Argentina, como suele ser recurrente, está atravesando cierta tensión cambiaria. Muches quieren comprar dólares, pero la moneda norteamericana es escasa. Si existe una lección aprendida a partir del conflicto con el sector agropecuario de 2008, es que no se puede tratar de la misma manera a los pequeños productores que a los grandes. Con el dólar debería ocurrir lo mismo: no es lo mismo el pequeño ahorrista que compra sus 200 dólares mensuales que los grandes especuladores.

Entre noviembre del año pasado y abril, la formación de activos externos (fuga de capitales) alcanzó los 76 millones de dólares mensuales, mientras que entre mayo y agosto se incrementó a 482 millones de dólares por mes, según indicó el último informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA). Este salto del 534% fue parte de la ecuación que se tuvo en cuenta para endurecer las regulaciones a la cuenta capital.

Una pregunta que habría que formularse es por qué se incrementó el problema de divisas. ¿Por qué? Debido al freno de la actividad económica, cayeron las importaciones. Por ende, Argentina tiene récord de superávit comercial. En los primeros ocho meses del año alcanzó la friolera de casi 11.000 millones de dólares y, según las proyecciones del presupuesto, se extenderá por encima de los 17.000 millones en este 2020.

A su vez, se patearon los vencimientos de la deuda bajo legislación extranjera y local. Se estima que la quita nominal alcanzó al 21,0% en la deuda pública en moneda extranjera, lo que equivale a un ahorro neto de 39.505 millones de dólares. Las reservas internacionales del Banco Central se redujeron en 1.300 millones de dólares desde la asunción de Alberto Fernández. Con un dato más: del total de los 42.000 millones, las llamadas reservas netas serían 8.000 millones.

Por ende, los especuladores saben que el BCRA hoy no cuenta con la espalda para salir a contener la corrida cambiaria, ni tampoco tiene la capacidad suficiente para reducir la enorme brecha entre la cotización oficial y las distintas variantes del dólar blue, contado con liquidación o cable.

Según indicó a este periodista el economista de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Ricardo Aronskind, el Gobierno Nacional debería buscar acuerdos políticos con distintos fondos soberanos como “Noruega, China, los países árabes, para volcar 10.000 millones en el Central y así domesticar al mercado”.
Desde el BCRA indicaron a este cronista que se están estudiando algunas medidas para robustecer las reservas netas de la autoridad monetaria.

El agro

Dentro de los especuladores están los agroexportadores. Antes de la asunción de Fernández, las grandes empresas del sector adelantaron la venta de granos porque sabían que habría un aumento de las retenciones. Este no es un dato menor: la menor cantidad de dólares que ingresó hasta ahora como liquidación de divisas obedece a que se liquidaron en diciembre.
Aun así, el ritmo mensual de venta (no el volumen) era acorde a otros períodos. Hasta hace un mes y medio. Desde hace 45 días las agroexportadoras redujeron en un 50% el ritmo de ventas semanales. El grano lo tienen. Pero empezaron a retacear su venta.

¿De cuánto hablamos? Según datos del propio sector, habría 18 millones de toneladas sin vender más otros 8 millones sin fijar precio. Es decir, 26 millones de toneladas, que a un valor promedio de mercado serían 7.000 millones de dólares. ¿El Gobierno Nacional piensa “incentivar” a los agroexportadores para aumentar el ritmo de ventas? “Es lo que se está estudiando”, sostuvo una fuente empresaria.

“Desde Federación Agraria Argentina vemos con mucha preocupación cómo, en los últimos días, comenzaron a proliferar versiones que aseguran que existiría una iniciativa salvadora en la que coincidirían desde el Gobierno Nacional y los sectores exportadores, para forzarlos a liquidar el remanente de la cosecha de soja, para que ingresen divisas al país. Esta propuesta significaría una descomunal transferencia de recursos desde los productores al sector exportador”, indicaron.

Los granos que faltarían liquidar ya salieron de los campos de los productores; están en su mayoría en los silos o las exportadoras. Y se sabe que las retenciones no las pagan los exportadores, sino que las descuentan del precio que pagan a los productores.

“Los dólares que proponen aportar al país, a través de la liquidación de granos que tienen en su poder, para lo que piden tener rebajas impositivas, son granos que ya nos compraron a los productores y ya nos descontaron el 33% de retenciones, es decir que con esta operación se estarían beneficiando por dos: quedándose con las retenciones que ya cobraron y obteniendo nuevos réditos económicos, sumados a la imagen positiva porque estarían saliendo al rescate de la Argentina”, agregó la federación.

De fondo, las empresas nucleadas en el Consejo Agroindustrial buscan la sanción de un proyecto de ley que rebaje definitivamente las retenciones y se establezca un esquema de estabilidad fiscal para incrementar las exportaciones.
“El problema principal de la economía argentina no está en el balance cambiario, sino en la profunda crisis económica y su impacto en las condiciones de vida de los sectores populares. Sin embargo, en las apariencias la problemática del tipo de cambio cobró un creciente protagonismo que se sustenta más en las expectativas y/o presiones políticas por la devaluación de la moneda doméstica”, puede leerse en el reciente informe de CIFRA.

Hay otro dato a tener en cuenta: la brecha cambiaria no es reciente, sino que empezó a profundizarse en abril. El Gobierno Nacional dejó pasar mucho tiempo antes de tomar una decisión.

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