Este domingo 1 de junio, la Iglesia Católica celebró la 59° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales en la Solemnidad de la Ascensión del Señor. El lema propuesto por el Papa Francisco, “Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones”, fue el eje central de un mensaje que resuena en tiempos de crisis y polarización.

El arzobispo de San Juan de Cuyo y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, monseñor Jorge Lozano, destacó la urgencia de purificar la comunicación y transformar las palabras en herramientas de encuentro, no de violencia. “Purificar la comunicación de la violencia verbal y del desprecio sutil es hoy una obra urgente para los cristianos”, expresó Lozano, subrayando la responsabilidad de cada persona en un mundo donde la palabra muchas veces se usa como arma.

En su mensaje titulado “De palabras que matan a las que consuelan”, el arzobispo alertó sobre la agresividad presente en los discursos públicos, debates políticos y redes sociales. “El lenguaje no es neutro: puede construir o destruir, acariciar o herir”, afirmó, remarcando la importancia de la mansedumbre como fortaleza y no como debilidad.

Una comunicación que siembra esperanza

Monseñor Lozano recordó que la esperanza no es ingenuidad, sino la capacidad de ver luz en medio de la oscuridad. “Comunicar esperanza en tiempos de crisis es un verdadero acto de fe y de amor. Implica no negar la gravedad de las situaciones, sino aportar una mirada que no se rinde”, señaló, haciendo un llamado a los comunicadores a no sucumbir ante la superficialidad o el sensacionalismo.

El mensaje también rindió homenaje a los profesionales de la comunicación —periodistas, fotógrafos, editores, técnicos— que trabajan incansablemente para acercar la verdad a la sociedad. “Su labor es imprescindible para la democracia, la convivencia social y la libertad”, destacó el arzobispo, animándolos a no renunciar nunca al poder sanador de la palabra.

Comunicación como camino de paz y fraternidad

El mensaje de la 59° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales pone de relieve el papel esencial de la comunicación para construir la paz social. “Las palabras pueden ser piedras, pero también pueden ser semillas; alimentar el odio o abrir caminos de diálogo”, expresó Lozano. En un mundo fracturado y herido, insistió en la necesidad de comunicar con respeto, mansedumbre y verdad, reflejando el estilo de Dios: “firme pero paciente, veraz pero compasivo, claro pero nunca agresivo”.

Finalmente, monseñor Lozano animó a todos los creyentes a que sus publicaciones, mensajes y conversaciones cotidianas contribuyan a sembrar esperanza y a construir un mundo más humano y fraterno. “Estamos llamados a hacer de la palabra un instrumento de encuentro, consuelo y reconciliación”, concluyó.

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