango que emociona y toca las fibras más íntimas del ser humano, Piazzolla lo compuso en 1959 en honor a su padre, Vicente “Nonino” que falleció en un accidente de bicicleta. Más tarde, Eladia Blázquez le escribió la letra que lo ha popularizado entre los cantantes.

 

María de Buenos Aires

Es una ópera-tango también llamada “operita” que fue estructurada en dos partes de ocho canciones. Fue estrenada en 1968 y fue el primer trabajo compuesto por la dupla Astor Piazzolla y Horacio Ferrer.

 

Balada para un loco

Con música de Astor Piazzolla y letra de Horacio Ferrer esta canción salió a la luz en 1969. “Un elogio a la locura”, en la que el término ríoplatense “piantao” sobresale de la letra popularizada por la voz de Amelita Baltar.

 

Chiquilín de Bachín

Es otro tango que está en el mismo disco sencillo de “Balada para un loco”, pero del lado B. Cuenta la historia de Bachín, un jovencito que vendía flores cerca de los teatros de Buenos Aires.

 

Las cuatro estaciones porteñas

Astor Piazzolla compuso entre 1965 y 1970 cuatro canciones dedicadas a las estaciones climáticas de Buenos Aires: Verano porteño sería la primera canción, escrita en 1965. Fue concebida inicialmente como música incidental de una obra llamada Melenita de Oro de Alberto Rodríguez Muñoz.

Luego le seguiría Otoño porteño en 1969. El ciclo se completaría con Primavera porteña e Invierno porteño, ambas compuestas en 1970. Con el tiempo, estas canciones fueron compendiadas en diferentes discos, y se organizaron en una suite que recibió el nombre de Estaciones porteñas o Las cuatro estaciones porteñas, en alusión a Las cuatro estaciones de Vivaldi.

A partir de esta relación, Leonid Desyatnikov, un compositor ruso, hizo entre 1996 y 1998 un arreglo en el que integra Las estaciones porteñas a Las cuatro estaciones de Vivaldi.

Libertango

Libertango es una canción que le da título a un disco lanzado en el año 1974. El título que recibe es una clara referencia a la voluntad de Piazzola por romper los moldes del tango tradicional y ampliar los horizontes creativos. La canción marcó una pauta en la música argentina contemporánea y ha sido versionada por muchos artistas, tanto en formato instrumental como cantada.

Oblivion

Es una canción instrumental de Astor Piazzola que saltó a la fama tras incluirse en la banda sonora de la película Enrico IV (1984) de Marco Bellocchio. Fue compuesta durante la estadía de Piazzolla en Nueva York, y se centra alrededor de la imagen musical del olvido.

Más tarde, Horacio Ferrer le pondría letra a la canción. Existen también otras versiones de la letra como la de David McNeil, compositor de origen neoyorquino que estuvo residenciado en Francia por aquellos años.

 

Ave María

Como un viajero entre los mundos del tango y la música académica, Piazzola también compuso un Ave María, que no solo se distancia de la forma tradicional de componer sino que su letra tampoco corresponde a la tradicional oración. En, es realidad, fruto de la creatividad del escritor Roberto Bertozzi.

 

Concierto para bandoneón y orquesta

Llamado también Aconcagua, este concierto fue compuesto originalmente para bandoneón solista, orquesta de cuerdas, piano y arpa. Está conformado por tres movimientos: allegro marcato, moderato y presto. Fue grabado por primera vez en 1983.

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